El fallecimiento del físico Stephen Hawking causó una oleada de repercusiones en las redes sociales, donde se hizo sentir la tristeza por la noticia de quien fue una figura destacada de la ciencia y un ejemplo de superación personal.
Entre los miles de mensajes, también se destacó una curiosa coincidencia. Ya se conocía que el nacimiento de Hawking, el 8 de enero de 1942, ocurrió exactamente 300 años después que el día en que murió Galileo Galilei, el 8 de enero de 1642. El investigador italiano, considerado padre de la astronomía moderna, es recordado por los problemas que le trajo su defensa a la teoría copernicana que rebate las posturas geocentristas: la Tierra no es el centro del universo. Hawking ha lanzado duras críticas a la religión y a la Iglesia Católica, la misma que juzgó a Galileo por sus investigaciones hace más de tres siglos. En tanto, la fecha de su muerte, 14 de marzo, coincide con la del nacimiento de Albert Einstein, uno de los científicos más importantes del siglo XX.
Desde la década de 1960, Hawking trabajó sobre la teoría de la relatividad general propuesta por el genio alemán, lo que lo llevó a plantear sus teoremas singularidad sobre el espacio y el tiempo. “Einstein había rechazado la idea de que Dios juega a los dados. Sin embargo, todas las evidencias (sobre los agujeros negros) indican que Dios es un jugador impenitente y los arroja hacia donde no se puede ver”, declaró alguna vez. En otro momento, elevó a Einstein como “la única figura de la física con una estatura comparable a la de Isaac Newton”.
Su muerte, además, coincide con El Día de Pi, una tradición que inició el físico Larry Shaw hace treinta años, en 1988. La elección de la fecha responde a la denominación del número en su versión reducida, con apenas dos iniciales: 3,14.