Lunes de inicio de la tercera semana del mes de junio…día de una mala noticia: Manuel Ramos Gurrión, ha muerto.

Sus amigos lo lamentamos, como lo deben de lamentar los priistas de siempre, los que conocen la historia de su partido y los que conocen la historia de Veracruz….Ramos Gurrión fue de esos políticos que sabían perfectamente que las cosas llegan por constancia, paciencia y ubicación en el tiempo tiempo y circunstancias.

Así le llegó a el la oportunidad de crecer en política, sentado en la sala de espera del presidente del PRI, en ese entonces, el profesor Arriola Molina, quien no era su amigo y que tampoco lo veía con buenos ojos, sin embargo, Ramos, cada mañana estaba sentado afuera, leyendo los periódicos y esperando el paso del presidente para, como siempre, simplemente saludarlo.

Cuentan sus allegados, que el día que hacía falta nombrar a alguien para una comisión importante, no había nadie en las oficinas del partido, por lo que Arriola Molina, instruyó a sus asistentes que buscaran, aunque fuera, al que siempre estaba sentado leyendo periódicos… Así le llegó su oportunidad, la que nunca más desaprovechó.

De ahí en adelante, fue subir y subir… De secretario General, pasó a ocupar la presidencia y con ello, el derecho a ser diputado local y más tarde, presidente de la Cámara, cuando se podían ejercer los dos cargos a la vez.

Después, le llegó una diputación federal y otra más tarde y luego la senaduría… Los cargos relevantes en el CEN del PRI y, las circunstancias, de nueva cuenta, lo llevaron a ser Delegado en distintos estados de la república.

Siendo senador de la república, fue el representante de la Cámara alta ante la Comisión Federal Electoral en 1987 -1988, la que presidió Manuel Bartlett y calificó la elección federal de ese año… Ahí, dejó muestras de su capacidad como legislador, abogado y político de esos que sí sabían del oficio… Lo vi participar y fui testigo de como hacía valer sus opiniones.

En el 91, regresó a Xalapa para hacerse cargo de la Dirección General del IPE, en donde fue mi jefe y coincidí en la chamba con Felipe Hákim, Alfredo Bielma y Héctor Lobato, con los que hicimos una amistad que ha trascendido en el tiempo.

Ramos, nunca dejo de ser priista y hasta el ultimo día se entrego a sus causas, como lo venía haciendo desde la modesta asesoría que prestaba a la dirigencia estatal de la CNOP, sector del PRI del que fue secretario de organización de la dirigencia nacional.

Hoy, se nos fue Don Manuel, un político de esos de carrera, que sabía muy bien meter la mano izquierda para poder capotear con la derecha, que era sensible y escurridizo… Que era un buen negociador, sin dejar de ser institucional y que siempre supo ocupar el lugar que las oportunidades le brindaron, abajo y arriba… arriba y luego abajo, pero nunca se rajó.

Vaya pues, un recuerdo de gratitud al jefe y amigo, que hoy, simplemente, nos ha tomado, de nueva cuenta, la delantera en las circunstancias de vida… Dios le tenga en su reino y conceda sabiduría y comprensión al corazón de sus familiares, especialmente a Doña Griselda, que fue su entrañable compañera de vida.

@EnestaHora

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