La pelota está en la cancha del Frente Amplio por México (FAM). Hasta ahora es una prometedora coalición que integran tres partidos de ideologías diferentes, de corte diametralmente opuesto, con una presencia en el espectro político en el país que va de lo fuerte (PAN), a lo medio fuerte tirándole a lo bajo (PRD) y de ahí a lo francamente bajo (MC), con tres dirigentes de partido con personalidades y trayectorias distintas.
Pero en realidad ¿qué es el FAM? Es una “emulsión”, como alguno de ellos lo define, que se traduce no solo en una coalición electoral, sino en una alianza que mediante acciones y estrategias programáticas compartidas pretende trabajar temas específicos del país –para decirlo eufemísticamente, porque en realidad lo que buscan es el poder, pero… concedámosles-. Agregan sus protagonistas, “la idea es ganar y ejercer el poder de manera compartida, lo que indica un interés por cambiar el sistema político. No sabemos si eso puede darse o no, aunque nos inclinamos a pensar que el sistema político está mutando a la fuerza por rutas aún ignotas”.
Ricardo Anaya (PAN), Alejandra Barrales (PRD) y Dante Delgado (Movimiento Ciudadano) hasta el momento han logrado la hazaña histórica de juntar el agua con el aceite. Como quiera, el FAM preocupa a sus adversarios políticos, por lo pronto Andrés Manuel López Obrador ya puso sus barbas a remojar. Ya criticó la creación del Frente Ciudadano, tildándolo de promiscuo, de ser una simulación, una relación política sin nada, pues según él, carece de ideales y principios, y su único propósito es mantener al régimen de corrupción. “Gatopardismo” le llamó él a “ese experimento”, pues jura “que es un cambio de apariencias para que nada cambie”. Insite el tabasqueño que “como el PRI ya no sirve, la mafia en el poder inventó la alianza para seguir haciendo lo mismo, para no cambiar, para mantener el régimen de injusticia”. Ya veo yo a Salinas y a Diego maniobrando maquiavélicamente para manipular al FAM para pegarle al Peje.
Y es que el FAM preocupa, está cambiando los escenarios para el 2018. Diversas encuestas sitúan a la alianza PAN-PRD-MC, sin saber el nombre del candidato presidencial, en la punta. Recientes encuestas de Parametría y Mitofsky así lo señalan. A pesar de que en la mayoría de los sondeos López Obrador sigue siendo encabezando las encuestas, le preocupa la insurgencia de un nuevo actor político como lo es el FAM, de quien muchos pensaban que se atoraría en su conformación. El Frente Ciudadano por México está, a priori, modificando la escena política del país y parece que quiere subsistir más allá del 2018.
Sin embargo el FAM todavía tiene algunos problemas por resolver, de lo cual va a depender en buena medida sus probabilidades de éxito político-electoral. El primero es quién será o serán sus precandidatos presidenciales y, el segundo, quién será el candidato para contender por el gobierno de la Ciudad de México. Muchos apuestan que esas jugadas ya están resueltas, que los elegidos en ambos casos serán, respectivamente, Anaya y la Barrales, yo no estaría tan seguro de ello. La clave de su éxito o fracaso está en cómo se repartirán el pastel y cuáles van a ser los mecanismos para elegir a los candidatos a cargos de elección popular. La otra parte que tendrán que resolver en aras de ganar credibilidad y el consenso social es en qué tanto será un frente ciudadano y en qué tanto será partidista.
Ya crearon un mecanismo puente para abrir espacios a la sociedad, crearon una especie de consejo de notables que les van a ayudar a ello. Este grupo está trabajando en un esquema que va a permitir a la sociedad civil sumarse en la definición del programa de gobierno, la estrategia electoral y la vocería del frente, así como para buscar el mecanismo para seleccionar a las y los mejores perfiles para las candidaturas a los distintos cargos de elección popular. Este “puente” está integrado por Denise Dresser, Ana Laura Magaolini, Elena Fortes, Areli Rojas, Jorge Javier Romero, Jorge Suárez-Vélez, Carlos Cruz y Juan Francisco Torres Landa y ya llevan varios foros ciudadanos.
No sé en qué vaya a parar este interesante “experimento”, pero de que promete, promete. La clave de todo finalmente está en la forma en la que puedan resolver sus candidaturas, que será, por lo visto, una mezcla de militantes con ciudadanos, lo que puede resultar al final de cuentas un gran “experimento” si se ponen buzos Anaya, Barrales y Dante.
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@marcogonzalezga