Circula en las redes una imagen de José Antonio Meade Kuribreña acompañado de Javier Duarte de Ochoa. La intención es clara: desacreditar al hoy ex secretario de Hacienda. Apenas acabo de escribir estas líneas, y me llega otra, ahora de Meade solo pero con la siguiente leyenda: “Y que agarro y que les digo: si tienen lavadora ya no son pobres”. Sí, todo indica que hay quienes independientemente de hacer un chiste o un meme de Meade, también se busca minarlo. Bueno, pero no todo lo que recibí de este polifacético funcionario fue para joderlo. Por allí acusé recibo de un sondeo hecho por el periodista José Cárdenas en twitter donde pregunta: ¿Si hoy fueran las elecciones presidenciales, por quién votarías? El 50 por ciento de los votos fueron para Meade Kuribreña; el 24, para AMLO; el 18% para un Independiente y un 8 restante, para Anaya.
II
José Antonio Meade Kuribreña es considerado para algunos como un político todo-terreño, quizás un tanto por ser de los pocos que ha sido secretario de Energía y dos veces de Hacienda así como secretario de Relaciones Exteriores y titular de Sedesol, y quizás otro tanto por haber circulado como “Pedro por su casa” en dos gobiernos federales: en el calderonismo y el peñismo sin que ello lo haya hecho panista o priísta… aunque tal atributo, el de pasar de un gobierno a otro de distinto partido, parece que es genético.
Su padre, Dionisio Alfredo Meade y García de León fue diputado federal del PRI en los tres últimos años del siglo pasado (por cierto, hizo entrañable amistad con Domingo Yorio Saqui cuando fueron inquilinos de San Lázaro) y en el foxismo alcanzó un cargo en la secretaría de Gobernación como enlace legislativo. Si bien, laboró en Hacienda y en el Infonavit, no tuvo tanto despegue como su hijo.
III
Para el PRI, es seguro que este “desligamiento” de Pepe Toño tanto del mismo partido como del PAN, le den la categoría de esa figura que pueda resultarles empática con un electorado que no está muy convencido de la actuación del actual presidente: “candidato ciudadano”.
El “candidato ciudadano” es lo más parecido que puede haber con un “candidato independiente”, con la diferencia de que el primero puede ser apoyado por uno o más partidos y el segundo, puede venir de un partido en espera de que los ciudadanos apartidistas lo apoyen.
¿Por qué apostar a un “candidato ciudadano”? Bueno, se supone que el electorado está “cansado” de los mismos políticos de siempre, quizás por allí la piedra en el zapato de Osorio Chong (entre otras muchas cosas), aunque hay algo que hay que destacar: supongamos que José Antonio Meade es un excelente producto, pero la marca que lo patrocina en este momento, es mala.
Bueno, para ello, desde hace un ratote, vienen trabajando la imagen de Meade como la octava maravilla en cuestión de finanzas, administración, relaciones públicas (quizás no al tamaño que ha mostrado Videgaray Caso)… es decir, buscan fortalecer sus virtudes en un plano que creo, no está al alcance de muchos mortales mexicanos.
IV
¡Ojo! porque así como bien pueden ponderar las virtudes de José Antonio Meade, éstas, sus virtudes, pueden convertirse a su vez en sus defectos, en sus debilidades, porque siendo una maravilla en las cuestiones citadas como finanzas, administración y otras, por qué hay un chingo de pobres, por qué seguimos sufriendo en el bolsillo las políticas de nuestros gobernantes, por qué muchos mexicanos tienen que tener uno, dos o hasta tres empleos que les permita (sobre)vivir decorosamente, y volviendo al inicio de esta columna, por qué siendo tan fregón, nunca se percató, quiso ver, o hizo algo, de los desmanes.
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