*De Kamalucas: “La vida no es más que un tejido de hábitos”. Camelot.

DREAM TEAM DE DANTE (LOS ALUMBRAMIENTOS)

Al grito de acabemos con el régimen caduco y anquilosado, donde una vez de ese viejo PRI dinosáurico allí salió para ser gobernador de cuatro años de Veracruz y ahora dueño de un partido, Dante Alfonso Delgado Rannauro, de Movimiento Ciudadano movió sus cartas y les quitó la capucha a sus candidatos, que buscan con la Alianza PAN-PRD, no solo ganar la elección, las locales y federales y la grande estatal con Chikiyunes, meter mucha gente al Congreso federal o local, para desde allí, si ganan, hacer un buen gobierno. A Dante le escrituraron Córdoba y Orizaba. Buscó a los mejores hombres y mujeres, diría un clásico, y la tarde del domingo, como en la Capilla Sixtina cuando los cardenales eligen Papa, salió humo blanco y candidatos habemus. Por Orizaba no fue sorpresivo que el exalcalde, Hugo Chahín Maluly, expriísta y expanista por momentos, regresara ahora a convertirse en Naranja, cuentan que en Ciudad de México, cuando Dante los nombró los puso a bailar esa rola pegajosa, que un chamaco cantó y medio México bailó. Hugo la bailó, pero en versión árabe, ensabanado. Hugo es buen candidato, creador del Teleférico del Emirato, que tanto turismo trae a Orizaba y es buena fuente de ingresos, va por el Distrito de Orizaba y la periodista Marisol Arróniz de la Huerta, por Córdoba; Tere Zucolotto, por Huatusco, Dulce Méndez Dauzón, de la familia panadera del amigo de Dante, Armando Méndez de la Luz, plurinominal dantista, o naranja. Por el otro lado, por los Verdes, el periodista y empresario, José Abella García. Por el PRI, Juan Lavín Torres, Córdoba, y se supone Orizaba con Alonso Domínguez. Y la Tía Justa (Benigno Julián Ramos Hernández) por Nueva Alianza. En Morena, Juan Martínez Flores.

UN ROL EN VERACRUZ

Uno puede rolar con satisfacción y relajamiento los fines de semana por Veracruz y Boca del Río. Había puente y muchísimos automóviles de estados limítrofes como Puebla, Oaxaca, Tlaxcala, y por el otro lado bajando de Xalapa o llegando de la Cuenca. Llegas, te metes a un café, esta vez como siempre a Don Justo, de la familia de Manolo Fernández, en esa área nueva de Plaza Américas, que cuando le llegó la competencia con la plaza Andamar, donde vendría el gran Palacio de Hierro, que no llega, les hizo momentáneamente un boquete, porque muchas tiendas prestigiadas como Zara y la de IPhone telefónica de Slim, brincaron a la nueva plaza. Pero esta zona nueva quedó bien, le pusieron cafés, heladerías y tres nuevos restaurantes al pie. Andamar tiene un café, de esos caros donde gritan tu nombre y tú te vas retecontento, porque presumes que te conocen y eres famoso. Hay tantos memes de Starbucks, por aquello de gritar tu nombre, que todos valen la pena mirarlos. Una vez, una chica que su madre le puso por nombre Beyonce, como la culona cantante, le dijo a la empleada ese nombre para que lo anotara en el vasito de unicel. “Ya quisieras”, le respondió la empleada. “Mientras tú me ignoras, Starbucks grita mi nombre”, es otro de ellos. Esa plaza Andamar tiene cafés al pie del primer piso, y otro arriba, y ahí va creciendo y captando clientes. Veracruz tiene todo: hoteles de primera, y de todos los precios, restaurantes al gusto. Comimos con Doña Amada en la Isla del Amor, de mariscos, atendidos siempre por el gran Gustavo Canales, amigo mesero de primera. Allí saludé a Hassam Hosman de Tres Valles, que comía con su señora esposa, amigo del Perro Uribe y fieles lectores. Junto a nosotros, al llegar un fuereño preguntó si éramos de allí, y quería saber qué se comía rico. Todo, le dijimos al unísono. Terminamos de comer y nos fuimos a un café y un pegue relajador, al de esa plaza, un restaurante llamado La estancia argentina. Estaba a reventar, lleno, ese puente a Veracruz le fue muy bien, hay más propinas para los meseros, hay ocupación hotelera, hasta la mugre Capufe, autopista cara y mala, se mete dinero extra. Y por el otro lado, La Cumbre Tajín, donde Yunes tomó el palo y bastón de comendador y los indígenas le dijeron que era su Tata, como le decían al gran Lázaro Cárdenas, y como le dicen a todos los gobernadores año con año que, a la llegada de la Primavera, se celebra ese ritual y ceremonial que termina en fiesta y que por las noches, a los hippies les da por quemar su motita. Medicinal, eso sí. Si París era una fiesta en un tiempo, Veracruz ahora lo es. Todo es bueno: se puede comer en ese pueblo de pescadores, tiene un buen mar, ahora no pegó el aire del norte que suele llegar, desde los de mariscos a las carnes o los comederos populares, los de los mercados, todos, y la gente buena atendiendo en los servicios turísticos. No demoren, cada que haya puente vengan a estas dos ciudades que son como hermanas y tienen mar (El mar, la mar, oh padre ¿por qué me trajiste a la ciudad, por qué me desenterraste del mar?, se quejaba el poeta Rafael Alberti), Veracruz y Boca del Río, en una dupla que gobiernan dos panistas, Chikinando (Fernando Yunes Márquez), y un tal Morelli.

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