*Decía Picasso: “No le tengo miedo a la muerte, le tengo miedo al avión”. Camelot

ESOS PELIGROSOS AVIONES

Un problema más se le avecina a la muy golpeada Secretaria de Comunicaciones y Transportes (SCT), donde rola con impunidad el secretario del socavón, Gerardo Ruiz Esparza. Sucede que a los periódicos y televisoras da una entrevista a una sobrecargo, Myrna Díaz, quien trabajó en esa línea aérea, Global Air, la del avión que se cayó en La Habana, la cual ya suspendió actividades por la misma SCT, después del niño ahogado. Cuenta la sobrecargo que esos aviones volaban sin toboganes de emergencia, chalecos salvavidas y oxígeno, y que aun así pasaban las pruebas en la secretaria del inútil secretario. Dice Myrna que se lo dijo a una inspectora y que ni caso hizo, que ella misma voló con varios aterrizajes de emergencia. Volaban sin el combustible necesario, todos los vuelos deben llenar tanque y gas avión disponible para ir a aeropuertos alternos, por si se cierra de repente el destino adónde van. Cosa para llorar, cuenta que se hacían la coperacha de su sueldo para pagar la limpieza y otras cosas. Eso seguro no lo ignoraba la secretaría. Me acordé de otra vieja historia. De aquella Taesa del capitán Alberto Abed, que después de haber traído al Papa Juan Pablo Segundo desde Italia a México, en 1993, aún tenían aviones nuevos, poco a poco se fue deteriorando. Recuerdo que los mismos empleados en el aeropuerto de Ciudad de México mantuvieron una huelga y con cartelones a la mano pedían a los pasajeros no volar, porque era peligroso y se podían caer. Pues uno derramó el vaso y se cayó en Uruapan, Michoacán, en 2007, lo recuerdo porque allí voló un pariente y murió. Fue el tercer accidente más fuerte y con más pérdidas humanas.

AQUEL FATIDICO VUELO.

Todos sabían que Taesa volaba con alfileres. Solo le faltaba que un avión se le cayera. Ya se le había caído otro en Washington, en el Mundial de Futbol 1994, un Lear Jet 25, vuelo privado que le rompió la marca al aeropuerto Dulles, donde hacía años no se desplomaba un avión. Los gringos estaban que se los llevaba el diablo, peor que Trump ahora. En la mañana del otro día en el diario Washington Post expusieron el accidente. Era un vuelo privado, murieron 12 personas, viajaba la familia del dirigente cetemista, Leonardo Rodríguez Alcaine, murieron todos, unos niños también. Al ver el desastre los de la Federal Aviation Administration (AFA) americana notaron que dos asientos no llevaban los cinturones de seguridad. El piloto no sabía cómo aterrizar, era un joven inexperto, nuevo porque la compañía ya sufría para tener buenos pilotos. Eso me enteré esa misma mañana al leer el diario, porque ahí estaba quien esto escribe, viendo el Mundial en Washington, el juego contra Noruega que perdimos, en el estadio Robert F. Kennedy, cuando ese trágico y doloroso accidente. Ya no cuidaban nada. El accidente de Michoacán, donde el avión DC7 cayó en un plantío de aguacates y murieron 18 personas, entre pasajeros y tripulantes, motivó que el gobierno no la dejara volar más, perdió sus permisos de vuelo y quebró al año siguiente. Es el riesgo de los aviones patito que la gente no sabe y desconoce, normalmente los envían a vuelos chárter, contratados por privados, como este que contrató Cuba y se caen porque no pasan las normas de seguridad. Un problema para Ruiz Esparza.

LA AFAMADA NESTORA

Otra que anduvo en los noticieros fue la famosa Nestora. Comandante un tiempo, que Pepe Meade lanzó a la fama cuando en el debate le soltó unos papeles en pleno pódium al Ruso y le dijo así, con inspirado acento: ‘Mira tú candidata, secuestradora’. O algo así. Para que lo cargue en su conciencia. Nestora comandó un grupo de Comunitarios en Guerrero, donde era comandanta, autoridad, policía, procuradora, juez y lo que se le ocurriera cada mañana, escribe Gil Gámez. La Constitución de Guerrero le permitía y les permite hacer eso. Tenían sus cárceles privadas donde, cuando los detenían, les aplicaban un esquema llamado ‘reeducación’, o sea, para que te re-eduques. Tenían en esas cárceles, encima de la Constitución mexicana que lo prohíbe, a menores de edad. Los soltaban, cuando los padres llegaban con un dinero pedido, como su fiera una recompensa. Eso se ventiló ayer mismo para fijar una realidad de este México nuestro, pues Nestora Salgado la lleva el Ruso como senadora plurinominal y esta mujer, que es acusada de secuestradora, estará en ese espacio de la patria que sublimó Belisario Domínguez. Isabel Miranda de Wallace, de Alto al Secuestro, acusa que su proceso sigue y que no está del todo absuelta. Y por allí le acompañó ese hombre, Alejandro Martí, que desde que sufrió el secuestro y asesinato de su hijo, un adolescente de 14 años, Fernando, no ha parado en su Asociación México SOS de combatir este dilema. Y le mandó un mensaje al Lorenzo Córdova, patrón del INE, diciéndole que cómo carajos acepta a candidatos que tienen procesos judiciales penales. Será el mismo caso de la francesa, Florence Cassez, aquella mujer que, cuando llegó el mamón presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, casi se tira un round con el presidente Felipe Calderón, para que trasladara a esa mujer a Francia y allá ser juzgada, o sea, la liberarían al otro día. La liberaron por un reality show que se montó al momento de detenerla, pero nadie se quitó la duda de que era una secuestradora, como muchos piensan de la tal Nestora.

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