Por Ramón Durón Ruíz (†)
la política en nuestro país es una actividad harto difícil y además plagada de personajes que la hacen única, por tal motivo, y para un mejor entendimiento, se le ha clasificado de la siguiente manera:
“Política rinconera: ésta es la que llevan a cabo nuestros políticos cuando, en su discursos, dicen: ‘desde este rincón de la patria mexicana…’
Política chicharronera: la ejecutada por aquellos políticos populistas que siempre se quieren salir intransigentemente con la suya, haciendo de sus acciones la mofa y burla pública, dejando claro que ahí… ¡nomás sus chicharrones truenan!
Política de Adán: ésta consiste en que siempre, en las acciones que desarrollan los políticos, tienen como argumento: ¡es la primera vez en la historia que se llevan a cabo!, ¡esta acción no tiene precedente!
Política estudiantil: es aquélla en la que nuestros políticos, ante cualquier situación o problema, para el que no tienen solución, la respuesta es muy sencilla: ¡vamos a estudiar el asunto!
Política del mañana: es aquélla desarrollada por los políticos que para todos los asuntos que se les plantean responden: ¡lo vemos mañana!
Política del fideicomiso: ésta tuvo su auge en la época del presidente Echeverría, quien para cada problema que le mencionaban tenía una solución muy simple: ¡formar un fideicomiso!
La política del no pasa nada: ésta es muy sencilla, cuando a nuestros políticos se les expone un problema, el cual obviamente desconocen, porque están desconectados con el electorado y sus conflictos, la respuesta es: ¡no pasa nada!
La política del chino: es aquélla que aplican los políticos cuando se les explica un asunto del que ignoran su solución, la respuesta es: ¡el problema está en chino!
La política de lo urgente: es aquélla que normalmente se desarrolla en la nación en la que para nuestros políticos: ¡todo es urgente!
La política del general: desarrollada a lo ancho y amplio de la geografía nacional, en donde generalmente todos son licenciados, todas son señoritas y el jefe ¡generalmente es bien pedo!
La política del triplicado: es nada menos que aquélla que para solucionar los asuntos requiere que lo soliciten ¡por triplicado!
La política del Puebla: aplicada por algunos políticos que para la solución del asunto solicitan que el peticionario se ponga la del Puebla… ¡es decir mochilas!
La política del ombligo: aplicada por aquellos legisladores que están en el centro de todo… ¡y no sirven para nada!
La política del avestruz: nada menos que la utilizada por algunos políticos que frente a un problema, eligen como el avestruz, esconder la cabeza, pensando que con ello son invisibles.
La política del Rambo III: es la utilizada por algunos presidentes municipales que en tres años dejan completamente destrozada la ciudad.
La política del primero: es aquélla en la que se aconseja, en plena campaña, agarrar el primer plato que nos den, subirse al primer carro que podamos, sentarse en la primera silla que nos ofrezcan y agarrar la primera llave de habitación que nos den.
La política del perro: es la aplicada por aquéllos que nomás andan sobre el hueso.
La política del ojete: aquélla que se desarrolla cuando algunos políticos reciben una petición y la objetan por no poder atenderla; los solicitantes le contestan al político que no objete la petición y éste, molesto, les contesta: no es que sea ojete… ¡lo que pasa es que no hay dinero!”
Y finalmente la política del gavilán estreñido: es aquélla en la que nuestros políticos planean, planean, planean… ¡¡¡y no sueltan nada!!!
Después de conocer tantos tipos de política, el viejo Filósofo afirma:
En la política en México… ¡LO ÚNICO SERIO ES LA LUCHA LIBRE!
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