Me equivoqué, creí que, para todos los nuevos ediles de Xalapa, la primera capital del país gobernada por MORENA, una realidad sociopolítica más que evidente, sería suficiente para madurar y acercarse, aunque fuera un poco a eso que L. Golman llamó máximo de conciencia social posible. De haber madurado se habrían colocado a la altura del despertar de una ciudadanía muy informada, sumamente despierta, critica, que tiene memoria y que razona. Pero no. Me hice ilusiones, pensé que en Xalapa la ahora llamada “oposición” – ojalá y lo fuera de verdad para bien de los xalapeños- habría despertado de su cómodo letargo, ese que se produce de disfrutar del poder sin tanto esfuerzo y con sueldos insultantes.

Supuse que les había “caído el veinte” sobre la necesidad de cambiar realmente las prácticas políticas hoy muertas. En especial, creí que se habrían dado cuenta que el dinero pude comprar algunos votos y con los programas sociales se puede manipular a otros electores pero que no basta para impedir que la mayoría del pueblo tome conciencia y transite del hartazgo a votar por la alternancia.

Un castigo ante el cual, si con sincera actitud autocritica se hubiera evaluado, alguna rectificación habría acordado. Pero no fue así. No se preguntaron por qué su saldo en las urnas fue minoritario incluso en el caso del PRI, no obstante, la presencia de todo el poder federal detrás de la magna obra pública que hizo lucir y también evidenciar dolorosos e inocultables contrastes como ocurre cuando a pocos se les da y a muchos se les niega.

Bien dice el cristiano refrán “de los arrepentidos se sirve Dios “Y así será si son verdaderamente arrepentidos porque si no debe ser el diablo el complacido. Yo los escuché y es increíble lo que reflejan. Por eso alguien lúcido les dijo que su discurso era sofista. En su comportamiento en la primera sesión del Cabildo de Xalapa los ediles “de oposición” votaron como bloque y contra todo con 7 de los 15 votos: uno a uno los nombramientos que por ley le corresponde al presidente poner a votación, el voto de los ediles opositores fue en contra, unido y en bloque. Si era nombrar al Tesorero, en contra, si era el nombramiento del secretario, en contra. Algunos opositores intervinieron para exigir “democracia, equidad, justicia, respeto a la Constitución, a la pluralidad,”, etc. ¿Es que en el órgano de representación – El Cabildo- puede haber o inventarse una democracia distinta a la que arrojó la voluntad popular en las urnas? No se nos olvide que desde la ocupación proporcional del numero de ediles se asienta en acta implícitamente se reconoce el grado de representatividad que se supone alcanzaron cada una de las fuerzas participantes en el proceso electoral.

No hay para donde hacerse. El pueblo de la capital de los veracruzanos, teniendo la oportunidad pedagógica de vivir frente a la sede de los tres poderes, paso a paso emerge en nueva conciencia mientras obsoletas dirigencias partiditas siguen atrapadas en el pasado o peor, en el pasado con discurso demócrata. Imagínese que a un regidor se le ocurrió sumar todos los votos de los partidos en las pasadas elecciones de Xalapa como si hubieran sido coalición y como su obediente calculadora no miente ( y tampoco analiza) el total de la suma arrojó 75 mil votos contra 70 mil de MORENA y exclamó ¡¡¡Eureka Eureka!!! lo he descubierto ¡somos mayoría! ¡es injusto que nos nieguen presidir comisiones y es antidemocrático que nos nieguen intervenir en los nombramientos de los colaboradores del alcalde. Indignados, sienten que se violentó la democracia, su representatividad, el respeto “a sus electores”, etc. Etc. Todo un drama edilicio. Siguen sin darse cuenta del sentido irreversible del enojo social que predomina en Xalapa, en Veracruz y en todo el país. Muy poderosos deben ser los intereses personales o de grupo y no convicciones ideológicas – como se quiere hacer aparecer lo que hay detrás de los que se resisten a darse cuenta que después de un siglo México nuevamente está en el umbral de un cambio de régimen, de proyecto de nación y no solo de gobernantes sentados en la misma silla. En consecuencia, se espera otra cultura cívica de sus representantes.

¿Acaso es muy difícil entender que la fuerza impulsora del cambio profundo no brota de las ideas o de las ocurrencias de los líderes o representantes de organizaciones participantes? Estos, ciertamente la pueden orientar o encabezar más la fuente originaria del poder viene de abajo, de la base social inconforme, movilizada y en ocasiones organizada comunitariamente. Una base resentida de muchos años por muchos daños. Proviene de la realidad cotidiana que pesa en el estómago, en la mesa, en cada joven profesionista desempleado, en la vida de cada familia cuyos ingresos siguen día a día perdiendo poder adquisitivo gracias a las políticas neoliberales aplicadas en el país en las últimas décadas y que han profundizado la marginación y desigualdad.

