Tómelo usted como quiera, pero en los años mozos, cuando pecaba uno por candoroso e inocente, seguir a los veracruzanos que destacaban en el altiplano, las verdaderas Grandes Ligas de la política, o al menos así se le consideraba en aquellos gloriosos años, era como un deporte. Nos mantenía al tanto de cualquier movimiento en la capital el maestro Froylán Flores Cancela, ya fuera en su columna dominical de Diario de Xalapa y en Punto y Aparte.
Era como un deporte que muchos jugábamos seguir la movilidad de los polacos veracruzanos. Así tuvimos dos dirigentes veracruzanos (Herrera Beltrán y Aguilera Gómez) que estuvieron al frente del PRI en el otrora D. F., dos Jefes del Departamento del D. F., Octavio Sentíes Gómez y el ya mencionado en la época del alemanismo, Fernando Casas Alemán, y dos veracruzanos presidentes del C. E. N. del PRI, Jesús Reyes Heroles y Gustavo Carvajal Moreno. Pero además, en el caso del primero, don Chucho, se convirtió en toda una leyenda del tricolor por su calidad intelectual, se le llamaba con toda justicia “el ideólogo del PRI”, era una mentalidad muy lúcida, de gran estatura intelectual, respetado por tirios y troyanos. El último veracruzano que ocupó una posición relevante en el PRI nacional fue Dante Delgado, como secretario de Organización, que era como la cuarta posición en el escalafón de cargos de importancia del partido.
Ya con el devenir de los gobiernos panistas, la presencia de los veracruzanos empalideció de veras. La otrora importante clase veracruzana que al estado le había conferido el mote de “estado muy politizado” –cosa con la que no estaba de acuerdo-, se fue diluyendo, perdiendo brillo. Con Fox y con Calderón fueron contados los veracruzanos que destacaron, el primero fue Miguel Ángel Yunes Linares, que con Fox ocupó una Subsecretaría, la de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Seguridad Pública, que luego dejó en manos de José Luis Lagunes López y Juan Bueno Torio que fue Subsecretario de Economía y luego Director General de PEMEX Refinación. No puedo dejar de mencionar al xalapeño Miguel Hákim Simón, que ocupó la Subsecretaría para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones con Luis Ernesto Derbez Bautista, con Fox.
Por ahí con Calderón ya empezaba a destacar también José Antonio González Anaya, el de Coatzacoalcos, que fue Subsecretario de Ingresos en el sexenio de Felipe Calderón, y ya en el gobierno de Enrique Peña Nieto ocupó los cargos de Director General del IMSS y el actual al frente de Petróleos Mexicanos. Y aquí es en donde me quisiera detener tantito, porque González Anaya es un veracruzano de excepción al menos en lo que corresponde a su formación académica. Es Ingeniero Mecánico y Economista por el Instituto Tecnológico de Massachusetts y se doctoró en Economía por la Universidad de Harvard. Hasta hace poco sonaba como uno de los posibles relevos de Carstens en el Banco de México, parece que está descartado, todo apunta a que de ser el candidato presidencial priista José Antonio Meade, y de ganar la madre de todas las batallas el año que entra, González Anaya está apuntado para la Secretaría de Hacienda.
Hay otro veracruzano que, a mi juicio, debería estar dentro de los prospectos a ocupar un cargo relevante en el próximo gobierno de la República, claro está si la ecuación se da como la proyecté en el párrafo anterior. Me reservo su nombre por el momento, pero podría ser la gran sorpresa de la temporada, lo veo como uno de los coordinadores de la campaña de Meade –es su gran cuate-, si es que éste finalmente es el ungido. Para mi podría ser un candidato natural a hacerse cargo de una de las coordinaciones temáticas de trabajo en el marco de la campaña electoral del próximo año. Es mera especulación, pero, insisto, podría ser el campanazo en el 2018.
A como están las cosas en este momento, cualquiera de los tres abanderados de las tres fuerzas políticas más importantes que disputarán la presidencia de la República el año que entra pudiera resultar ganador, me refiero a los abanderados del PRI, del Frente Democrático Ciudadano y de Morena, que todos sabemos que va a ser AMLO, y fuera del PRI, no veo a un veracruzano con potencial como para ocupar un cargo de relevancia a partir del año que entra.
La política hoy en día hay que verla con un ánimo más pausado. Hay que dejar atrás el ímpetu de los años mozos cuando nos motivaba la movilidad de nuestros paisanos en el altiplano. De todos modos la política es la política y no puede uno dejar de observarla. Como quiera la irrupción de veracruzanos en las altas esferas del poder es algo que tiene un extraño encanto seductor, más ahora cuando el talento y la probidad son virtudes escasas.
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@marcogonzalezga