¿Quién va a ganar la gubernatura de Veracruz?, no lo sé, no estoy seguro, todavía no tengo los suficientes argumentos como para tener una certeza. Eso sí, espero que triunfe la mejor propuesta de programa de gobierno, el candidato que ofrezca, que nos diga el qué, lo que es muy importante para tener claro lo que hay que hacer, pero también es importante el cómo, es decir, que los candidatos nos digan cómo le van a entrar a este toro, antaño brioso, llamado Veracruz, para sacarlo de esta parálisis que sufre.
Soy especialmente refractario al panfleto, a las entrecomillas soluciones fáciles a problemas complejos. El quehacer público es una cosa muy seria, harto difícil y entrarle a la gestión pública de un estado como Veracruz, con más de 7 millones de habitantes, 212 municipios, más de ¡26 mil localidades!, con economías municipales muy aventajadas, de hecho Veracruz es la entidad con el mayor número de ciudades ya no digamos medias, que es una categoría perfectamente delimitada por los estudiosos de estas cosas, me refiero a ciudades de más de 100 mil habitantes, probablemente en ese rango haya más de 25 ciudades, con centros urbanos macro como Veracruz, Boca del Río, Xalapa, Coatzacoalcos, Poza Rica, Córdoba, Orizaba, Minatitlán, Tuxpan y para qué le sigo, pero también con regiones de mucho atraso, municipios marginados con grandes rezagos, dos o tres entre los más pobres de México, ¡híjoles, todo un reto!
Entonces, insisto, es un toro muy difícil para lidiarlo. Y los (pre) candidatos ya nos tienen que ir mostrando los trastos con los que van a enfrentar a este astado. Por eso son muy importantes periodos como estos, los de las precampañas, en donde estos hombres se están acercando a sus militancias y simpatizantes para irles bosquejando cómo van a acometer a este estado con tantos problemas por resolver. Me parece que deben, o ya deberían de haber tomado en cuenta, que el enemigo número uno de los políticos (profesionales) que aspiran a gobernar a un estado como éste es la improvisación.
Nada puede ser casual en las (pre) campañas electorales. No hay lugar para la improvisación, todo tiene que estar basado en un guion, en un plan previamente establecido, a códigos, señales, imagen y estilo. La vestimenta, los discursos, las intervenciones en medios, la propaganda, los eventos, los vídeos, las fotos, todo combinado como una maquinaria de relojería para intentar proyectar el mensaje de los (pre) candidatos de manera eficaz, que cale en la inteligencia racional y emocional del votante.
Todo es importante, y hoy, ante el descrédito de la política, en el mensaje político se tratan de cancelar o, por lo menos, esconder las siglas del partido en contraposición a la maximización de la imagen positiva del candidato (a). Es difícil que un lema haga ganar unas elecciones a un candidato, sin embargo, la comunicación política, el mensaje y el lenguaje asertivo sí potencializan las fortalezas del candidato.
Hasta el día de hoy he visto muy poco que me llame la atención en el mensaje de los tres (pre) candidatos. Hay un vacío comunicacional que necesitan llenar pronto. Necesitan comunicar más y mejor. Una de las claves muy posiblemente se encuentre en la compenetración que logren establecer con el electorado. En lo particular, veo a uno de los tres con mayores fortalezas para lograr esa comunicación ‘cara a cara’ con los votantes. En unas elecciones como estas, donde ya se conoce a los (pre) candidatos, es importante generar una relación afectiva, tratar de ser auténtico, genuino y cercano a la gente, así como tratar de propiciar flujos de comunicación más directa, comunicación de ida y vuelta con los ciudadanos que la mayoría de los políticos no consideran: escuchar al votante.
Me parece, finalmente, que ahí está la clave de todo. Si cualquiera de los tres logra captar esto, estoy seguro que lograrán captar la preferencia del electorado y, ojo, esa capacidad comunicacional tiene que ser, como se dice ahora, transversal, para llegar a arriba y abajo, a aquí, allá y acullá.
Ahí está la cuestión.
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@marcogonzalezga