Apoyar al Frente por México y a Ricardo Anaya, tiene sentido en la búsqueda del cambio y el establecimiento de un Gobierno de Coalición. Estamos en la ruta de otra alternancia, indispensable ante los malos y limitados resultados del actual sexenio, pero en un escenario demasiado inestable que requiere superar al presidencialismo y abrir la posibilidad de un Gobierno amplio, plural y fuerte. Apoyar a Miguel Ángel Yunes Márquez, persigue la consolidación de la alternancia local e impulsar a gobernantes Jovenes, de una nueva generación con capacidad y trayectoria. La alianza de PAN, PRD y MC es necesaria en el México actual, tiene coincidencias en lo fundamental y está más allá de extremos ideológicos aplicando una línea transversal. Habrá quien cuestione que el PAN ya gobernó en dos sexenios, lo cual es cierto en la formalidad pues estuvo atajado desde el Congreso y las gubernaturas en manos del PRI; los expresidentes panistas y sus grupos, Calderón y Fox, ahora trabajan para Peña Nieto. La realidad de Veracruz indica qué hay que seguir limpiándolo y poniendo bases firmes para lograr bienestar después de romper con 80 años de dominio del partido tricolor. Está la opción de MORENA como apuesta de algún tipo de cambio, solo que se trata de un movimiento amorfo y volátil que gira absolutamente en torno a su líder y caudillo, AMLO; su visión y práctica es presidencialista. Su aureola mítica y cuasi angelical ya pasa por momentos difíciles en el ejercicio de gobiernos municipales, como Xalapa, donde han mostrado prematuramente incapacidad y nula voluntad democrática. No es descartable que sufran un ligero descenso en su intención de voto. Hay candidaturas presidenciales y para variados cargos, con perfiles y propuestas diversas; el Frente lleva en Xalapa, para diputadas federales, a mujeres de lucha, con capacidad y con raíces en esta región. Es importante destacar que el Frente es suma real, con implantación social y estructuras de apoyo, que conoce bien a veracruz y tiene las ideas y capacidad para gobernar bien.

La elección de Veracruz, más o menos, será condicionada en términos generales por la competencia presidencial. Las tendencias nacionales influyen en lo local, con sus variantes regionales. Hay tres candidatos y una candidata a la gubernatura. Descartando a la aspirante del PANAL, que tiene escasas posibilidades, la competencia real está entre los otros tres ayudados o no por sus candidatos presidenciales. Las distancias de trayectoria y formación entre los aspirantes es muy amplia, siendo los del PRI y el Frente los mejor valorados, con la desventaja para el primero de traer el desprestigio abrumador del Duartismo y del Peñismo. Es curioso el estilo banal y el discurso limitado del candidato local de MORENA, sin ideas y con planteamientos demagógicos; no aporta nada a la discusión y conocimiento de los problemas de Veracruz. Pepe Yunes, gozando de buena fama y evidentemente con la preparación suficiente, arrastra la loza de una marca partidista abrumadoramente repudiada y cada ves más débil; con esas bases es casi imposible que pueda ser Gobernador. Miguel Yunes Márquez, es un joven con carrera política exitosa, que ha tenido experiencia de gobierno y, por tanto, cuenta con la capacidad para ser Gobernador; además, tiene el respaldo de un frente político fuerte. Es erróneo decir que es producto de una imposición, es una ofensa verlo como hijo de alguien; es producto de una realidad política concreta y legítima, es una figura política con personalidad propia, con todos los méritos para encabezar a nuestro Estado.

Recadito: algo chocante las muestras de fanatismo en torno al culto de personalidad…

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