Cuando uno ha tenido la circunstancia y el privilegio de vivir directamente algún hecho que deja marca en la historia individual o colectiva, surge la posibilidad de recordarlo, dar testimonio y, en su caso, compararlo con el presente. Hace veintiún años, en 1997, se dio el fenómeno político municipal de la alternancia en Xalapa, representada por el Partido de la Revolución Democrática, que también alcanzó mayoría en otros cincuenta y ocho Ayuntamientos. El PRD venia de ganar la jefatura de gobierno en el Distrito Federal y de haber obtenido una elevada votación en la muy reciente elección federal. Se hablaba del efecto Cardenas. La inclinación por la izquierda de entonces en Xalapa, se había mostrado en las elecciones de los años 88 y 94, al menos, sin obviar la diversidad de expresiones que la acreditaban como una ciudad y municipio que contaba con un buen nivel de capital social positivo: organizaciones ciudadanas, foros, artistas, periodismo independiente, partidos reales, etc.. El dirigente del PRD, López Obrador, acordó la entrega de, al menos, dos candidaturas presidenciales al embrionario partido Convergencia por la Democracia, promovido por el Lic. Dante Delgado; hablamos de Tuxpam y Xalapa. En el caso de la capital la encuesta mostrada por AMLO tenía a cinco miembros del PRD por arriba del candidato postulado, Hernández Villalpando. En una muestra de unidad y disciplina partidaria se aceptó tal acuerdo, apoyando incondicionalmente tal candidatura. Llegamos incluso a rechazar, un poco por ingenuidad, la Sindicatura que nadie quería y no era parte del pacto; de tal manera que el maestro Atanacio García, fuerte aspirante, optó por no incluirse en esa posición de la planilla. Solo hubo la voz disidente del maestro Raymundo Aguas, quien acusaba de actos de corrupción a Villalpando.

Es de obviedad que el PRD cedió la candidatura en Xalapa, por la ya entonces peculiar y pragmática política de alianzas de AMLO; al presidente electo, el primero de alternancia local, prácticamente se le obsequió la posición, sin que lo justificara trayectoria o méritos democráticos. Incluso, en ese grupo había la opción del difunto José Luis Lobato Campos, mucho más experimentado y con prestigio en el servicio público. Villalpando, de inicio rompió con el PRD local, dejándolo fuera del Gobierno y apenas ofreciéndole algunos espacios menores. Su comportamiento fue tradicional, colocando a sus amigos en las posiciones de decisión, ejerciendo el típico presidencialismo y adoptando una política excluyente y de choque. Fue una alternancia fallida, sacrificando las expectativas de una izquierda que, al menos, venía construyendo una ruta diferente desde los años setenta. Algo de todo eso se manifiesta en la forma de gobernar en esta segunda alternancia, la actual, a manos de Morena, quienes demuestran saber poco o haber aprendido casi nada de la historia política reciente de Xalapa.

Entre los candidatos actuales está, por el Senado, el expresidente municipal Ricardo Ahued, quien goza de buena fama pública. Cuando lo eligieron venía de dirigir a los comerciantes locales y de una alianza con el presidente saliente Reynaldo Escobar. Su presencia se explicaba, en parte, por ser empresario, sinónimo, según sus apologistas, de eficacia y honradez; peyorativamente se decía que habían llegado los abarroteros al poder. Su paso por la presidencia no dejó mayor huella aunque su prestigio se conservó intacto. Después sumó un par de diputaciones, local y federal, dando nota con votaciones independientes y de conciencia. Siempre fue postulado por el PRI. Si llegara al Senado, acumularía quince años en puestos políticos, la mitad de una vida laboral normal, por lo que la carta de presentación empresarial ya sería asunto del pasado. El es una muestra de que para los cargos políticos se requieren políticos y siempre mejor preparados, profesionales. Pueden ser ciudadanos sin experiencia, empresarios, académicos, trabajadores diversos, etc., pero siempre deben saber algo del oficio, de reglas democráticas, de opciones plurales y de administración…
Recadito: aunque el chango se vista de Moreno, chango se queda…

Ufa.1959@nullgmail.com