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Creo que para criticar algo uno debe conocerlo a profundidad, por ello ahora sí puedo criticar a detalle la evaluación del desempeño docente, con sus pro y sus contra, porque después de vivir una evaluación tan cercana, ver su proceso y las preguntas puedo entender por qué la educación en México está atrasada pero también las buenas intenciones de nuestro gobierno por mejorarla.
Empecemos, en primer lugar creo que cuando alguien decidió que era buena idea evaluar a todos los docentes, las personas no hicieron la tarea de hacer una investigación de cuál era el fondo cultural y socioeconómico de los docentes a evaluar, considero que el proyecto de evaluación por sí mismo no es una mala idea, a uno le gustaría saber que la persona que está al frente de un salón de clases o de una institución constantemente se actualiza y al igual que los niños día con día se prepara para aprender nuevos datos.
El problema es que una evaluación adecuada no se implementa a todos por igual, las nuevas formas pedagógicas han demostrado que el mejor aprendizaje no se logra memorizando o mecanizando lo que se ve en el aula, sino hacerlo considerando rasgos más particulares de cada uno, que puedan disfrutar de lo aprendido y paso a paso, contrario a lo anterior la evaluación docente es muy general, sin embargo puede darnos una clara idea del panorama educativo.
El panorama educativo de México es muy cambiante y la evaluación que se planteó para este año sigue siendo sumamente confusa para muchos de sus docentes, quizás porque se trata de las primeras generaciones que la están presentando aún no se logra unificar el contenido, además los sistemas de evaluación se han modernizado, lo cual es sumamente adecuado considerando a las nuevas generaciones pero creo que el desarrollo del sistema educativo no fue a la par de las generaciones que egresaban como docentes, es decir tal pareciera que la administración decidió tener este acercamiento tecnológico de golpe y dio por hecho que todo mundo debía saber cómo funcionaban sus sistemas.
Para alguien de mi generación resulta hasta gracioso que te pongan las instrucciones para descargar archivos y que te indiquen dónde debes hacer click en cada paso, pero siendo realistas, mi generación en estos momentos no es mayoría en el sistema profesional docente y las instrucciones no son claras para quien comienza a manejar la tecnología, además la mayoría de personas que presentará la evaluación se encuentran realmente interesados en la mejora de sus aprendizajes y sobre todo de sus instituciones por lo que buscan datos a través de los cuales dar lo mejor de sí y al intentar prepararse para presentar la evaluación se topan con información distinta en todos los puntos, quien ha tenido la oportunidad de conocer a un docente en este proceso coincidirá conmigo en que la mayoría de personas entra en situación de estrés ante estos proyectos.
Aprender en este estado no es pedagógico ni para los alumnos ni para los maestros, la evaluación ha sido un tema delicado desde que se anunció, primero llegó de manera amenazante, haciendo que todos manifestaran inconformidades, después quiso ser más empática pero el humor colectivo ya no era favorable, por lo que quizás habría que replantear nuevamente la forma de implementarla, considerando extender de manera unificada la capacitación que el docente reciba previo a realizarla y conservar la parte de elaboración de un proyecto propio, ya que esta permite incidir de manera directa sobre el contexto en el que cada docente se desempeña.
México aún tiene mucho por aprender y mejorar en su sistema educativo, sin embargo creo que las ganas de progresar se ven, al igual que el compromiso de su gente, tratemos a nuestros maestros de la misma manera que esperamos sean evaluados nuestros niños, actualicemos los conocimientos que reciben en cada capacitación y reuniones de consejo, quizás antes de evaluarlos podemos empezar por ahí, por capacitarlos de acuerdo a la época de forma constante y sin duda la educación en nuestro país, será diferente, antes de una evaluación es importante formarlos, uno de los más grandes problemas que he observado es la falta de su actualización, sí asisten a cursos y capacitaciones periódicas pero estos parecen ir desfasados con el entorno y la situación que enfrentan.
Si primero se fomenta el aprendizaje tanto empírico como teórico, las evaluaciones pueden tornarse más lúdicas y hasta voluntarias porque las ideas que surjan durante el aprendizaje y conocimiento de su entorno pueden tornarse en acciones compartidas que permitan la evolución de la educación que se imparte hoy en día, seamos más comprensivos con quienes podrían estar forjando a los líderes de nuestro país pero también exigentes de su preparación, que no es lo mismo que ponerlos bajo situaciones de tensión, sino invitarlos a seguir aprendiendo día con día tal como esperamos lo hagan sus alumnos.