*De pequeña pelea nace muy gran rencor. Camelot.

DUELO DE REINAS

Las revistas y los blogs españoles, dieron cuenta de un culebrón digno del Hola y de aquellos que aman las monarquías. Busco a Jaime Peñafiel, el más conocedor de ello, el más monárquico de los monárquicos, para leer qué opina de ese affaire. Sucede que la Madre Reina y la Reina Letizia, se enfrentaron cuando la abuelita quería una foto con las nietecitas. La muy gacha Letizia se le atravesó al fotógrafo y le dijo nones. El Príncipe, que ahora es Rey, la vio asombrada y algo le dijo, pero allí se cortó la escena.

Jaime Peñafiel lo detalló mejor:

“Esa que yo conozco tan bien desde incluso antes de la boda, cuando se enfrentó a mí sin que hubiera motivos, gritando y señalándome con el dedo, por algo que yo no había ni escrito ni dicho. La altura de sus tacones. También me reprochó el que yo escribiera que estaba triste: “Pero cómo vas a estar triste si eres la única mujer de millones que va a acabar acostándose con el príncipe de sus sueños”. Y tuvo la arrogancia de decirme que yo, antes de escribir o de hablar, llamara primero a La Zarzuela. Que es donde no hay que llamar nunca. Lo sucedido en Palma, no es nuevo. La propia doña Sofía le ha reconocido a unos familiares “Letizia no me deja ver a mis nietas” y éstas, en el colegio, “mamá no nos deja ver a la abuela”. La actitud de Felipe es la que viene teniendo desde hace mucho tiempo ante los desplantes y salidas de tono de Letizia. Pero debe tenerle tanto, tanto miedo que prefiere callarse aunque no mirar para otro lado, como ha sucedido en la catedral de Palma.

Después de este incidente del pasado domingo, del que se han hecho eco todas las televisiones europeas y las redes sociales, pienso que ella lo tiene mucho más difícil que hasta ahora, donde no era bien recibida en las cortes de la vieja Europa, donde ella se encuentra muy incómoda, como se ha visto en alguno de estos viajes, donde prefirió hospedarse en un hotel que en los palacios reales.

Estoy seguro que el rey Juan Carlos estará arrepentido de haber acudido a Palma, con motivo de la Pascua. Si lo llego a saber, no vengo, pensaría. Su expresión era de total perplejidad y tristeza al ver lo que allí estaba sucediendo. Lo mejor que ha dicho, refiriéndose a Letizia, ha sido “Es una chica muy lista” … y muy mal educada, digo yo, muy violenta y no buena persona.

Cierto es que la familia de doña Sofía nunca la ha tragado y se ha puesto de manifiesto por las declaraciones de la mujer del primogénito de Constantino que ha declarado al periodista Martín Bianchi: “Ninguna abuela se merece este tipo de trato…. Ha mostrado su verdadera cara”. De seguir así, esta muchacha se carga a la monarquía”.

Fin del culebrón

DE CARMEN RIGALT (EL MUNDO/ESPAÑA)

No es el primer ‘numerito’ de Su Majestad la Reina Letizia, aunque sí el mas sonado. Nunca una majestad cayó más bajo ni un pueblo se sintió más abochornado. Respecto a la Reina emérita, a quien se marginó impidiéndole fotografiarse con sus nietas, ella sabrá si le ha dolido el gesto abrupto de la nuera. Suponemos que sí. No todas las majestades del mundo son educadas, exquisitas, bondadosas y afables. La historia ha dado sobrados ejemplos de reyes escabrosos y reinas pánfilas. Pero los tiempos no pasan en balde. Hoy, las monarquías intentan humanizar su imagen y mostrarse más próximas. He aquí dos ejemplos: 1) estos días, los reyes belgas hacen el camino de Santiago sin necesidad de que la policía les abra paso. 2) en los Países Bajos, la reina argentina acumula créditos para erigirse con el título de «mejor soberana». Aquí seguimos más o menos igual. Esta vez, Letizia Ortiz, Reina de España por su matrimonio con Felipe de Borbón, no ha estado a la altura del tratamiento que ostenta. El domingo de Pascua, a la salida de misa, LZ protagonizó un incidente que ha dado la vuelta al mundo. En la escena, Letizia humillaba a la Reina emérita al impedirle que se fotografiara con Leonor, Princesa de Asturias (quien a juzgar por el manotazo propinado a su abuela también ha salido mandona) y la Infanta Sofía, alta e interesante como la Infanta Cristina. Todas las suegras del mundo, incluidas las Reinas, son susceptibles de llevarse mal con sus nueras. Las Reinas Sofía y Letizia no iban a ser menos. Quitando el año en que Sofía de Grecia sirvió a Letizia haciéndole de cicerone por la realeza, el resto del tiempo las dos han vivido dándose mutuamente la espalda. Letizia apenas le deja en depósito a sus hijas, con lo fácil que sería utilizar la infraestructura de Zarzuela para irse al cine o de guateque. La Casa Real, de momento, no suelta prenda. Ni siquiera justifica el incidente. Lo más que ha dicho la Casa Real es que no pasa nada. Pero no es verdad. Pasa y mucho. Estas cosas hacen más daño que cien borbones ardiendo juntos en las plazas públicas de Cataluña.

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