EL CIUDADANO, se rebela, ya no quiere escuchar la misma cantaleta de los ahora candidatos a la Presidencia de la República, y aquí, en la aldea, los que buscan afanosamente la gubernatura del Estado.
Verá Usted, amigo lector: los ciudadanos ya no quieren promesas, porque éstas, a la fecha y en labios de otros actores políticos, no se cumplieron ni siquiera medianamente, ya no digamos, al pie de la letra.
Existe, aunque usted no lo crea, una terrible decepción, sobre todo, porque los políticos ampliamente conocidos por su larga trayectoria, prácticamente, les quedaron mal.
Y la cosa no es contra Duarte, solamente, como ya se hizo costumbre escuchar a cada rato, tanto oficialmente, como en los lugares propios que la gente utiliza para expresar abiertamente sus opiniones, no, sino también, es la propia sociedad.
Es por eso que se están dando reacciones en todo el territorio nacional, como estatal, pues ahora, por tratarse de una elección concurrente, también se tiene que tomar en cuenta la opinión generalizada de la sociedad, de los grupos sociales que ya se encuentran operando, pero en contra de todos los candidatos, pues ya resulta cansado para el pueblo, escuchar las mismas promesas.
Vaya, que por fin, la democracia esta tomando otro sentido, pues ya se considera que las promesas no son, para nada, parte de una verdadera democracia y más en estos momentos que lo menos que importa es hacer caso al significado de la palabra democracia, pues este importante concepto se ha quedado en el pasado, como mero intento de los pueblos, para alcanzarlo.
Pero en fin, viene, de alguna manera, lo más grave de este asunto, ya que la gente ha comenzado a dudar sobre la emisión de su voto y dicen algunos que votaran por el que se les pegue la gana, a la hora de acudir a las urnas, pues es sabido que cualquiera de ellos va a ser lo mismo.
Tengan razón o no, el pueblo así lo califica y lo mejor, para todos los que aspiran a un puesto popular, es ir encendiendo las farolas, porque el pueblo en cualquier momento, puede llegar a asegurar que es de noche, aunque para los demás, sea de día, es decir, imponer su propia voluntad, que finalmente, de eso se trata en una democracia que se respete.
Pero lo que sí es seguro, desde ahora, es que pese a todos los mensajes que se envíen por los diversos métodos que se tengan y las estrategias que se operen, la gente del pueblo ya esta pensando en votar, efectivamente, por quien les dé la gana, ya que cumplirán, eso sí, con su obligación de votar, pero lo harán a favor de quien se les ocurra, aunque lo más grave y peligroso sería, que ante la duda de votar por alguien que verdaderamente represente los intereses del pueblo , opten por la abstención y que la mayoría de votantes no acuda a votar, pues para eso pueden alegar infinidad de pretextos, como es la propia inseguridad.
De ahí que en este momento no se pueda adivinar, por decirlo de alguna manera, lo que puede suceder en los comicios del primero de julio, pues hay mucha decepción entre la gente, por lo que, hasta las mismas encuestadoras, se enfrentan a un fenómeno para ellos desconocido, porque no obtienen información precisa o cuando menos adecuada para los fines que tienen.
Sin embargo, es muy temprano, para que esta actitud se pueda considerar permanente, pues faltan las verdaderas campañas políticas, las cuales ya no debieran están impregnadas de promesas, sino de realidades, pues el pueblo quiere es, realidades, para ver como se buscaran soluciones a corto o largo plazo, según el caso.
Ya será, entonces, problema de los candidatos, revertir esta opinión de la gente y que la mayoría de ellos salgan a votar, eso sí, cuidando o dosificando las promesas para no cansar más al pueblo, al ciudadano común que vota y que tiene una familia que también vota.
Hay, pues que convencer a los ciudadanos, para que no voten por quien les dé la gana, sino por aquellos que tengan mejores propuestas, que mantengan una imagen honesta, trabajadora, sensible, respetuosa y de gran cariño por el país y por el Estado.
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BUENO, SEÑORES CANDIDATOS, la precampaña ya concluyó y hay espera, en estos momentos, para iniciar actividades proselitistas hasta dentro de treinta o cuarenta días, mientras tanto, son tiempos de reflexión, de hacer cuentas, de establecer nuevas estrategias para enfrentarse al mundo diferente que será la campaña política, porque ésta sí estaría directamente dedicada al pueblo, en cualquiera de sus fases, nacional o estatal.
De los tres candidatos a la Presidencia de la República, todo parece indicar que terminaron en posiciones diferentes a las que tenían cuando se iniciaron estos trabajos.
Andrés Manuel López Obrador, de Morena, se rezaga en los últimos días de la precampaña, aunque haya quien diga lo contrario, es decir, que terminó en primer lugar y que no se preocupa tanto como los demás.
Puede ser que exista esta percepción (¿dónde escuché esta palabra?), pero la verdad de las cosas, es que José Antonio Meade, se le acercó peligrosamente y son, al parecer, unos cuantos puntos de diferencia, colocándose, pues, en segundo lugar, mientras que Ricardo Anaya, el famoso chico maravilla, se fue al tercer lugar, también por pocos puntos, pero finalmente, al tercer lugar.
Para todos habrá recomposición de equipos políticos, porque la precampaña, sirvió también para ver las operaciones que se llevaron a cabo y en que se pudiera estar fallando.
La noticia, para el PRI, es buena, aunque no falta quien diga también que a José Antonio Meade, le hace falta una buena sacudida, que se salga un poco del marasmo en que se encuentra, que module su voz de candidato y no de cualquier funcionario común y corriente. Le hace falta, pues, que alguien le diga o le explique que ya es el candidato del PRI, a la Presidencia de la República, y que es tiempo de moverse, de darse buenos baños de pueblo y exponerse a todo, incluso, a la comida que tendrá que aceptar en todas partes. Lo modosito ya se acabó, es hora de hablar con fuerza y entereza.
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ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR, ya comenzó a poner en práctica, sin ser Presidente de la República, todavía, el perdón de los pecados a todos aquellos que por alguna razón, han delinquido en este país, luego de que ya se supo que ha decidido llevar al Senado de la República, nada menos que a Napoleón Gómez Urrutia, aquél dirigente de trabajadores mineros, que fue acusado por un fraude de cincuenta y cinco millones de dólares, hace algunos años.
Para quien no creía en esta intención del Señor de Morena, pues ya ésta la primera muestra de que así será durante su gobierno, sí es que llega, comenzando por poner en la calle, a todos los delincuentes que sean perdonados durante su gestión presidencial.
De alguna manera, esto esta creando confusión y preocupación entre la clase política del país, porque Napoleón Gómez Urrutia, no aportaría nada al sistema legislativo del país, pero en cambio habría alguna intromisión en el área minera del país, que bien conoce y que los propios trabajadores, no están de acuerdo en soportar.
Con esta noticia, López Obrador, la riega y más cuando obnubilado por el poder y la creencia de que será Presidente, comienza por no saber, exactamente, lo que hace.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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