ESTANDO en tiempos políticos, no era, de ninguna manera, extraño que la conmemoración del Día del Trabajo, se tomara como una oportunidad para buscar descalificaciones políticas.

Se sabía, de antemano, que actos políticamente deshonestos, tendrían que ocurrir con el calor propio del momento político que se vive en Veracruz. Se sabía, sin duda alguna, que el fuego habría de encenderse en una hoguera demasiado caliente.

Y no es para menos, las condiciones políticas que se viven en la entidad veracruzana, principalmente, en esta capital, donde radican los poderes del Estado, generan estas posibilidades de enfrentamientos políticos, más aún cuando las autoridades estatales y municipales, caminan por veredas distintas.

El pleito político que se escenifica en Veracruz, tiene ocupados a muchos actores de la vida pública de la entidad, por lo que, las acciones efectuadas fueron evidencias claras, precisas, de que el horno no esta para bollos y que en cualquier momento pueden desbordarse las pasiones a tal grado de que consecuencias de mayor envergadura podrían suscitarse en el futuro.

Las manifestaciones de repudio contra el alcalde de Xalapa, las opiniones encontradas que se han generado en otras partes de la entidad, principalmente en Veracruz, cuna del yunismo azul, así como la falta de respeto para un hombre que ya se encuentra fallecido y no puede defenderse, mancillando su estatua como muestra de repudio, denota que en este proceso electoral, la civilidad, mas que nunca, se encuentra ausente.

La irresponsabilidad de actuar bajo el agua, a escondidas, sin tener el valor suficiente para decir las cosas de frente, califica mal a quienes las hicieron o simplemente, a quienes las ordenaron, porque no se vale que se tengan que recurrir a monumentos que recuerdan la memoria de alguien, para poderse dirigir a otro, cuyo mensaje es claro, pero con una evidente falta de respeto para quien ya no está en este mundo y menos que pueda ser parte de un proceso político como el que estamos viviendo.

Todo, revuelto en un desfile conmemorativo, pero inmerso en una descalificación política, que tal vez demuestra, que los argumentos, los propósitos, las propuestas claras y viables, ya no tienen nada que hacer, porque se han agotado las explicaciones, los razonamientos y las buenas acciones o quizá, porque no, la capacidad cerebral para pensar mejor.

Es pues, el momento más favorable para que Veracruz, todo unido, pida por calmar las ansias de poder, por calmar la desesperación que se apoderado de algunos actores políticos y de grupos que buscan, más que nada, desestabilizar el rumbo de las elecciones.

No espanta, sin embargo, que luchas de esta naturaleza, se presenten en momentos oportunos, pues aunque no es aceptable del todo, cabe mucho aquella expresión de que en la guerra todo se vale, cuando se disputan posiciones importantes como es la gubernatura del Estado, las Senadurías de la República, o bien las diputaciones federales y locales.

El poder, es el poder, y quienes lo ejercen, saben bien que hay que defenderlo a capa y espada, porque de no hacerlo, se presentan consecuencias que ponen en peligro los intereses políticos y económicos de mucha gente, de muchas familias que de alguna manera, se encuentran involucradas en los hechos.

Pero, hay límites en todo, y quienes los deben poner, ya lo harán en su momento, es decir, en las urnas electorales, donde se manifiesta la verdadera democracia, por cierto ya olvidada, no tan solo en este proceso electoral, sino en otros del pasado, donde el voto ha decidido, tal vez, un poco presionado, pero ha mandado como debe ser en un pueblo, como Veracruz, altamente politizado y con ganas de poner orden en la vida política de sus actores y en el propio destino que le espera, después de concretada la jornada electoral.

Por eso, los hechos suscitados durante la parada, supuestamente, cívica, para conmemorar el Día del Trabajo, dejaron mucho que desear, porque muchas cosas se pierden, de repente, pero debe sobrevivir el respeto a los demás, como única salvación de la sana convivencia política.

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¿SABIA USTED, AMIGO LECTOR, que Pepe Yunes, candidato a la Gubernatura de Veracruz, es el único de los que buscan esta posición que conoce, realmente, todos los caminos de la entidad, porque los ha recorrido personalmente para poder llegar hasta donde se encuentran los veracruzanos, más abandonados y menos favorecidos por las acciones gubernamentales?

Pues, si no lo sabía, es tiempo de que se entere, porque para poder gestionar recursos económicos y algunas otras acciones de respaldo a la gente necesitada, Pepe Yunes, se trasladaba de un pueblo a otro, para observar, de cerca, lo que hacía falta y lo que se tenía que hacer, por lo que su tiempo libre, después de cumplir con los compromisos legislativos, se venía a caminar por los senderos de la entidad, donde se encontraba con diversos problemas que solucionar.

Por eso, Pepe Yunes, conoce Veracruz, y así lo ha manifestado en varias ocasiones, incluso, en su reciente discurso, expresado ante más de doce mil personas, durante el inicio de su campaña política, lo reiteró, de tal manera, que nadie le puede contar de las necesidades del pueblo veracruzano, de las soluciones que se tienen que tomar para satisfacerlas.
Por eso, al inicio de su campaña, ha vuelto a decir a los veracruzanos, que él se ocupará, de nueva cuenta, de todo lo que no se ha logrado concretar, y que estará pendiente de que nada falte en la entidad, como es el caso de la educación, de la tranquilidad social, de los empleos que hagan falta para ocupar a las nuevas generaciones de este Estado.

Pepe Yunes, es hasta ahora, el personaje más preparado para cumplir estos compromisos y lo que está haciendo es buscar el voto popular, para poder hacerlo como autoridad, con el poder necesario que le permita dar respuesta, en tiempo y forma, a las demandas que no fueron cumplidas por otras administraciones y por todo aquello que surja con el tiempo, pensando que todo, debe ejercerse con absoluta transparencia, haciéndole saber al pueblo en que se aplican sus impuestos y los recursos que le llegan al Estado.

Esto es bueno, pero para eso, Pepe Yunes, humildemente, como él mismo lo dice, ha comenzado a solicitar el voto popular.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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