Por Ramón Durón Ruíz (+)

Lin Yutang afirma “La función química del humor es esta: cambiar el carácter de nuestros pensamientos” Y es que el buen sentido del humor –porque también hay mal sentido del humor– te ayuda a viajar por el universo ligero de equipaje, lleno de pensamientos positivos, con una regocijante espiritualidad que al conectarte con tu maestro Divino te lleva a la toma adecuada de decisiones.
El buen sentido del humor, es una elevada forma de ser y vivir que afianza tu mentalidad propositiva para generar proyectos, ideas sobre la salud, la prosperidad, tu bienestar y la abundancia.
La diferencia entre el mal y el buen sentido del humor es abismal, impacta en tu química sanguínea, en tu salud, en tu bienestar, en tu equilibrio; mientras el mal sentido del humor enferma tu vida; el buen sentido del humor genera químicos que fortalecen tu sistema inmunológico a la par que traen una armonía a tu entorno.
El buen sentido del humor y una sonrisa, atraen al de enfrente, alegra tu corazón, te blinda frente al dolor, te inspira para hacer las excusas a un lado, hace de ti un guerrero, inteligente, emprendedor, exitóso, amoroso, sabio.
El buen sentido del humor, es energéticamente poderoso, elimina el ego, transforma la culpa en responsabilidad. Mientras la culpa te ata al dolor del pasado, la responsabilidad transforma energéticamente tus emociones y te trae al presente, invitándote a trabajar en tu trascendencia.
El buen sentido del humor, te acerca a la luz de tu Divinidad; los budistas llevan a cabo una vez al mes, una sesión de risa, será porque sabios entienden que armoniza tu trinidad mente-cuerpo-alma, a la vez trabaja en tu interior y exterior, envíando la señal de que estas haciendo tu parte, para que el universo responda milagrosamente y con bienaventuranzas a tu tarea.
El buen sentido del humor, te mantiene la cordura y aunque aparentemente es algo simple, pero cuando te atreves a aprovechar tu presente desde lo simple y cotidiano, la vida se vuelve simple como el amor y también los milagros… ¡se vuelven cotidianos!
El buen sentido del humor te invita a soltar personas, situaciones o cosas que te atan al dolor, para seguir avante con amor. Para avanzar, es necesario soltar, pues al eliminar lo que te ata a la soledad, a la tristeza, al abandono, como por arte de magia llega tu libertad espiritual, te iluminas y brillas.
La risa enriquece el sentido de la sobrevivencia, redescubre lo hermoso del nuevo amanecer, eleva tu energía, genera confianza, trayendo consigo salud mental; le quita poder al dolor, a la tristeza, al miedo, a todas las emociones con vibración negativa, que son tan pesadas, que es necesario soltarlas, porque impiden a tu alma remontar el vuelo.
El buen sentido del humor, tiene como base el amor, que te conduce al encuentro contigo mismo y tu paz interior.
Cuenta la historia que “El afamado escritor, productor y cineasta español Jacinto Benavente y Martínez, premio Nobel de Literatura en 1922, en cierta ocasión viajaba en ferrocarril, llevando como compañeros de compartimiento a tres jóvenes sacerdotes.
Nadie hablaba, el silencio inundaba el camarote en el que viajaban. De pronto un sacerdote le pregunta:
— Discúlpeme ¿Cuál es su nombre, señor?
— ¡Jacinto Benavente!
Los jóvenes sacerdotes se miraron unos a otros, a la vez que guardaron silencio, sin hacer el más mínimo comentario, ante tan distinguido personaje, situación que disgustó mucho a Don Jacinto.
— ¿Y ustedes quiénes son?
— Somos de la compañía de Jesús, –respondieron presuntuosos.
— Y ¿A cuál de las dos compañías de Jesús pertenecen ustedes?
— ¿Cómo que a cuál de las dos compañías? –preguntaron incrédulos.
— Por que cuando Jesús nació, –respondió pícaramente Don Jacinto– lo acompañaban la mula y el buey y cuando murió… ¡dos ladrones!”
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