LOS candidatos a la gubernatura del Estado, están callados. Nadie dice nada fuera del contexto prohibitivo, relacionado con el proceso electoral, respetando y respetándose, así mismos, dentro de la contienda política, con un poco de civilidad política y obligatoriedad legal.
Pero, ¿Qué pasa allá afuera, retirados de los partidos políticos, de sus propias dirigencias donde los sectores políticos y sociales, se aprovechan del silencio político de los aspirantes, para externar públicamente lo que piensan de uno y de otro candidato?.
Bueno, para empezar, parece que este lapso de tiempo, decretado para no permitir ninguna acción proselitista, por parte de los aspirantes a los cargos públicos, principalmente, la gubernatura del Estado, esta sirviendo para una especie de reflexión sobre estas elecciones del primero de julio, que, efectivamente, todo mundo coincide en que serán importantes desde el punto de vista que cambiarán los escenarios políticos nacionales y estatales.
Pues bien, esos actores políticos y no políticos, que tienen la posibilidad de externar sus opiniones, convencen y se convencen de quién puede ser mejor para que a todos los veracruzanos, les vaya bien.
Más allá de las estrategias políticas implementadas por quienes detentan el poder y pueden, de la noche a la mañana, cambiar las cosas, hay, por ahí, cierta tendencia popular a querer votar por quien resulte ser, no el mejor, sino el menos malo, para gobernar al Estado de Veracruz.
Y es que los ciudadanos tienen toda la razón, al manifestar que hasta estos momentos, ningún político encumbrado ha logrado concretar sus acciones y por lo tanto, darle cabal cumplimiento a las demandas, salvo, desde luego honrosas excepciones que bien conocen los veracruzanos.
Si Usted, amigo lector, se acerca a los espacios donde normalmente se reúnen los ciudadanos que piensan y repiensan, que opinan y vuelven a opinar, sobre lo que está sucediendo, se dará cuenta que ni siquiera las encuestas están enteradas, prácticamente, de lo que verdaderamente piensa la gente.
Esto hace, desde luego, que no se tengan certeza de lo que sucederá en las elecciones del primero de julio. En este periodo de silencio político, es cierto, los candidatos se callan, se cuidan para no caer en acciones ilegales, pero por ellos hablan infinidad de ciudadanos que saben el camino que están siguiendo las cosas en Veracruz.
Nadie descarta, pues, que haya sorpresas políticas el primero de julio, donde el voto verdadero determine exactamente el futuro del país, pero en este caso, del propio Estado de Veracruz, que interesa más a quienes se encuentran viviendo en estas tierras y que saben que primero está el Estado, y luego, la federación, aunque muchos otros piensen que es todo lo contrario.
Y se dice que primero es el Estado, porque son las autoridades más inmediatas de los veracruzanos, para gestión de sus respectivos problemas.
Pero, electoralmente, los ciudadanos, ya están pendientes del suceso político que nos ocupa, no por ser una entidad politizada, sino porque en estos momentos, en el Estado, se juega más que una sucesión gubernamental cualquiera, se juega, sin lugar a dudas, el bienestar de seis años.
Esta probado que el PRI, ha mandado a gente que lo ha desacreditado en el mando gubernamental, pero ha cumplido, en gran parte, con los objetivos políticos y materiales. Ahí esta la nación, hecha más con mano de obra priista que panista y en los casos que a este último partido le ha tocado gobernar, se ha dado cuenta de que no es nada fácil responder por una nación entera.
En Veracruz, ha sucedido lo mismo. Gobiernan nuevas siglas, con un hombre que tiene la mitad priista y la mitad panista-perredista. No se puede medir, de esta manera, lo mejor que puede ser ni lo peor que puede resultar. Sencillamente, es un paso que se dio por las circunstancias políticas y al final, como en todo gobierno, se habrá de hacer la evaluación, pero no ahora, cuando todo, todavía, se encuentra enmarañado.
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¿SERAN LOS TIEMPOS electorales, los que están permitiendo que en este momento, el alcalde de Xalapa, sea, por un lado, criticado porque su gobierno no levanta y que no tiene, al parecer, elementos suficientes para administrar un municipio tan importante como es la capital del Estado, muy a pesar de tener, entre sus colaboradores, a funcionarios con el perfil adecuado, el que no encontró en esta capital, así como que también responda, de pronto, con algunas estrategias de defensa, principalmente, en contra de la pasada administración que encabezó Américo Zúñiga Martínez?.
Quién sabe, pero ya una vez, Américo, le envió el mensaje directo en el sentido de que si necesita asesoría, él mismo se la daba, pero en respuesta Hipólito Rodríguez, le atiza con algunas acusaciones como las que, inocentemente, externó ayer, cuando asegura que la pasada administración no dejó la lista correcta de trabajadores a los cuales se les debía pagar oportunamente.
Lo raro del caso es que ya han pasado casi dos meses del cambio de estafeta y ya debieron tener exactamente la nómina correctamente elaborada para pagar los salarios de algunos de los trabajadores, y que, apenas, se están dando cuenta que no son todos los que están ni están todos los que son.
Esto huele mal y casi puede asegurarse que se trata de una cuestión de dimes y diretes, relacionada con el periodo electoral que estamos viviendo, lo que, sin duda, pone en evidencia que no hay capacidad suficiente para entender las cosas, más cuando se trata de gobernar a un municipio como Xalapa, que si bien, es impredecible en materia electoral, también es de los que exigen permanentemente que se les cumpla con lo prometido.
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HAY CONFIANZA EN EL DIRIGENTE nacional del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Ochoa Reza, para seguir al frente del comité ejecutivo nacional, sobre todo, en estos momentos en que se requiere absoluta unidad y no perder el tiempo en supuestas indicaciones del alto poder, para moverlo hacia otra posición.
Esto calma, de momento, las ansias de quienes pretendían sustituirlo, tal vez, con buenas intenciones, pero lo justo es que Ochoa Reza, se la juegue con José Antonio Meade, en estas elecciones que cada día están más cerca.
Ochoa Reza, sigue al frente del PRI nacional, y consecuentemente, nadie se mueve en todo el país, principalmente, en Veracruz, donde las cosas comienzan a dar resultados efectivos, respaldando las acciones del propio candidato a la gubernatura del Estado.
A cuatro meses, con diez días, aproximadamente, el panorama político nacional, sigue siendo complicado, pero hay esperanza en el cuartel priista de que las cosas sigan cambiando, como hasta ahora, en que candidatos priistas, tanto el que busca la Presidencia de la República, como el que aspira a la gubernatura del Estado, se acercan más y mas a los primeros lugares de la competencia electoral.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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