Brad Hunter es un estudioso de la vida – del alma. Su conocimiento y respeto a nuestro planeta se sienten en cada una de sus palabras. En su libro, “Profecías y predicciones climáticas,” Brad Hunter revela el resultado de lo que investiga como una propuesta y no como una creencia. Brad habla de los acontecimientos actuales, llevándonos inevitablemente a nuestro interior, a la reflexión y recordándonos, por sobre todas las cosas, el poder que cada uno de nosotros poseemos para logar cambios.
Afirma que la conciencia nos ofrece la posibilidad de entender que todo lo destructivo es involutivo y por ende, no favorece a la “evolución” que es el único sentido de la Creación. Transitamos una carretera de un sólo sentido. Si elegimos el sentido contrario, no estaremos haciendo otra cosa que retrasar el viaje que colectivamente decidimos emprender. La necesidad de alertar a las personas que el cambio debe comenzar desde lo individual hacia lo colectivo y no desde las corporaciones, los gobiernos hacia la gente. Como dijo León Tolstoi “Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a mismo”. Es irónico, pero quedó en evidencia con las últimas cumbres sobre cambios climáticos, que la economía de una nación o una corporación, pesa más que el futuro del mundo y la humanidad. Experiencias cuánticas relacionadas a la coherencia global como las que llevan a cabo la Universidad de Princeton o el Heart Math Institute nos indican que cuando una masa crítica de personas está coherentemente focalizada en un asunto común, se producen alteraciones electromagnéticas en el pulso resonante planetario. Lamentablemente sólo se logra esa coherencia en eventos deportivos, o sucesos de masiva trascendencia en los medios como el 9-11 que motivaron cambios negativos para el planeta. Esto nos indica que la intención y la emoción humana afectan las condiciones de estabilidad planetaria. ¿Qué significa esto? Qué si tan sólo un día a la semana, los medios del mundo realizaran simultáneamente un llamamiento al trabajo de intención positiva hacia al planeta, muchos eventos climáticos podrían ser revertidos. Si queremos cambiar el mundo, primero debemos cambiar nosotros y ser nosotros mismos los iniciadores del cambio. Si vamos a esperar que nuestros gobiernos o las grandes corporaciones lo hagan por nosotros, va a ser tarde. Somos creadores y debemos comenzar a crear desde el primer paso, que es la toma de conciencia personal. Nadie duda de la mortandad y el destrozo que puede crear un Huracán, pero nadie cree que una masa crítica de personas unida trabajando en la intención pueda evitarlo. Conformamos un sistema interconectado, un campo resonante mórfico que responde a poder de “masa crítica”, es decir que funciona como una balanza, cuantos más individuos se coloquen de un lado de la misma, el plato más pesado será equilibrado por el plato que se carga de una unidad por vez. Llegará el momento que terminará siendo el plato de mayor peso. Uno más uno, más uno, hasta llegar a millones, hacen una ecuación de conciencia planetaria. A continuación comparto algunas de sus reflexiones.
-No queramos cambiar el mundo, sólo basta con cambiar nuestras malas costumbres que afectan negativamente al mundo.
-No intentemos abrir ningún portal galáctico, sólo intentemos abrir nuestros propios corazones al prójimo y a la vida.
-No nos preocupemos por escuchar los confusos mensajes evolutivos que nos llegan de supuestos contactados cósmicos, nos basta con escuchar los claros mensajes que, por involutivos, desestimamos de la Madre Tierra.
-No nos preocupemos por si existe la Hermandad Blanca, preocupémonos por nuestros hermanos negros, blancos, amarillos, colorados y de todas las razas que existen, para que sigan existiendo.
-No intentemos aprender lenguajes cósmicos o mantras antiguos, sin antes aprender a hablar y cantar el lenguaje simple del amor y de la vida aquí en la Tierra.
-No intentemos escuchar y poner en práctica las técnicas espirituales del sabio espiritual, sin antes reconocer nuestra propia esencia espiritual que nos lleva a descubrir nuestro propio sabio interior que nos habla y enseña a practicar una vida espiritual y sabia.
-No queramos huir a lugares seguros ante los catastróficos cambios
climáticos, sino que debemos enfrentar a los catastróficos cambios personales que no nos permitirán salvarnos sin importar que ocurra.
-Antes de saber cómo contactarte con un hermano extra-terrestre,
contáctate contigo mismo y ofrece una ayuda extra, a tu hermano terrestre.
-No te asustes de la inundación por venir, porque antes te ahogarás en el propio miedo de tener que vivir aquello que todavía no pasó.
-No temas al futuro, ten temor a no estar preparado para vivir el presente.
-No le temas a lo que va a pasar, sino ten temor a lo que NO haces para que no pase aquello que temes.
-No niegues aquello que puede pasar, sólo trabaja en afianzar lo que
está bien y corrige lo que está mal y entonces el miedo se convertirá en esperanza.
-No esperes que venga un maestro a salvarte, sino aprende del que ya una vez vino, actúa como El, y ya estarás salvado.
-No busques las huellas del pasado, fíjate por donde caminas ahora.
-No esperes un futuro «decretado», anda y construye uno «co-creado».
-No culpes ni juzgues, si tú cambiaste de camino, ofrece y enseña a
otros el cambio.
-Ser más consciente no es acerca de cuantos libros de espiritualidad
leas, sino de cuantos no necesitas leer para aprender.