No hay peor ciego que el que no quiere ver, dice el refrán. La mayoría de los electores en Xalapa votaron por un proyecto social de cambio en este caso representado por MORENA. O sea, por un candidato – Hipólito Rodríguez Herrero – y por una plataforma que se compromete a regresar el poder y la administración municipal a su sentido republicano, austero, transparente, sujeto al escrutinio público, de servicio y sobre todo instrumento eficaz en favor de los que hasta ahora han quedado marginados desde todos los puntos de vista, incluso del impacto de la obra publica reciente.

Si no por convicción ideológica, aunque solo fuera por pura conveniencia, los que no quieren ver, de los dientes para afuera deberían de adherirse al sentido que lleva la incontenible ola de voluntades que por todo el territorio clama por ponerle un alto total a la corrupción, al abuso del poder, al saqueo de las riquezas de la nación, al enriquecimiento ilícito desde y con el poder.

Si yo fuera Regidor, (cargo al que jamás he aspirado ni aspiraré,) y lo fuera de un partido distinto a MORENA, en primer lugar, no me llamaría de “oposición” … de oposición ¿a qué? ¿Acaso de oposición al proyecto por el que votó la mayoría? ¿Tiene eso algún sentido? Si de lo que se trata es de crecer y disputarle representatividad al adversario, entonces lo consecuente es trabajar y ser parte de las decisiones en favor del proyecto que beneficien a la mayoría, no a la minoría. Y cuando se discrepe, cuestione y proponga que también lo sea en favor de la mayoría. Enójense y fuerte por servir mejor, no por cargos honoríficos. No se confundan, este ayuntamiento ya pintó su raya y no dará pagos extras ni jugosas compensaciones por trabajo en comisiones. Esas oportunidades aún se consiguen en el Congreso estatal y federal. Solo sumándose cabría la posibilidad de ampliar representatividad. Con acciones y propuestas de inobjetable beneficio colectivo. Pero para eso se necesita ser oposición responsable y con visión de largo plazo, inteligente y creativa. Y eso es de lo que parece que carece parte del nuevo cabildo de Xalapa con resabios de vieja cultura y discurso democrático. Ni modo, habrá que esperar que maduren o la realidad los coloque en el lugar que les corresponda. Por el bien de Xalapa ojalá maduren. Un cabildo unido de manera real y no artificial por planchado, es capaz de muchas hazañas en favor de la sociedad.

A esa primera sesión de Cabildo de Xalapa me invitó un amigo que me conoce desde hace 20 años como analista reflexivo y en este papel asistí. No me gusta, carezco de la paciencia ante el contraste de protocolos y realidad, con más fundamento que motivación como suelen suceder las decisiones cuando se ocultan a los verdaderos intereses beneficiados. Además reciente había hecho un análisis de Actas de Cabildo y mi animo estaba por los suelos. Pero no resistí presenciar en vivo y “a todo color” a los ediles protagonistas de la primera capital del país gobernado por la organización política que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

No es verdad que se haya “expulsado” a los ediles de oposición de participar en Comisiones como dijo el diputado exhortador. Eso no pasó ni puede pasar simplemente porque participar es un derecho de todos los ediles. Del partido que sean tienen los mismos derechos. Lo que me consta y también a un auditorio repleto es que la coordinación e integración del trabajo a desarrollar en tales Comisiones, a propuesta del alcalde, dialogada previamente y sometida a votación, correspondió a los representantes del proyecto de cambio social por el que votó la evidente mayoría en las urnas. Dentro de las Comisiones, los dictámenes se votan por mayoría. Sus presidentes tienen tareas adicionales no remuneradas y dentro de estas la de integrar las propuestas de los demás. Los presidentes y Secretarios de Comisiones tienen trabajo adicional no prerrogativas. Esto significa que por primera vez los electores exigiremos congruencia en los resultados y eso es lo que el pueblo le demandará al presidente Hipólito Rodríguez, a la Síndica Angélica Ivonne Cisneros Luján, a la Comuna y a toda su administración.

En cuanto a los ediles llamados “de oposición” ojalá y tengan la sabiduría ( o sentido común) que se requiere para aumentar la simpatía que alcanzaron en las pasadas elecciones y que lo hagan de la única forma mediante la cual puede ser eso posible y que es sumando su trabajo como representantes a los acuerdos que se tomen para evitar el dispendio, la corrupción y también le den verdadera prioridad a las obras y acciones que mejoren las condiciones de vida de la población, en particular a la más excluida hasta ahora de esos beneficios. La mejor grilla no son los golpes demócratas de pecho sino el trabajo con resultados y eso está por verse.

Al votar en bloque se hizo evidente que actuaron como obedientes a una consigna que ya se ve que es estatal. Por eso buscaron la cobija del Congreso donde radica la mano del que mese la cuna. Se cumple lo que oportunamente advertí en otro artículo: El objetivo y la estrategia en el caso de Veracruz es tratar de obstaculizar al máximo el éxito de los ayuntamientos ganados por Morena. Se antepone el compromiso y la responsabilidad constitucional de trabajar y servir localmente, al objetivo de restarle votos nacionales a AMLO. Todo apunta a eso. Y esto apenas empieza. También se denuncia ya el reparto partidista del presupuesto federal en Congreso yunista. Allá en Chihuahua se destapa la cloaca mayor que apunta a la SHCP.