*Del Nobel Saramago: “No me preocupa la muerte, me disolveré en la nada”. Camelot.

LOS PRESIDENTES DE BUEN ROSTRO

En el pasado, los presidentes solían guardar silencio, no se exhibían. Hay un caso muy explícito, cuando Gustavo Díaz Ordaz, al término de su sexenio que calificaron de terror, dio una entrevista con Sodi Pallares, que se televisó por dónde se pudo, notaron a un presidente relajado, amigable, no el ogro que todos habían pintado, feo y dientón, humano, con todo y lo que se publicaba en su contra. Voy al archivo de esa historia: “En 1970, cuando faltaba menos de una quincena a Gustavo Díaz Ordaz para entregar la banda presidencial a Luis Echeverría, dio una entrevista exclusiva a Ernesto Sodi Pallares. El pariente de Thalía le preguntó si había advertido ingratitud en personas que antes se deshacían en adulación y lisonjas. El todavía Presidente de México contestó: “Naturalmente, doctor, lo he notado. Pero, en primer lugar, estoy muy bien preparado anímicamente y, en segundo, no es nada lo que ha sucedido: es peor lo que va a suceder”. Faltan todavía 11 meses para que Peña Nieto esté en la tesitura de sufrir ingratitud de quienes se deshacían en elogios y adulación, pero ya puede repetir las palabras de su antecesor en la cita a dos tiempos: “No es nada lo que ha sucedido” y “es peor lo que va a suceder”. A Díaz Ordaz le sirvió esa entrevista, pero a destiempo, sus amigos que le conocían decían que así era él en persona, alegre y dicharachero, pero le faltó aplicarla en todo el sexenio. Toco el tema porque Enrique Peña Nieto, quizá el presidente de más baja aceptación al término de su sexenio (12 puntos de aceptación), le ha llovido en su milpita. Ahora subió una felicitación en Twiter a su hija por sus 18 años cumplidos. No solo eso, tuvo respuesta de los tuiteros y en un rato las contestó, quedando agradable a ese entorno de red social. Tuvo 5 mil comentarios y 25 mil reacciones.

Una tuitera le escribió: “Cuidado mi presidente. Su hija ya alcanzó el timbre, cuídela de los carroñeros que quieren tener un papito suegro como usted”.

Peña le respondió: “No la tendrán fácil”.

Unos días antes, el presidente subió otro. Alguien le puso: “Mi humilde suegro, si me hace el favor de decirle a la Paulina que la veo en los de asada y en la noche pasaré a darle la vuelta, llevo el cartón de caguamas para así celebrar todos juntos el día de la amistad”.

Respuesta presidencial: “Hoy no tiene permiso de salir”.

BYE BYE NECIO DE MARIA

Cuando llegó como presidente de la Federación de Futbol Mexicana, el hombre que tiene melena de director de sinfónica y es tan inútil como el secretario del socavón, Gerardo Ruiz Esparza, anunció que convertiría la Liga MX en una como las europeas o la Champions. Fracasó. No llegó ni a liga cuenqueña, ni del Jícaro en Tierra Blanca, donde hay un yacimiento petrolero. Mejoró nuestro nivel individual con mexicanos jugando en clubes europeos, gracias a equipos que tienen semilleros, como Pachuca, a quien Televisa le soltó una andanada de maldades, solo porque no juegan con sus intereses, como una vez lo hizo con Emilio Maurer, que terminó en la cárcel. Decio de María (Ciudad de México, 31 agosto de 1955), que era compadre de otro inútil, Justino Compeán, soldados de Televisa, ambos, renunció al cargo de presidente hasta que termine el Mundial. Tendrá que cobrar su bono de marcha y esas cosillas generosas. Las causas se desconocen. A Necio se le atribuye un legado malo que hereda, permitir tantos extranjeros en el fútbol mexicano, donde a veces un equipo alinea (el del Tuca) a 8 extranjeros y tres mexicanos. Debía llevarse por allí al entrenador colombiano, Juan ‘Cambios’ Osorio, ese otro cínico que ya anunció que si no pasa la ronda primaria en el Mundial, no van a necesitar correrlo, se va a ir él solito. Eso sí, con sus 10 millones de dólares que es el bono de marcha a la terminación del contrato. Bye Necio, ve y nunca vuelvas a mirar siquiera un juego de futbol. Tanto daño le hiciste, que solo en Televisa y TV Azteca te recordarán con cariño y afecto. Por nosotros, te puede chupar la bruja. Como dijo Pérez Reverte, un dicho muy popular mexicano: “La cagaste, Burlancaster”.

LA NOCHE DEL OSCAR

México está de película. Para cuando ustedes lean esto la mañana del lunes, ya sabremos quiénes pisaron la alfombra roja y quiénes levantaron la estatuilla (así le dicen los clásicos) del Oscar. El mayor premio del mundo del cine, donde otro Mexicano que frutas vendía, va por una mas, para llenar la galería de los grandes directores: Iñarritu, Cuarón y ahora Guillermo del Toro. Esa película del agua, muy propia de su estilo, ha ganado en todos los sitios, por eso ahora se da por descontado que es el Oscar para ella, mejor película y mejor director. Es la primera ceremonia plagada también de asuntos de acoso sexual, donde el gordis calenturiento, Harvey Weinstein, ahora brillará por su ausencia, cuando siempre ocupaba las primeras butacas, dadas a los grandes del celuloide. Hoy la verá desde casa, lamentando su derrota, llevando su amor a otra que lo sepa comprender. Suerte, México.

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