A menudo se puede apreciar y, sobre todo, tratándose de equipos deportivos, la pasión que genera entre los millones de aficionados a cualquier deporte, (yo incluido) el que su equipo comience una racha de éxitos o, por el contrario, una racha de fracasos.
En todos los deportes, pero específicamente en el fútbol, se cuestiona y se debate continuamente la razón a la cual atribuirle dichos sucesos. Y exactamente hoy no es muy diferente. Por ejemplo, el bicampeón europeo, el Real Madrid, en su bochornosa exhibición en Wembley, en contra del Tottenham, parecía todo menos el vigente campeón de Europa, España y el mundo. Hace un par de días, el Barça, naufragó entre una ola griega para rescatar un raquítico empate en contra del Olimpiakos. Y el Atleti, salvo milagro, está prácticamente fuera de la siguiente fase de la Champions.
Y esto, ¿qué indica? ¿Es acaso un reflejo del estado actual del fútbol español? Desde luego, no sé la razón de fondo, pero puedo inferir que no es ni mucho menos la justificación principal por la cual esos 3 equipos, que normalmente son los grandes protagonistas jornada tras jornada, y año tras año, de la Liga de Campeones, estén a la baja.
Yo suelo decir, a quien me pregunta, que la razón va mucho más a fondo. El deporte, como todas las demás profesiones, es una constante de preparación y concentración. Un equipo requiere retos y motivación que alienten al grupo.
Una teoría popular es que, por increíble que parezca, un equipo puede cansarse de ganar mucho (véase la pasada década del Barcelona), o de no dejar de ganar (véase los dos últimos años consecutivos del Real Madrid).
Sin embargo, no creo que esta teoría sea del todo cierta. Es inconcebible que cualquier deportista que tiene la oportunidad de ser una estrella mundial, formando parte de dichas plantillas y con todo lo que ello conlleva, pierda las ganas de sobresalir. Máxime, cuando se tiene en cuenta lo corta que puede llegar a ser la carrera de un futbolista de élite; alrededor de 10/15 años a tope.
Por lo tanto yo no me apresuro a ser tan alarmista. Jorge Valdano, en una de sus citas más comunes, comentó: “De las cosas de la vida, el fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes”. Y estoy totalmente de acuerdo. De ahí el inevitable debate, y la pasión muchas veces incomprendida para aquellos que no son fans de ningún deporte.
Es por ello que yo digo, el deporte, como todas las cosas en la vida, son ciclos. A veces cortos, a veces prolongados. Una semana de derrotas y automáticamente se es el peor equipo, se encienden las alarmas; cuando se encadenan 15 días de victorias, eres de nuevo el rey. Ergo, ni crisis de mentalidad, ni de juego.
Simplemente paciencia a final de temporada y entonces, ahí sí, llamémosles por su nombre: ciclos. Los que comienzan, los que están en receso o, los que de plano, ya caducaron.
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