*La creatividad se aprende igual que se aprende a leer. Camelot
AL MAESTRO CON CARIÑO
Estando en el Foro Boca, cuando el Stradivarius y las manos del gran Joshua Bell entonaron la afamada rola mexicana, Estrellita, de Manuel M. Ponce, mi mente se fue a mi pueblo. Cuento la historia pequeña. Teníamos en la Secundaria Oficial de Tierra Blanca de maestro al profesor Carlos Cruz Valenzuela, le decíamos ‘estuvose’, porque siempre comenzaba así las clases, con esa palabra. Fue un profesor muy querido, apreciado, reconocido. Tomás Ramón, que es originario de ese pueblo y que no ha salido de él, me platicaba hace dos días que jubilado murió como maestro, nació tlacotalpeño y se afincó terrablanquense, fue director de escuela y al pueblo le compuso el Himno a Tierra Blanca. El pueblo lo honró poniendo su nombre a su Casa de la Cultura. Lo recuerdo porque, cuando Joshua tocó Estrellita, el maestro cuando llegaba a clase de literatura, le pedíamos nos pasara a la clase de música, y esa le salía bien, de primera, sacaba de un estuche viejo su violín y a darle con Estrellita, cuando lo ovacionábamos en clase las lágrimas se le salían, era músico prolífico, con su vestimenta clásica, pantalones hasta arriba y sus tirantes, tocaba violín, clarinete y trompeta. Así lo recuerdo ahora. No tenía un Stradivarius de 14 millones de dólares, ni los dedos de la magia del gran Joshua, pero tenía el cariño y la admiración y respeto de sus alumnos, mas del mío, porque en casa mi padre llegó a tocar guitarra clásica, violín y piano, cuando mis abuelos lo enviaron al Conservatorio en México, y sabía leer música, y uno que ni las maracas toca, también lo recordamos con esas bellezas de la música.
EL CRIMINAL MANSON
Hace unos días, para el bien de la humanidad, murió el criminal Charles Manson, el que fundó la Familia Manson, un criminal como pocos que, en lugar de haber sido ejecutado con la Pena de Muerte, salvó la vida y a los 83 años murió en la cárcel. Todos conocimos su historia de maldad. Azuzó a unas chamacas pueblerinas y a unos killers, y dieron muerte de 17 puñaladas a la actriz Sharon Tate, que embarazada estaba de ocho meses, y a varias figuras (7) hollywoodenses de esa época, casada con el gran Román Polansky, que luego tuvo su calvario por abusar de una menor de edad. El criminal quería salir de la cárcel, apelaba y apelaba y al final, se la pelaba, porque nunca le dieron la libertad condicionada. Allí murió, tras los barrotes recordando ese crimen maldito. Era un adorador de la muerte y en su frente se tatuó con una navaja una suástica, como si fuera soldado nazi de Hitler, otro criminal. Amaba a Hitler y a Los Beatles, y los músicos qué culpa tenían que este barbaján los admirara. Lennon y pandilla eran gente buena. Toco el tema porque leo en mi diario El País -que ya llegó a Orizaba de nuevo y los expendedores se vuelan la revista semanal, que es una joya, que a diario vale 15 pesos y 25 el domingo, pero por la revista-, que el no menos afamado Quentin Tarantino, un cineasta que lleva sangre y fuego a sus cintas, está preparando la cinta de ese asesinato, para agosto de 2019, aunque él lo niega. Sharon era una actriz que comenzaba escalar posiciones fílmicas, la muerte la llevó a los senderos de la inmortalidad, como a Marilyn, guardando sus debidas proporciones. Alguna vez, el otro gran director, Martin Scorsese, anunció que haría el filme, se echó pa’ atrás cuando lo amenazaron de muerte, porque era el tiempo que ese país aborrecía ese proditorio crimen.
LA VENDIMIA
Solemos los que tecleamos a diario, equivocarnos, de un tiempo a la fecha, tanto que hasta los picudos de la Real Academia se sorprenden, solemos utilizar la palabra ‘Vendimia’ como un acto de mercadeo. Ahora leo: comienza la Vendimia en la Concordia, por las peregrinaciones y esas cosas. No es cierto, en la Concordia no hay viñedos ni nada parecido, la palabra nos ha gustado (una vez también la utilicé y me corrigieron enseguida y me apené, por burro) porque se oye muy ‘nice’, para emplearla en cosas que no son. Wikipedia dice que ‘la Vendimia es la recolección o cosecha de las uvas, generalmente refiriéndose a las que servirán a la producción de vino o licor. En el caso de las uvas de mesa se usa simplemente el término cosecha’. Vendimia es eso, el arte y trabajo de recolectar o cosechar de las uvas. Y nada mas, lo otro sale sobrando.
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