No es lo mejor, pero es lo único que tenemos. Es como el sistema democrático, que tampoco es lo mejor pero es lo único que tenemos los humanos como sociedad para expresar nuestro poder soberano y mediante él elegir a nuestros representantes, a los que nos gobiernan.
Miente quien diga que la política no es lo más importante. ¡Claro que es lo más importante, es imprescindible en las relaciones humanas!, e implica un deseable virtuosismo, del arribo de la aristocracia –de los sabios, de los mejores, de los mejor preparados- al poder. Me gusta la política que propone, no la que depone, no la que deposiciona, no la que excreta y despide un humor a excretas, pestilente, descompuesta. Me inclino por una política de substancia, sustantiva más que adjetiva y descalifica. Me gusta la política que sublima a los humanos, que deja ver su parte más leal y noble.
Me gusta la política en donde sus actores presumen capacidad discursiva, argumental, del poder del pensamiento, con capacidad creativa y pensamiento crítico, de la guerra de las ideas, que seduce, que disuade, que convence. Me gusta la política que propone y opone, que debate, que discute, que no arrebata, la de la confrontación de caballeros, de lucha en buena lid, leal y frontal. Me gusta a veces el azar de la política, en donde no está nada escrito, en donde se mueven fichas cual ajedrez, más no como el póker. Me gusta la política dialéctica, de la lucha de los contrarios, la tesis, antítesis y la hipótesis, de lo previsible y de lo imprevisible, de lo inesperado. Me gusta la política que se hace para solucionar el conflicto social, para resolver controversias y diferencias, así me gusta la política, que se hace de frente, con la cabeza en alto, enfrentado al oponente, lealmente.
Me gusta la política como un proceso evolutivo de selección de los mejores, de los más adaptados, de los más capaces, de los que abren caminos, de los que traspasan fronteras, de los que tienden puentes y estiran la mano para saludar al adversario, que construyen y que acercan a la gente. Por el contrario, aborrezco a aquellos que dividen, que fracturan, que incitan a la violencia, que siembran odios para recoger tormentas. Me gustan los caballeros de la política que la enaltecen como expresión de las mejores virtudes humanas, que la engrandecen con su actitud cortés. Así me gusta la política, sencilla, sin rebuscamientos, sin dobleces ni dobles caras, una política de hombres y mujeres buenos que enaltecen el género.
Así me gusta la política, ¿será posible encontrar a los hombres y las mujeres que sean capaces de hacer esta política tan sencilla?
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@marcogonzalezga