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AP

Los presidentes de las regiones más prósperas del norte de Italia, Véneto y Lombardía, reclamaron la victoria en unos referendos de autonomía que buscan obtener poderes adicionales e ingresos fiscales de Roma, uniéndose a la marea global de autodeterminación que comenzó en la región española de Cataluña.

Los votos no son vinculantes, pero los dirigentes de las regiones vecinas esperan aprovechar la contundente participación en las negociaciones con el Gobierno de izquierda de Italia. Al mismo tiempo, miembros de la Liga Norte _antinmigrante y anti-Unión Europea_ quieren obtener más ingresos fiscales y tener autonomía sobre cuestiones como inmigración, seguridad, educación y medio ambiente.

“Esto es el big bang de las reformas institucionales”, dijo Luca Zaia, presidente de Véneto. “Estamos convencidos, y espero que Roma entienda, que esto no es el deseo de un partido político. Son los deseos de la gente”, agregó.

En Milán, el mandatario de Lombardía Roberto Maroni dijo que con los votos, las dos regiones “podemos unir nuestras fuerzas y comenzar la batalla del siglo”.

Los dos dirigentes señalaron que se reunirán con los consejos regionales para finalizar sus solicitudes antes de viajar a Roma para reunirse con el primer ministro Paolo Gentiloni.

A diferencia de Cataluña, estos referendos no buscan independizarse de Italia y fueron aprobados por el tribunal constitucional italiano. De igual forma, la búsqueda de autonomía representa un duro golpe a la autoridad de Roma. Juntas, Véneto y Lombardía aportan el 30 por ciento del producto interno bruto de Italia y representan casi la cuarta parte del electorado de la nación.

Maroni dijo que un impresionante 95 por ciento de los habitantes de la región votaron “sí”, con una participación por encima del 40 por ciento de los 8 millones de votantes de Lombardía. Esos números superaron por mucho la participación del 34 por ciento que hubo en un referéndum nacional sobre una reforma constitucional en 2001.

La región con inclinación independentista en Véneto, cumplió fácilmente con el umbral de participación para validar una votación fijada por Zaia con alrededor de 60 por ciento de participación de los 4 millones de habitantes. De acuerdo con los primeros resultados, 98 por ciento voto a favor.

El Partido Democrático, el cual dirige el Gobierno nacional en Roma, ha criticado los referéndums bajo los argumentos de que los votos no vinculantes no tenían ningún peso legal, que no se necesitaban para comenzar negociaciones autonomía y que eran un desperdicio significativo de recursos.