AVANZADAS las campañas políticas, unas que llevan rumbo a la Presidencia de la República, y otras que tienen un especial interés en la Gubernatura del Estado, se nota que comienza a acentuarse la desesperación política entre los principales actores, los que sienten pasos en la azotea, porque no han logrado superar sus propios números en relación con la aceptación popular y que además, ven que otros, ya se encuentran emparejados o rebasando, de alguna manera, a los más adelantados.

A nivel nacional, el único que pareciera estar confiado es López Obrador, pero como escribieran importantes columnistas extranjeros, la semana pasada, nada está escrito, porque solamente hacen ruido las encuestas, pero de ahí a que se pueda concretar un triunfo electoral, todavía es bastante difícil de saber con cierta precisión, pues los tiempos que transcurren dicen mucho, pero en realidad, a ciencia cierta, no existe plena seguridad de que esto suceda, es decir, que los votos estén, verdaderamente, a favor del famoso Peje, como también se conoce entre los líderes de opinión en la prensa extranjera.

Y es que las campañas políticas para la sucesión presidencial, apenas van a la mitad del camino y eso significa que hay tiempo para todos de mantener su presencia política o de trabajar para superar sus escasos peldaños en la pirámide del triunfo electoral. Esto no quiere decir, que para los que creen plenamente que López Obrador, lleva la delantera y que por ese solo hecho está asegurando desde ahora la victoria, que lo que dicen las encuestas sea una mentira. No, lo que se trata de decir, es que las encuestas no son reveladoras absolutas de la decisión ciudadana en todo el país.

Pero, en relación al campo político y sobre todo, al trabajo proselitista, es innegable que en estos momentos ya se estén presentando momentos de desesperación entre algunos candidatos, incluyendo al mismo Andrés Manuel López Obrador, porque sabe bien, por lo astuto que parece ser, que todo puede cambiar en un instante, es decir, que ahora es todo de su parte, cuando mañana, puede ser que los números se hayan movido misteriosamente y que de pronto, ya no tenga la mayoría de su lado.

Bien sabe, López Obrador, que en cada elección presidencial, donde ha aparecido, las cosas siempre le habían favorecido antes e incluso, hasta el mero día de las elecciones, cuando en realidad, al efectuarse la jornada electoral, y conforme se van dando los votos en todo el país, el panorama le ha ido cambiando, de tal manera, que al final, no tan solo ha perdido, sino que lo han mandado hasta el tercer lugar en las preferencias electorales. Y es que, como mucho se ha dicho, el famoso Peje, es bastante popular, la gente lo quiere y acepta, de pronto, sus propuestas y todos sus proyectos de gobierno, pero que al final, en un acto de reflexión sobre el voto popular, resulta que no votan por él, ya que no es lo mismo que le aplaudan sus ocurrencias a que de verdad lo acepten como futuro Presidente de la República, sabiendo de antemano que no tiene la suficiente capacidad para sobrellevar el peso de la administración pública federal, donde no se trata de gobernar con la palabrería, sino con el pleno conocimiento de la realidad nacional, de todas sus necesidades y de todo lo que significa representar a un país con tantos compromisos internacionales.

Por eso se cree que en estos momentos, también, como el resto de los competidores, tenga la misma desesperación política, al ver que se acercan las elecciones y que no ha logrado concretar, seriamente, la victoria electoral, pues como ya hemos dicho mucho al respecto, puede ser que de la noche a la mañana, le cambie el panorama político nacional y de despierte con la realidad de una verdad que no le va a favorecer, como ya ha sucedido en otras ocasiones, teniendo que aceptar que su derrota ha sido cierta, y que no necesita encaminarla por el rumbo jurídico, es decir, a ponerla en manos de los tribunales.

La desesperación política invade a todos y no solamente a uno o dos, o tres de los contendientes, sino que es una condición que se presenta cuando ya las campañas políticas comienzan a tomar el rumbo del final.

Hay quienes piensan que después del próximo debate, habrá indicios de quien pueda terminar con la preferencia electoral a su favor, ya que muchas veces, las propuestas que se dan a conocer en estos encuentros entre candidatos, dan resultados que mueven los números.

Por eso, hay temor de que las cosas no salgan bien para cada uno de los candidatos, que hasta este momento, se muestran entusiasmados por su participación, pero desde luego, desesperados, porque los números no avanzan, o simplemente, como el caso de López Obrador, que teme no tener, al mero día, el triunfo que espera desde ahora.

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¿OIGA, Y QUE PASA EN VERACRUZ?, pues nada, que Pepe Yunes, se ha enderezado para señalar los errores que se han cometido en la presente administración, haciendo hincapié en que difícilmente de podrán resolver los grandes problemas del Estado, con una sucesión en el poder, de manera hereditaria, donde haya una continuidad de lo que ahora no se hace en toda la entidad veracruzana.

Pepe, ha dicho con toda seriedad, cuál es el propósito que le anima al buscar la gubernatura del Estado, haciendo ver a todos y cada uno de los habitantes de esta entidad, que se preparó precisamente para gobernar al Estado. Que su misión es esa, la de buscar el bienestar para los veracruzanos, en lo general y que tiene, para ello, la experiencia, así como las relaciones necesarias para poder cumplir lo que promete desde ahora, ya que considera que a nadie y menos a los veracruzanos, se les puede fallar.
Pepe, a diferencia de los demás contendientes, no se desespera, porque sabe que su campaña política lleva rumbo y que pronto habrá de tener la total confianza popular para poder gobernar a la entidad veracruzana, donde ejercerá el poder, pero con certeza y bajo condiciones jurídicas que lo hagan ser un gobernante apegado al marco jurídico de la entidad, respetando siempre a los demás como ha sido su principal determinación.

Para los efectos electorales, el trabajo proselitista que ha llevado a cabo y que sigue realizando en todo el territorio estatal, ha tenido resultados sorprendentes, pues cuando todo mundo lo situaba en el tercer lugar, resulta que ahora, las mismas encuestas pagadas por la oposición, rebelan que ha subido en las preferencias electoral y que se encuentra a un paso de ser uno de los competidores con mayor presencia política y con mayores posibilidades de triunfar.

En Veracruz, las campañas políticas, todavía no llegan a la mitad del camino, por lo que mucho se puede esperar en el tiempo que falta por transcurrir, sobre todo, en los momentos culminantes que suelen ser los más interesantes en una campaña política de este nivel.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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