Cuando hablamos acerca de las palabras que encadenadas proponen ideas que viajan en los textos impresos y digitales con propuestas, informaciones certeras o mentiras, certifican actos de paz o de guerra y muchos otros avatares, nos damos cuenta de su poder.

Las palabras escritas pueden ser sublimes como el amor, también denuncian arbitrariedades, atesoran el pensamiento de los hombres, son capaces de destruir a los hombres o mujeres con difamaciones, con engaños o exhibiendo mentiras, ese es el poder de la escritura. Existe otra forma a través de la literatura y sus variadas formas que le dan vida a la creatividad, a la imaginación, una de las funciones que tienen las palabras; su poder de encantamiento, de entretenimiento, de sabiduría que pueden ofrecer los escritores, mientras los periodistas registran la cronología del acontecer diario o inmediato muchas veces apoyados en la imagen, en los géneros literarios la interpretación de los signos es más que suficiente para atrapar a los lectores.

Dentro del género literario de la novela que narra una acción fingida, pudiendo ser en su conjunto o parte de ella, cuya finalidad es causar placer entre los lectores resaltando su creatividad estética, la aventura o introspección de los personajes apareciendo en ellas el drama, la alegría, el conocimiento, las pasiones como el odio o el amor y cuya finalidad no es cambiar el mundo como su intensión primordial, tampoco se hace con la finalidad de ayudar o apoyar alguna causa en particular ya que si esto sucediera estaríamos cayendo en descontextualizar el pensamiento libre de las ideas para llevarlo al rincón de un objetivo especifico llevándonos a producir extensos engaños en favor de una causa social, política o humanitaria.

Con esto vemos que el libro no es un objeto inanimado como muchos no lo han hecho creer, por el contrario es el primer invento tecnológico del la humanidad que ha servido pera preservar la historia y los conocimientos de la los hombres a lo largo del tiempo, desde los primeros escritos sobre madera, piel, u otros materiales como los ideogramas sobre la seda en Asia cientos años antes de la era cristiana, el paso por los copistas manuales en el medievo, la invención de la imprenta hasta nuestros días. El valor de los universos literarios imaginados que ha sobrevivido a voces que hablan sobre su aniquilación con la llegada de la tecnología y las nuevas formas de lectura con los libros electrónicos y otros aditamentos que a pesar de haber llegado desde 2006, ya con doce años en el mercado, a la fecha no ha logrado sustituir al libro impreso en papel. Algo que la tecnología digital si ha dañado es el poder de la escritura impresa de los periódicos por la inmediatez actual en la comunicación.

Para finalizar diré que la literatura es un alfaguara que nutre nuestra condición humana, nuestra percepción del mundo que se encuentra alrededor, fortaleciendo la imaginación, por ello es indispensable quitarse estereotipos que nos han seguido por mucho tiempo y que cada vez se arraigan en los espacios literarios como “literatura femenina, o `de la tierra´, o `de la violencia´” y muchas otras variantes. La literatura es una ya que en muchas ocasiones se anticipa a la historia, influye en los lectores y recrea la verdad como parte de una condición universal.

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