EL CANDIDATO de Morena, a la Presidencia de la República, no es, de ninguna manera, un hombre mal intencionado, porque lo que ha dicho constantemente de que cancelará la obra del aeropuerto, es como echarse en contra a todos los inversionistas del país y del extranjero, que en determinado momento, no tendrían la suficiente confianza para invertir en México, sabiendo que en cualquier momento de locura, generado por el poder político que en determinado momento pudiera tener, les pudiera echar abajo sus propias inversiones que desde luego, no serían nada parecido a un cacahuate, sino a fuertes cantidades de recursos económicos que estarían en juego. Lo que pasa es que López Obrador, actúa de esta manera para atraerse el voto popular que le hace falta para llegar a la Presidencia de la República, el sueño más acariciado de su vida, porque sabe bien que la mayoría que no tiene nada que ver con esta obra estaría de su lado, considerando que se esta hablando de una fuerte inversión donde las cantidades de dinero, pocos mexicanos entenderían de su existencia, porque la mayoría que navega todos los días en la pobreza, ni siquiera se ocuparían de averiguar cuanto es y cuanto representa.
Sus valentonadas de que puede ser el Presidente, emanado de la esperanza de México, más cuando las encuestas le dicen todos los días que va en los primeros lugares de la preferencia electoral y que nadie, nadie podrá bajarlo de esta delantera, lo hacen sentirse tan seguro que hasta quiere comenzar la venta de muchos activos que tiene la administración federal, cuando en realidad es un hombre que apenas es candidato, como lo son los demás que están en el mismo camino en busca de la misma posición. Pero, como sabe que de acuerdo a lo que le han dicho, nadie lo puede alcanzar, esta cometiendo los graves errores de sentirse dueño de todo, de tal manera que la reflexión sobre estos casos y otros que ha venido ventilando a lo largo de su campaña política, puede ser que constituya el principio de su propia derrota.
Lo que no quiere entender López Obrador, que las encuestas siempre le han dicho mentiras, porque en otras elecciones similares pasadas ha sucedido casi lo mismo y al final resulta que no fue cierto, que las encuestas se basaban en algunos parámetros que no medían totalmente la preferencia electoral de todo el país. La verdad de las cosas, es que tanto dice que ya ha confundido a la mayoría de mexicanos, rebasando los límites de lo aceptable, porque no es posible, por ejemplo, que llegando a la Presidencia de la República, eche por la borda toda una inversión que se ha hecho y que no pertenece, ni siquiera en su totalidad al gobierno, sino a las empresas privadas que se encargan de invertir en el país, además de que la mayor parte de los recursos destinados para esta importante obra, provienen del sector privado, donde parece ser que la mayoría de los que están apostándole a esta empresa, son mexicanos, por lo que López Obrador, estaría deteniendo la inversión de los propios empresarios de esta país al que pretende gobernar.
Quizá, López Obrador no se encuentre debidamente asesorado o lo está haciendo a propósito, tratando de espantar con el petate del muerto, ya que sus objetivo es penetrar en los sectores que desconocen lo que está pasando en realidad con el aeropuerto y entonces allegarse los votos de toda esta ciudadanía que le ha seguido y más aquellos que siempre, como él, están en contra de todo, sin importarles si una obra es de beneficio social o no y que les atraerá, como ya se esta viendo, miles de empleos que hacen falta permanentemente en esta nación, donde es cierto, hay por lo menos sesenta millones de pobres, entre los cuales destaca un gran porcentaje de los que no tienen nada, es decir, de lo que se ha llamado la pobreza extrema.
Por esta y otras razones, López Obrador, perderá otra vez, porque difícilmente, con todas estas amenazas, lo dejaran pasar, puesto que significaría ponerse de rodillas ante él y todas sus ocurrencias, que a decir verdad, ni es mismo las cree, porque todo se debe a una lucha política, en donde ya ha encontrado su más poderosa arma para hacer daño a los demás, puesto que ganando la Presidencia, estaría dispuesto a cumplir con todo lo que ha dicho, es decir, que López Obrador, se desliza suavemente dentro del campo de la mentira y la falta absoluta para cumplir compromisos y para demostrar que, efectivamente, el cambio lo esta representando él en esta sucesión presidencial.
Ni la clase política priista, ni la que pertenece al PAN, ni tampoco los que militan en otras organizaciones políticas, ni el poder empresarial del país y del extranjero, ni tampoco los países que tienen una relación permanente con México, ni los que tienen el dinero que se mueve por todos los rincones del país, estarían dispuestos a experimentar con un nuevo gobierno, emanado de un nuevo partido que se ha hecho y fortificado con elementos de los propios partidos políticos que hoy, López Obrador, aborrece.
López Obrador, perderá otra vez, porque, sencillamente, no conviene a México, no conviene a los proyectos de nación que procuran el avance del país. México, no puede volver al pasado y comenzar de nuevo, cuando mucho se ha hecho, mal o bien, para que venga un loco a desequilibrarlo.
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AUNQUE USTED NO LO CREA, ya se están dando las condiciones políticas que se esperaban en el PRI, para comenzar, de inmediato, el proceso de unidad en torno a todos los candidatos que ya han sido designados para buscar todas las posiciones políticas que se encuentran en juego para estas elecciones del primero de julio.
Pasada la amargura de muchos al saber que no fueron tomados en cuenta y que merecían están en la lista de los beneficiarios con una candidatura, todos parecen entender que en materia política, es de esta manera, y que no todos pueden ir como candidatos, sino aquellos que por una u otra razón, ofrecen en este momento la posibilidad de obtener el triunfo electoral.
El PRI, siempre ha vivido con unidad y aunque en los últimos tiempos ha venido perdiendo cantidad de militantes, es porque muchas veces las candidaturas no alcanzan para mandar a todos con esa responsabilidad.
Los que ahora no obtuvieron una posibilidad de ser candidatos, mañana, seguramente que lo serán, siempre y cuando mantengan ese principio de la lealtad, de trabajo, de unidad y responsabilidad política y social que han demostrado siempre.
Es por eso, que las heridas comienzan a sanar y el dirigente estatal Américo Zúñiga Martínez, comenzará a aprovechar los tiempos políticos, pues mientras sus candidatos hacen campaña para obtener el voto, él, seguramente, hará lo mismo para devolver la confianza al partido tricolor, pues a la par con los candidatos, se hará un trabajo en busca de la unidad que necesita en este momento la organización política que encabeza, para ganar la mayoría de posiciones políticas en las elecciones que ya se aproximan.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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