*La ley nunca hará más libres a los hombres; son éstos los que deberían liberar a la ley. Camelot.

LA VEDA ELECTORAL

El Supremo Congreso de los diputados, cuando todo sentían que nada les favorecía a sus partidos, cuando vieron que los vientos eran en contra y cuando querían cambiar a otro México sin sospechas, idearon medidas draconianas, paréntesis: (Dracón fue un legislador griego de Atenas, que un día mal enojado como Donald Trump, metió y sugirió leyes absurdas, como penas muy severas a infracciones menores, y de ahí comenzaron a llamarse medidas o leyes draconianas) para implementarlas dónde se pudiera. Amarraron a los gobernadores con una Veda, por ahí al presidente del país y a los programas sociales, a todo, por no sé si 45 días o más. De Yunes Linares, cuando enmudeció, se pensaba que andaba malito, pero no, es la veda electoral. Los congresistas también por allí se metieron a los medios electrónicos; cuando quisieron amarrar a Televisa, abrieron y obligaron a los concesionarios de radio y tv a promover los spots de los candidatos, miles y miles de feos comerciales que atarantan y te dejan como al rey Tojo: Tojodido, peor que haber escuchado el aburrido programa de la Hora Nacional, que no la escucha ni el que la hace. Este México nuestro, sospechoso de que nos robamos las elecciones, vinieron a desgraciar a los medios electrónicos, al menos para las estaciones de radio eran unos ingresos muy necesarios para revitalizarse y sobrevivir. Prohibieron todo; ante las sospechas, mejor dijeron apunten y fuego. Todo eso es una jalada. Le dieron al INE, que es un algo como el Orfis, que no sirve para nada, todo el poder de su firma. El presidente del INE, Lorenzo Córdova, aquel que a ratos se pone medio Lorenzo y lo agarraron en curva en una grabación mofándose de un campesino, ese Lencho tiene más poder que John Wayne entrando a una cantina, cuando abría las puertas a patadas. El INE es como la Caperucita Roja, que no le tiene miedo al lobo. Todo porque en el pasado los partidos políticos, todos, se robaban elecciones, y tuvieron que recurrir a un Supremo arbitro neutral, que deja mucho que desear. Este es el único país donde el Congreso y los diputados enmudecieron a los gobiernos y sus gobernantes. Miren esta joya: “El Instituto Nacional Electoral es la autoridad única para la administración del tiempo que corresponda al Estado en radio y televisión destinado a los fines propios del Instituto y a los de otras autoridades electorales, así como al ejercicio de las prerrogativas y derechos que la Constitución y esta Ley otorgan a los partidos políticos y candidatos independientes en esta materia (Artículo 41)”. Bendito Dios. El INE, además, cerró las puertas a los independientes, valiéndoles.

EN OTROS PAISES

Por cosas de la vagancia, cuando he andado por España me ha tocado vivir procesos electorales. He visto cómo votan y he entrado a unas casillas donde no hacen tamaleo, ni ratones locos ni embarazan a las urnas, eso lo tenemos patentado nosotros, es nuestro como nuestros majestuosos volcanes; como también lo he hecho en Estados Unidos, apenas cuando Trump sorprendió al mundo al ganar la elección, para desgracia de ese mismo mundo. Allá en España los jefes de gobierno y todos los funcionarios pueden andar en campaña, apoyando a los suyos. La diferencia es que no usan recursos públicos como aquí, de allí la prohibición. Si van a tomar un avión, lo alquila su mismo partido. ¿Imagínense a Gerardo Ruiz Esparza haciendo campaña para los del Grupo Atlacomulco? Ufff. Qué desgracia. Una vez me tocó ver a Aznar de a lejitos, cuando apoyaba a su candidato del PP, otra vez me trepé a un tren de Cercanías, a uno de esos que no son AVE (Acrónimo de Alta Velocidad Española), y me fui a ver a José Luis Rodríguez Zapatero, del PSOE, que en una universidad apoyaría a su candidato. Estaba a reventar, Zapatero gozaba de popularidad eterna y el cupo se cerró, por más que imploré que venía de Tierra Blanca, el tipo de la puerta me vio como Trump a Peña cuando le mandó el mensaje de estate-quieto, y en ese pueblo llamado Getafe, me di la vuelta y me regresé con el sol, cuando muera la tarde, diría Luis Miguel. Getafe es un pueblo cercano a Madrid, tienen un equipo como los Tiburones Rojos, malitos y andan siempre pujando por no descender. Es de las llamadas ciudades dormitorios, son llamadas así porque la gente que trabaja en Madrid allí vive, pues las rentas de los departamentos o cuartos son más económicas. Tiene unos 170 mil habitantes, que de seguro más de la mitad trabajan en Madrid. Tiene también una base militar y la Universidad Carlos III. Es buen pueblo, no como los pueblos del norte de la Cantabria, que son perrones y bellísimos, pero este del sur y por su cercanía a Madrid, es un buen pueblo, por allí anduve, hace años. La nuestra, según el escritor Juan Villoro, “Es una democracia chatarra que le da muchísimo dinero a quienes se benefician de ella”.

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