*Hay muchos que se van por las ramas, por uno que va directamente a la raíz. Camelot.
EL YUNES ADINERADO
El gobernador Yunes Linares, cuando terminó su mini informe a la Carstens, hablando de dinero, dijo: ·El gobernador está muy contento el día de hoy”. Lo estaba. Claro, cómo no lo iba a estar. Había detallado una numeralia donde anunciaba ahorraría para los veracruzanos unos dos mil millones de pesos. Ese acto lo vi en Facebook, la herramienta de este periscopero gobierno, donde se transmite en directo y donde uno ve y calla, y si quiere comenta. No me gustó mucho la transmisión, porque al jefe y director de cámaras le falta panear un poco las escenas, como en los informes de antaño, no solo mostrar el rostro del gobernador y las cartulinas con los números ahorrados, tirar la cámara hacia los invitados, para ver qué hacen, si están atentos al jefe o juegan con su teléfono mandando WhatsApp o están firmes y quietecitos. Pero fue buena transmisión, cumplió el cometido. Allí andaba su Gabinete, los que también sonrieron fueron el de Gobierno, Rogelio Franco Castán, y el de la lana, Finanzas, Guillermo Moreno Chazzarini, a ellos les dio las gracias porque fueron factor de chamba en los meses que se reestructuró la deuda. Los otros dos poderes allí firmes: Edel Álvarez Peña, y la presidenta del Congreso, María Luisa Manterola Sainz, de familia de radiodifusores, y los colados, pocos porque, me dicen que la seguridad estaba atenta. Pide-chambas ya no van, pues les contestan tajante: “No hay vacantes, regresa en 2024”. Y se van tristes, cuando llega la tarde. No fue tarea fácil, a Miguel Ángel Yunes Linares al principio le cerraban las puertas de Hacienda, donde allí convergen todos los sinuosos caminos, los de la vida, porque a veces los caminos de la vida no son lo que se esperaba, no son los que imaginaba. Salía de Los Pinos retecontento y se iba a Hacienda, cuando bordeaba Periférico y llegaba rayando base como los Houston en la Serie Mundial, nomás el secretario ya se había ido. Gacho. Regrese la próxima semana, le decía un ujier alabardero. Desesperaba. Y hacia su berrinche y le rezaba dos aves marías a la virgen de Soledad de Doblado. Ya había pasado aquello de ‘cimbrar a México’ y creo que nadie del gobierno federal ahora se espantaba. Debió haberles llevado una película de Stephen King, como la que vi anoche en Netflix, llamada 1922, extraordinaria, dio tanto miedo que después no me dejaba dormir. Algo ocurrió en el camino. Peña Nieto lo recibió unas cuantas veces, creo que cinco o seis, y penetrar esas puertas presidenciales es algo que ni la tarjeta Master Card puede comprar. Se ve que hubo buena química y desde ese primer día comenzó la reestructuración de la deuda veracruzana con los bancos, se unió con banqueros mexicanos y españoles y árabes, y empleó aquella táctica de Voltaire, que solía decir: “Si ves a un banquero saltar por la ventana, salta tras de él, algo bueno habrá”. Y saltó.
LOS VIAJES Y LAS VUELTAS
Eso hizo, viajes y vueltas, miles de papeles como dijo en el informe, hasta llegar a los números que satisfacían a Veracruz, ahorro de dos mil millones de pesos anuales, en esa deuda que los ahogaba, y los tenía solo como el chinito: Nomás milando. La química presidencial se reflejaba, cuando el presidente vino hace unos días a Antón Lizardo con la Marina, una foto retrata el momento, Peña tira una carcajada, mientras caminan, de seguro Miguel Ángel le tiró un buen chiste de los que se cuentan en La Parroquia. Se avizora un panorama diferente. Ya hay cash, no como a Zedillo en su tiempo. Jubilados, pensionados, trabajadores, a todos se les cubrirán sus sueldos y aguinaldos, y quizá algunos atrasos. Este Chazzarini debe ser bueno para los números, lo recuerdo en nuestras peripecias cuando el Consejo Coordinador Empresarial en Veracruz dio grandes batallas, allí aprendió este muchacho. Ahora está de aquel lado, con los que reinan y gobiernan. Vale, que sea por el bien de Veracruz y cuiden la lana. Que luego se acaba. Aunque Yunes Linares pintó el paraíso, habrá y no se dilapidará. Venga, diría Kamalucas.
QUE HAREMOS CON OSORIO CHONG
Los conocedores de la política, aquellos áulicos (de la corte o del palacio) cercanos al presidente Peña Nieto, los que por las mañanas al tomar su primer café le hacen a la Monny Vidente que todos llevamos dentro, y deshojan la margarita para después del alumbramiento de José Antonio Meade Kuribreña, algo muy cantado como los playoffs y la Serie Mundial, discurran qué carajos hacer con Osorio Chong, el secretario de Gobernación que ahora aguanta vara (termino foxista), porque ve que el reloj ya no marca las horas (Cantoral dice) a su tiempo y espacio, ahora al parecer la decisión va con otro economista, como aquellas sucesiones de De la Madrid y Salinas y Zedillo. El péndulo se rompió cuando llegó a Peña Nieto, el presidente que era político y nada economista y no hablaba inglés y se turbaba muy seguido. La política en México es muy dada a las señales, a los símbolos, al apretón de manos o al frío saludo que te da el presidente, que todo lo decide en su partido. Tiempos hubo cuando con solo la mirada, sabían los demás por quién iba. No ocurrió con Moya Palencia, que se quedó varado allí nomás tras lomita, donde se ve Dolores, Hidalgo, y se fue rodeando veredas, dijera José Alfredo y lloró como la zarzamora, a todas horas por los rincones. La de Salinas fue decisión traumática, los presidentes suelen jugar mucho con engaños. Los dejan correr y luego los frenan. Cuando Colosio y Camacho Solís, el país entró en una dinámica de guerra interna. Terminó en crimen. No debió haber pasado. Antes, se deshizo del Hombre Leyenda, Fernando Gutiérrez Barrios, a quien el presidente respetaba y más temía, la conciencia política del país. Ahora parece muy cantada esta sucesión. Todos van por Mid, el hombre que no se presume corrupción, hasta Margara de Calderón. Solo falta el humo presidencial de esa capilla no vaticana, llamada Los Pinos. Luego pensaran adónde irá Osorio, si al senado o a algún lugar, porque fue un secretario que cubrió todo el camino, eso pocos lo hacen, aguantó embestidas como la fuga del Chapo y este presidente, que no suele correr a nadie, lo aguantó hasta estos días. Comento esto porque Luis Cárdenas, en su columna de El Universal, señaló que el presidente en la reunión con los empresarios, aplaudió a rabiar a Mead, como si fuera un concierto de Ricky Martin, y Osorio, que estaba a su lado, se compungía y apretaba los cachetes y abría sus ojitos oblicuos. Ver para creer. Las señales del bull pen. Ni hablar, así se ha jugado este juego sexenal en Los Pinos.
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