Hace dos meses hubiera firmado ante un fedatario público –lo que es una exageración- que la elección en Veracruz estaba decidida. El sol apuntaba firme en una dirección, no tanto por una cuestión de mero capricho, sino por las condiciones políticas que atravesaba Veracruz en ese momento, octubre-noviembre del año pasado.
Hoy, el momento político del estado ha variado radicalmente, el que antes parecía que estaba arriba en los momios, ya no me parece que lo esté tanto. El panorama político de la entidad ha cambiado y la percepción de los ciudadanos empieza a variar, nadie podría afirmar a estas alturas que ya tiene asegurada la gubernatura en el bolsillo.
¿Qué puede determinar la preferencia del votante a estas alturas?, no estoy tan seguro, quizá el mensaje de los (pre) candidatos, tal vez la forma en la que conecten con la gente, su actitud ante los oponentes, el equipo de trabajo que lo acompaña, la propuesta de gobierno que nos presenten a los veracruzanos, la trayectoria profesional de cada uno de los tres, su prestigio personal, respuestas específicas a los problemas y retos del estado: en seguridad, fomento del empleo, finanzas públicas, desarrollo social, desarrollo económico, salud, educación, etc.
Por otra parte, creo que los ciudadanos debemos exigir a los (pre) candidatos respuestas concretas a problemas concretos. Ya no podemos permitir ni aceptar más vaguedades, tangentes o elusiones. Debemos pedir claridad, compromiso, honestidad, honradez, palabra, vergüenza.
Es necesario que demos paso al voto informado. Lo ideal es que el ejercicio del voto se dé de manera informada, por eso será muy importante que, por lo menos, revisemos las plataformas electorales que son requeridas por la ley electoral, justamente para ayudar al ciudadano a informarse con respecto a las propuestas base de los candidatos. Aquí vale la pena mencionar que, tradicionalmente, las plataformas electorales son un rosario de palabras huecas, etéreas, panfletarias (simples) de cosas que no le interesan a los ciudadanos.
Aunque las plataformas no están obligadas a transformarse en programas de gobierno, nos pueden servir como fuente de información y como referencia para posteriormente exigir el cumplimiento de promesas durante su gestión a los candidatos electos.
Por último, y aquí si voy a ser muy incisivo, así como es necesario conocer las propuestas, también es importante conocer el historial de cada candidato. Un punto importante de decisión consiste en comparar lo propuesto durante la campaña con lo que los candidatos han ido logrando a lo largo de sus carreras políticas. ¿Qué tanto han ayudado a mejorar las condiciones de su entorno político desde una posición de responsabilidad o de representación política?
Su trayectoria es muy importante, los hechos hablan por cada uno de los (pre) candidatos. En un contexto mucho más amplio, puede dar pie para tratar de establecer parangones o relacionar lo prometido con lo cumplido, así como la ética, moral pública, si es o no una gente de palabra, creencias, prioridades, equipo y, en general, qué tan confiable es el candidato.
Informarse de todo lo anterior es un paso determinante para disponer de los elementos necesarios que (nos) permitan a los votantes tomar una decisión responsable, basada en hechos y no en emociones, antes de acudir a las urnas.
Los señores candidatos tienen la palabra.

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@marcogonzalezga