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Soy del pueblo señores, trabajo todos los días, más de ocho horas, no cuento con avión privado, en ocasiones he utilizado el transporte público y no, no vengo a contarles esto para pedir su voto. Lo hago porque realmente sé lo que cuesta vivir en México, sin embargo seamos sinceros, pocos de los que leen esto saben lo que es vivir en este país como el común de los mexicanos.
En esta temporada de elecciones es muy típico ver a candidatos dormir en el suelo, tomar vuelos comerciales, ir a la barbería de la esquina y cualquier otra acción que los haga parecer uno más entre muchos mexicanos. Realizan cualquier acto con tal de que la mayoría de nosotros podamos sentir empatía por ellos y así dar nuestro voto al mejor postor, pero la empatía que México añora no es esa que dura unos cuantos meses mientras se persigue a los votantes.
Soy del pueblo porque entiendo lo que es trabajar para poder cubrir necesidades, entiendo el temor de poder ser víctima de la inseguridad, el esfuerzo que requiere poder adquirir ciertos bienes. Entiendo lo que es preocuparte porque tu calle tenga los servicios básicos, unirte con vecinos para platicar qué medidas implementaremos para mejorar nuestro entorno y cuidarnos unos con otros, pero aun así sé que me falta mucho por entender, sé que hay un México cuyos problemas son abismales, que no puede comprar lo básico porque el salario mínimo mensual no llega ni a los 3,000.00
Ese México lo conocemos todos, es el México que pasa vendiendo artesanías, que ves muy chiquito pidiendo dinero en los cruceros, o el del campo, que sabes que existe pero nunca has visto, el México de personas de la tercera edad que no son pensionados o de niños que no conocen la escuela. Ese es el México que quisiera que nuestros políticos atendieran.
Por supuesto también existe un México en mejores condiciones de vida, el México ilustrado, preparado con suficientes títulos que no son suficientes para ganar lo esperado en un trabajo, o los que no son de México pero han decidido trasladar sus inversiones a nuestro país y ya son parte de él. Ellos también necesitan garantías, porque son los que sin duda pueden ayudar a ese México olvidado incluso antes que los políticos. Sino comenzamos a apoyarnos entre ciudadanos a consumir nuestro talento, a reconocer el esfuerzo contiguo y apoyarnos entre nosotros, no podremos avanzar como esperamos.
A todos los candidatos les invito a ser parte del pueblo, sin pretensiones falsas de humildad y sencillez, no es necesario fingir, sólo necesitamos que verdaderamente abran los ojos ante los problemas en nuestro país, que dejen de crear lazos que van tras el poder y el dinero, para en realidad comprometerse con iniciativas de cambio. Tengo la certeza de que ante todo los buenos somos más, pero estamos cansados, lastimados y decepcionados. Ayúdennos a recuperar un poco la esperanza y creer que verdaderamente este México es de todos y piensa en cada uno de nosotros, no en unos cuantos. Y en lo personal realmente espero que algunos candidatos que quizás ni llegaron a ser conocidos por todos como Marichuy, sean considerados por quien sea que llegue al poder, porque si alguien conoce al pueblo y puede representarle es ella, si por alguien valdría la pena votar en estas elecciones es por esa mujer.
México no decaigas y aprende lo más que puedas de otros en estas fechas, que tu hambre no te engañe, que tu dolor no nuble en juicio y sobre todo que los colores de un partido no sean lo único que próximamente te haga decidir, mereces más que candidatos fingiendo, mereces más que unos meses de persecución electoral. Mereces crecer y mejorar y solo podemos hacerlo juntos.