Los problemas mentales y las armas, parecen querer ser tratados de manera distantes el uno del otro, de acuerdo con la óptica, miope, por cierto, del presidente estadounidense, Donald Trump, quien aseguró este lunes en Tokio, Japón, que el tiroteo donde murieron 26 personas en Texas es una cuestión de “salud mental” y que el acceso a las armas en su país no es el problema.
“Tenemos un montón de problemas de salud mental en nuestro país, pero no es una situación imputable a las armas”, dijo en rueda de prensa en Tokio, primera escala de su gira por Asia.
Lo anterior, en relación con el tiroteo suscitado Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, una localidad rural, ubicada 50 kilómetros al sureste de San Antonio y que cuenta con unos 500 habitantes
En este caso, Trump, voluntaria o involuntariamente, omitió referir que muchas y variadas armas fueron encontradas en el auto del responsable, que fue procesado por expertos en explosivos, lo que hace inferir que el problema SÍ es relacionado con la portación de armas en su país.
Las víctimas, con edades desde los 5 a los 72 años, asistían al servicio de la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, como les era habitual.
El tirador, identificado como Devin Kelley, de 26 años, fue descrito por las autoridades como un joven blanco, que iba vestido completamente de negro, y que abrió fuego afuera de la iglesia antes de entrar y seguir disparando, detalló.
Más tarde, que fue encontrado muerto en su auto tras ser confrontado por un residente local.
Las autoridades encontraron a Kelley muerto en su auto, que se había estrellado. No quedó claro si se suicidó o fue herido por el ciudadano que le confrontó.
“Cuando salía de la iglesia, un residente local tomó su rifle y enfrentó al sospechoso. El sospechoso dejó caer su arma y huyó. El ciudadano persiguió entonces al sospechoso”, narran las autoridades.
“La tragedia se profundiza por el hecho de haber ocurrido en una iglesia, un lugar de adoración, donde estas personas fueron baleadas”, dijo por su lado el gobernador de Texas, Greg Abbott, advirtiendo que la cantidad de fallecidos podría aumentar.
Entre los fallecidos está la hija de 14 años del pastor Frank Pomeroy, dijo el líder de la iglesia a ABC News.
Entre las víctimas, algunas evacuadas en helicóptero, está un niño de seis años llamado Rylan, que era sometido a cirugías tras recibir cuatro disparos, según dijo su tío a CBS News. Otro pequeño de dos años también fue herido de bala, reportó un diario local.
En fin, estos son saldos del ataque, que enfermo mental o no, Kelley, ocasionó entre otras causas, porque tenía en su poder un arsenal que adquirió de alguna manera, debido a la facilidad o permisibilidad existente para comprar y portar armas en Estados Unidos y, quiera o no, Trump, este es un problema muy serio que día con día reporta agresiones/tiroteos en distintas partes del país del norte y que, si se dieran a conocer las estadísticas, veríamos que son altas, muy altas en criminalidad, de tal suerte que podrían ser equiparadas a las cifras de muertos que se reflejan en nuestro país, como parte de esa ola de violencia, a la que tanto cuestiona el presidente estaudinense y por eso dice de México una serie de barbaridades.
Sin duda, aquí surte efecto aquel dicho que reza más o menos así: “No hay peor ciego que el que no quiere ver” y, ese es, precisamente, Donald Trump.
Finalmente, quizás lo más apropiado sería la lectura Bíblica en Lucas 6,41/42
“¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: “Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo”, tú que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano” .
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