NO SE crea que la diferencia de las próximas elecciones, con otros procesos electorales, se encuentra tanto en la concurrencia de varias posiciones políticas a elegir.

No, lo inédito del actual proceso, esta más bien, en la gran diferencia que existe entre los candidatos, respecto de su aceptación popular.

Resulta que el candidato probable ganador, dicen algunas opiniones y encuestas actuales, es Andrés Manuel López Obrador, que después de varios intentos, llega, por fin, a colocarse en posición envidiable para alcanzar el triunfo electoral, pues se afirma que en estos momentos, arranca, propiamente, con una ventaja nunca vista en otros candidatos y en procesos electorales anteriores, que desde ahora le vaticinan su llegada a la Presidencia de la República.

La percepción de mucha gente es que López Obrador, avanza desde ahora hasta con un cuarenta y dos por ciento en las preferencias electorales, lo que, sin duda, será completamente difícil que alguno de los demás aspirantes pueda remontar en tan solo tres meses de campaña política.

En esto, pues, esta lo inédito del proceso electoral actual, pues ya lo de elegir varios puestos de elección popular, en una sola jornada cívica, va quedando atrás, porque lo más interesante que ahora se esta describiendo es precisamente que un candidato se despegue, con tiempo, de los demás contendientes en una carrera política que en verdad, esa sí, no tiene antecedentes.

Hay quien atribuye a esta ventaja política del candidato de Morena, a una permanente búsqueda, por todo el país, de la aceptación de su persona como aspirante presidencial, lo que, de ninguna manera, han hecho los demás partidos políticos, esperando siempre, que los tiempos políticos definan su propio camino.

López Obrador, se olvidó de la tibieza política y decidió seguir de largo, después de la pasada elección, su propósito de alcanzar estos niveles de aceptación, porque hay que ser honestos en este sentido, López Obrador, no gana estos avances políticos en una sola temporada, sino que sus preferencia electoral, la gana desde hace tiempo, cuando todos se echaron a dormir la siesta, mientras que él seguía insistiendo por todo el país acerca de la posibilidad de llegar a la Presidencia de la República.

Quienes lo han visto pasar de largo, solo insisten en que es un verdadero peligro para México, y de eso, no les falta razón, pues imagínese, amigo lector, como hará un gobierno con las ideas que tiene y con todo lo irracional que a veces parece, frente a los grandes desafíos del desarrollo nacional. En esto, sí hay coincidencia, pero entonces, preguntamos todos, porqué se le dejó pasar.
Al inicio de este proceso electoral, se dijo claramente que solamente unidos, PAN y PRI, además de los partidos chiquitos que actúan como satélites alrededor de los más grandes organizaciones políticas, podrían impedir que López Obrador, llegara a la Presidencia de la República.

Pero, lamentablemente, nadie hizo caso y abonaron a favor de su enemigo común, una permanente campaña entre sí, dándole el mayor espacio a quien tenían que vencer antes de la propia campaña político-electoral.

Ha sido claro que el PRI, se encogió de hombros y decidió esperar hasta el final, como en los viejos tiempos, cuando de antemano sabían todos que era necesario comenzar con tiempo, organizarse bien y despejar los caminos que muchos políticos aberrantes le cerraron con sus actuaciones en los gobiernos, donde lo primero que hicieron fue forrarse de recursos económicos a costa de las propias arcas gubernamentales.

El PAN, por su parte, apegándose a la vieja consigna de permanecer totalmente separados del PRI, dejó que unos cuantos y extraños elementos a su propia organización, decidieran por ellos y la consecuencia se dio precisamente, en el autonombramiento de candidato a la Presidencia de la República, de un joven inexperto, pero asesorado por otros personajes de la vida publica de México, que no pertenecen, de ninguna manera, al propio partido blanquiazul.

De ahí, que ahora, ninguno de estos partidos políticos, se pueden quejar de lo que esta pasando en el escenario político nacional, pues si no hacen lo que ya se había aconsejado desde antes, no habrá cambio alguno y López Obrador, será el futuro Presidente de México.

Un hombre, bastante preparado, como es José Antonio Meade Kuribreña, y otro más que en verdad se siente chico maravilla, no podrán detener a López Obrador, sino toman las precauciones políticas necesarias, que bien están a tiempo de tomar, comenzando por no descalificarse así mismos y enderezar baterías, conjuntamente, en lo que resta de la campaña político electoral.

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LOS VERACRUZANOS, no conforman un país chiquito, porque bien se tiene entendido que la entidad veracruzana, forma parte de una federación bien definida, pero en cuestiones políticas, podrían marcarse muchas diferencias.

La forma de pensar no cuadra, necesariamente, con el resto del país y por eso, tratándose también de una elección gubernamental, los propios candidatos deberán estar pensando, más que en descalificaciones, en proponer lo más viable para un Estado, que se encuentra sumergido en graves problemas económicos, en grandes preocupaciones respecto de su propia seguridad y del futuro que le espera, a raíz de las elecciones, pues de los resultados que se obtengan, se sabrá la suerte que correrán la mayoría de habitantes de este Estado.
Veracruz, tiene cuatro candidatos a la gubernatura. Todos ellos, distintos políticamente y en preparación para el puesto, pero eso no lo ven ahora, los propios ciudadanos, pues en contrario a lo que se pensaba antes en el sentido de tener un Estado, bastante politizado, se ha llegado a la creencia de que esto es mentira. No hay preparación política en la mayoría de ciudadanos, por lo que las elecciones del primero de julio, pueden resultar adversas, no para los candidatos que pierdan, sino para el mismo Estado, para la propia gente que podría, sin duda, seguir en las mismas condiciones o peor quizá.

Cuestión de tiempo, pero el riesgo es mucho ante las circunstancias políticas que se mueven en la actualidad.

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Qué paquete político le ha echado el PRI, a la Ex secretaria del Ayuntamiento local, Amparo Álvarez Castilla, para conseguir adentrarse entre la gente que vota, pues la candidatura a la Diputación Federal, se ve más difícil que nunca, aunque, de ninguna manera, imposible de alcanzar.

La elección de esta posición política, se ha definido, para el PRI, entre la ciudadanía de las colonias de esta capital, pues el centro de la misma, tradicionalmente se ha perdido en anteriores elecciones.

Esto quiere decir que buscar el triunfo electoral, el primero de julio, se tendrá que centrar, casi necesariamente, entre los electores de las diversas colonias que conforman el distrito electoral urbano.

Ante un candidato de Morena, que seguramente no hará campaña, pero que tiene confianza en salir adelante, Álvarez Castilla, tendrá la ventaja de hacer una campaña a fondo, como nunca, para poder echar por tierra la creencia de que Morena, ganará, nuevamente, sin hacer proselitismo político.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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