*Carlos V en Yuste, murió rodeado de relojes. Unió decenas de países y de lenguas y, sin embargo, dijo acongojado: «A estos relojes que les doy cuerda todos los días no logro hacerles tocar a la misma hora». Camelot
IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ULTIMOS DIAS
A la Casa Hogar la Concordia de Orizaba, llegó un grupo de la Iglesia de los Mormones. De Ciudad Mendoza, unos 14 jóvenes que llevaron alegría, pastel, pambazos, refrescos y aguinaldos, y lo mejor, convivieron con ellos jugando un par de horas. La Iglesia de los Santos de los Últimos Días, donde Perro Uribe (El buen hombre) dice que casi llega a Pastor, es una iglesia con mucha presencia en la zona, en Mendoza hay una, otra en Rio Blanco y tres en Orizaba. Las famosos capillas mormones. Tierra Blanca tiene otro bello edificio, bien construido, pegado a la Radio XHJF, con la tecnología americana. Veracruz uno que debe ser Gran Templo, frente a Mocambo, pues ahí se casan en matrimonio. Conozco de ellos y alguna vez estuve en Salt Lake City, donde tienen su sede. Conozco su historia. Derek, un mormón, aplaudidor de Donald Trump, republicano como él, casó con una sobrina mía, Eyra, y allá se fueron a vivir y allá fui un día a conocer el Templo y su Tabernáculo, y toda esa forma de vida que crearon, primero, Joseph Smith, el Patriarca fundador, luego Brigham Young, quien los llevó a esa zona donde nadie quería vivir por lo feo del clima, que cae nieve un día sí y otro también y un frio del carajo. Allá se refugiaron cuando el gobierno los acusó de poligamia, pues el buen Brigham llegó a tener 27 esposas y 52 hijos. Fui a sus pueblos cercanos. En ese estado de Utah, donde son amos y señores. Conocí una choza de cuándo y cómo llegaron los pioneros, con grandes sacrificios. Fui de paso y conocí el rancho de Robert Redford, el Sundance Resort, sitio para esquiadores y para comer un filete muy perrón, pues tienen las mejores carnes y mejores papas del mundo. Allí baja un rio entre la nieve, de esos que solo se ven en las películas, vi a unos gringos pescar el salmón. Se me antojó meterme, pero no llevaba las botas de pescar. Leí el Libro del Mormón, lectura obligada para entenderles. Vi también donde se desarrolla el Festival de Cine Sundance. Conocí Provo, me metí a una reserva de los indios, los navajos, los soshon y los ute, donde les han dejado convivir con ellos, algunas tribus tienen en propiedad casinos allí. “¿Quién puede comprar o vender el Cielo o el calor de la Tierra?”, preguntó en una famosa carta el jefe indio Seattle al presidente estadounidense Franklin Pierce, tras recibir de éste una oferta por las tierras de sus antepasados. Poco podía imaginar que, apenas un siglo después, sus descendientes serían unos de los más destacados empresarios del mayor país capitalista del mundo gracias a los casinos. Llegué antes de la Olimpiada de Invierno, en 2002, los preparativos caminaban. Fui también a la afamada universidad Brigham Young, y vi Park City, donde eran los juegos olímpicos y los deslizamientos. Una bella ciudad y un buen estado.
DIMES Y DIRETES
El horno no está para bollos. Hace no mucho, el mismo Ruso Andrés Manuel dijo en un programa de televisión, que nada le podía quitar el triunfo, ‘solo algo terrible’, dijo así viendo fijamente al entrevistador. Ese algo terrible gravitó en la mente de muchos mexicanos. Comenzaron en las redes sociales a nombrar a Aburto con una farola tipo Hollywood, que echaba la luz al cielo y desvelaba su nombre. Esa tendencia no se contaminó mucho. Nadie queremos ni pretendemos que a algún candidato le pase algo. Nadie. Ni a unos ni a otros. México está muy lleno de violencia para que sumemos otra vergüenza mundial, como la tuvimos en el pasado. Carlos Loret de Mola anuncia en su noticiero de hoy que han asesinado a 65 políticos de 20 estados, en este proceso electoral, entre alcaldes, regidores y otros. Sucede que el escritor y columnista, Ricardo Alemán, muy leído, cometió el error de retuitear esa jalada que menciona los crímenes de los fanáticos, a John Lennon, Versace y Selena, enfocado a ya saben quién. Causó furor y reclamo. En esta profesión -decía el editor de The New York Times, uno de los Sulzberger, Jr.-, cuando te equivocas tienes que corregirlo de a rapidito. Ricardo demoró, se tardó, para cuando dijo que lo había enviado sin intención de hacer daño y solo alertar, el escandalo era mayor y su casa, Televisa, reaccionó de inmediato, despidiéndolo de sus espacios televisivos, donde en Foro TV tenía un programa. Bajo el mensaje de: ‘Les hablan’, Ricardo forma parte ya de las bajas de la campaña. Perder una chamba en Televisa y un espacio importante, es algo que debe doler. Más cuando esa empresa, que hoy sabe, como muchos mexicanos, que el Ruso es casi ya presidente del país, no se anda con juegos y emplea su neutralidad. Qué gane el que gane, dirá el Azcárraga tercero. Atrás quedaron los tiempos cuando en la primera elección, uno de los cuatro fantásticos, Bernardo Gómez, en una reunión con ese grupo y Andrés Manuel, cortó un cuello a una gallina y dijo, mirando a aquel: “eso le pasará a quien se mete con Televisa”. Alguna vez lo leí en Proceso. Hoy son otros tiempos. Ni hablar, Ricardo, Ahí te hablan.
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