Varios amigos que me hacen el favor de leerme con cierta regularidad, me han cuestionado el por qué he dedicado mis últimos escritos a las lociones siendo que estamos en plena época de campañas políticas –esta elección del 2018 en México es lo que podríamos llamar la “madre de todas las batallas”-, y como que el momento se presta para hablar de los candidatos y de los avatares de las campañas. Es cierto, a lo mejor hasta me veo frívolo e inconsciente hablando de perfumes y lociones, como quien dice, estoy viendo la tempestad y no me hinco. Y la verdad no es eso. Lo que pasa es que ya estoy saturado. Perdóneme usted –que me perdonen los amigos que me leen y todas las personas que me hacen el favor de leerme-. Ya estoy hasta el copete de las campañas políticas, han rebasado mi paciencia, Facebook está imposible con tanta noticia falsa, y Twitter otro poco.
Por eso he dejado de preocuparme de las campañas y de los candidatos y candidatas, y mejor me estoy ocupando de otras cosas que quizá sean triviales, pero ya, es mucho. Y lo que más me molesta es la “supuesta”, y lo pongo entre comillas a propósito, pero me molesta mucho la superioridad moral de que hacen gala algunos, y también su ¡auto victimización por aquello de que se está preparando un monumental fraude que lo único que va a hacer es despertar al tigre! No, no es posible, no lo soporto y, como decía mi señora madre, ojalá dios agarre confesado a este país…
Mientras tanto mejor yo me ocupo de cosas intrascendentes. Termino esta serie de 5 lociones o perfumes como les llaman en España, con un aroma clásico dentro de las fragancias universalmente conocidas y comercializadas para los caballeros. Con Égoïste que, como el vocablo lo indica, quiere decir egoísta –no me pregunten cómo se pronuncia, pero sin duda suena elegante- es la loción con la que la Casa Chanel se propuso crear la versión masculina de la icónica Bois des Iles (isla de maderas) que fue creada en 1926. Según El País, Ègoïste tiene “un carácter algo andrógino, que no unisex”, de aroma “cálido, concentrado, contundente, ideal en invierno”, y todavía más, se ha descrito como un “aroma para la seducción y para el sexo”. Ajijo. Se empezó a distribuir a partir de 1990.
Otra vez de acuerdo con El País, nunca ha sido un superventas, más bien se considera un perfume de culto, que en poco tiempo ha adquirido tintes de clasicismo. En su aroma se perciben notas de mandarina siciliana, caoba, sándalo, palo de rosa de Brasil, cilantro, clavel, canela y rosa de Damasco, cuero, vainilla y tabaco. Una combinación muy sofisticada de aromas y percepciones que hacen de Égoïste una fragancia para caballeros hechos, jóvenes maduros, de corte ejecutivo, que visten y calzan caro, que gustan de dejar a su paso un discreto vestigio de su pisada.
Con Égoïste termino esta serie de 5 lociones que espero hayan sido de su agrado. A propósito, y ya para terminar, que lejos estamos de aquellas épocas en las que el mercado de las fragancias en México lo dominaban lociones como English Leather, con su elegante cajita de cedro, o El varón Dandy, la mismísima Old Spice, que era ideal para después de afeitarse, muy refrescante, con bastante alcohol en su composición química y la ya clásica de la Casa Puig Agua Brava. Después vinieron, de fayuca cosas verdaderamente horribles como Jovan y Brut de la Casa Fabergé, que eran algo así como lo último de lo último. Y por aquellos años de los gloriosos 70, en plena época de la liberación sexual y del destrampe ídem, a nivel de los hippies y con muy clara influencia de las infusiones hindúes e inciensos de los monjes hare krishna, surgieron por ahí perfumes a base de aceites llamada pachuli (patchouli), que eran tan buenas en su fijador que supuestamente escondían detrás de su excéntrico aroma al olor a petate quemado de la mariguana.
Nunca lo usé, irremediablemente olía uno a hippie. Hasta ahí llegamos.
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@gonzalezga