Parece increíble que hasta en la élite mundial de los perfumes y las lociones también aparezcan los nipones. Y es que estamos acostumbrados a escuchar nombres del Sol Naciente en marcas de autos, cámaras fotográficas, equipos de sonido y son dominantes incluso hasta en deportes, como es el caso del béisbol, en donde tienen verdaderos gigantes para el rey de los deportes triunfando en el Gran Circo. ¿Pero ahora también en un mercado claramente dominado a lo largo de los años por marcas francesas? Increíble, pero cierto. Con los japoneses se refrenda aquello de que el que es perico en donde quiera es verde. El País incorpora a esta exclusiva lista a L’eau D’Issey (El agua de Issey), que es el nombre de pila del diseñador japonés Issey Miyake, que además de por su oficio, es muy conocido por su afición por la escultura y la tecnología. Issey también tiene su versión olfativa en un aroma muy fresco, la que está catalogada como “muy acuática y muy amaderada, como un día de verano en una isla remota”. Casi nada. Hizo su aparición en 1994, y se dice de él que “es un perfume complejo, con toques vetiver (planta gramínea originaria de la India cuya raíz aromática se emplea para perfumar la ropa y preservarla de la polilla), sándalo, cedro, ámbar y tabaco, salida de cilantro, ciprés, mandarina, estragón, salvia, bergamota, y lima ácida y calone, y un componente central de nuez moscada, geranio y azafrán, entre otros”. Hay lociones sofisticadas, esta agua de Issey es extravagante. Dice Karla Russell con toda razón que “… un hombre puede no agradar por sus modos, pero si huele bien se gana un buenos días”, palabra de mujer, creo que las damas son las mejores juezas para calificar un buen perfume masculino. Confieso que no conozco esta loción, pero suena bastante tentadora la descripción de El País. Lo publica Marco Aurelio Gonzàlez Gama, directivo de este Portal.