Hemos llegado a la recta final de las campañas electorales y a unos días de la jornada electoral, las cosas se han venido dando tal como lo pronosticábamos el pasado 3 de enero en esta columna, por un lado con una saturación mediática asfixiante, tanto en Radio, Televisión y medios impresos, como en páginas WEB y redes sociales, compitiendo, el Proceso Electoral, únicamente con el Campeonato Mundial de Futbol Rusia 2018, así como, una guerra de encuestas con las que, Partidos Políticos y candidatos, no han dejado de bombardearnos, en su gran mayoría, no como información útil para decidir por quién votar, sino como Propaganda Electoral, lo cual también pronosticábamos al principio de las campañas.
Así, ha trascendido que las encuestas y sobre todo la forma en que nos las presentan no son confiables para conocer realmente quién tiene la preferencia a su favor, por lo que basar el voto en las tendencias que arrojan las encuestas es una muy mala idea, por ello en esta última etapa, es el momento adecuado para contrastar los perfiles de los candidatos que han sido consistentes en su crecimiento en la intención del voto y en la presentación de las mejores propuestas, carisma y seguridad durante los debates
Veamos, hoy en día, cuando Ricardo Anaya, se ha derrumbado en la percepción ciudadana, vamos, cuando ya ni los gobernadores de los partidos que lo postulan confían en él, como es el caso del Gobernador de Baja california Sur y el de Michoacán, debido a lo que ha trascendido sobre la red de corrupción que tejió con la venta de terrenos en su natal Querétaro, y de una bodega Industrial por cuya venta recibió, triangulados por varios países, entre 54 y 80 millones de pesos, de los que no ha podido explicar las circunstancias de las operaciones y el por qué de la “Danza de los millones” por Suiza, Gilbraltar, así como por paraísos fiscales, optando por atacar al Presidente y al Gobierno de persecución política y amenazar con meter a la cárcel a Peña Nieto para hacerse el mártir y desviar la atención sobre el asunto de fondo que es la corrupción de la cual es partícipe.
En estas condiciones, con Anaya fuera de la contienda, que ha caído por su propio peso, más allá de “Voto útil” o estrategias mediáticas, en el Spint final por la Carrera Presidencial, quedan ya únicamente dos contendientes, el Lic. Andrés Manuel López Obrador y el Dr. José Antonio Meade Kuribreña, y como antes decía, es tiempo de contrastar el perfil de estos dos candidatos, convirtiendo la elección en una decisión entre dos, lo que seguramente resultará más fácil y cómodo para el elector y particularmente para el gran número de indecisos, pues ya no será relevante quién va en primero y quién en segundo, ardua tarea para un electorado inexperto e iletrado en análisis estadísticos, sino ya solo será cuestión de confrontar personalidades, experiencia Administrativa, política y de Gobierno, preparación Académica y carisma natural, ya solo de 2 y no de 5 candidatos como era al principio de la contienda.
Así las cosas el panorama se presenta halagador para Meade, quien en estos últimos días, como también comentábamos en anteriores entregas de “Voz en Libertad”, con cierta facilidad pasará la prueba de la comparación ante un López Obrador que, a pesar de lo que dicen las encuestas mal interpretadas, al no valorar el factor “indecisos” o que no contestaron, no tiene la confianza de más del 75% de los electores, y Meade se alzaría con el triunfo, regresando a la nación la esperanza de un mejor futuro y volviendo a la anhelada normalidad democrática.