Uno de los pilares más solidos de nuestra sociedad lo son los maestros que con esmero y pasión le han compartido sus conocimientos a millones de mexicanos durante muchas generaciones, su formación académica les brinda a muchos de ellos destacar en diversas disciplinas como el caso que hoy nos ocupa de la profesora, poeta y escritora nacida en nuestro estado.

Nacida en la ciudad de Catemaco el 14 de de diciembre de 1899. Hija de don Agustín Ferat y la señora María Cadena. Debido a las actividades de su padre se trasladan a la ciudad de Cosamaloapan cuando ella contaba con escasos seis meses de edad. Su primer contacto con la educación lo obtuvo de una maestra que le instruyó de forma particular, posteriormente ingresa a la escuela para niñas, uno de sus maestros fue el reconocido Benito Fentanes. Su interés por la educación la llevo a darle seguimiento a su proceso formativo y fue el propio Fentanes quien la preparó al igual que conocidos profesores normalistas. Sin embargo en esa época la estabilidad del país es endeble, provocando el cierre de la escuela en donde estudió, debiendo esperar 10 año para que nuevamente abriera sus puertas.

Preparada para tal actividad la maestra Aurora inició su carrera docente a principios de 1917, un año después deciden que la escuela lleve el nombre de un destacado historiador de la región. Joaquín Arróniz; fue también profesora de la Escuela Manuel Carpio.

En tiempos muy difíciles como lo menciona María de Lourdes M. Quien en el texto Historia de la cultura de Cosamaloapan nos dice que los niños debían cerrar la escuela y resguardarse cuando escuchaban el grito de “ahí vienen los rebeldes”, esperando pasara el tiroteo para poder regresar a sus hogares los alumnos.

Su labor humanista junto a su hermana Luz María fue destacada en la desastrosa inundación de 1944 y reconocida por el Presidente Municipal de ese momento el también profesor Rafael Arreola Molina.

En 1956 decide jubilarse con 39 años en el ejercicio de la enseñanza, para dedicarse a su familia, a su esposo el señor Pedro Zamacona y en sus ratos libres a escribir. Fue una persona muy conocida y querida por la sociedad, los jóvenes la buscaban afanosos para consultarla sobre el pasado de la ciudad y gustosa contaba ofrecía datos, anécdotas y recuerdos que tenía muy claros debido a su inteligencia y lucidez.

Dentro de las obras que escribió destacan la Historia de la Cultura en Cosamaloapan de Carpio en donde ofrece relatos amenos y asombrosos sobre su tierra y que la editora del gobierno del Estado de Veracruz publicó en una segunda edición en 1982.

Otra de sus reconocidas obras fue su antología poética llamada Brisas de la cuenca del Papaloapan publicada en 1983, en donde recoge los trabajos su juventud. Como decía el veracruzano Aureliano Hernández Palacios y miembro de la Real Academia Española de la Lengua. “Aurora posee recursos inimaginables para dar forma y expresión a su dilatado y riquísimo mundo poético”.