Palabra de Mujer
Por Billie J Parker
Las encuestas inclinan pero no obligan el sentido del voto. Los últimos resultados en elecciones en el mundo han demostrado una crisis global de las empresas que realizan trabajos de investigación de opinión pública (EUA, Colombia, España, Reino Unido). Al igual que en México las encuestas se han equivocado en el ganador o se han quedado cortas, y peor aún, han migrado hacia la propaganda política.
Ante el fenómeno de la mentira estadística y la guerra de la percepción, inflando hasta cierres de campaña con fotos truqueadas y difusión de números poco creíbles, se considera que será el “Voto Finish” el que tendrá la última palabra en las elecciones mexicanas. Se trata de un neologismo derivado de la palabra foto-finish y se utiliza en periodismo para explicar los votos de última hora en la meta. Los votos que eluden el negocio de las estadísticas para hacer fraude electoral.
En política el voto es el acto por el cual un individuo expresa apoyo o preferencia por cierta propuesta electoral o candidatos durante una elección. Un dictamen que en teoría le corresponde solo a los electores porque la ley mandata que es libre y secreto. Pero irrumpen muchos más tipos de sufragios, producto de una transformación social, que se concentran en el Voto Finish, el voto oculto a los encuestadores y emerge en urnas para definir elecciones.
El voto Finish tiene un significativo peso cuando de elecciones reñidas se tratan o se ha creado un imaginario colectivo con estadísticas falsas que ocultan la real intención del voto. El riesgo es que a falta de una segunda vuelta en México, como algunos partidarios del bipartidismo sugieren para desempatar las elecciones Presidenciales y de gubernaturas, el suspenso durará más allá del último voto, ya que no habrá ganador la noche del próximo domingo 1 de Julio.
Lo confirma el INE al predecir que el flujo del PREP será lento y que la incertidumbre continuará hasta el día 2 de Julio, contra todo lo que había declarado que habría ganador con el conteo rápido a las 23 horas. Explica que a la medianoche solo contará con el 12 % de las casillas computadas a las ocho am, el 87 %. El argumento es que la jornada electoral es inédita por el número de elecciones, por lo que el llenado de las actas de escrutinio y de cómputo será más lento. Muchos, como usted, alzaron la ceja.
Será difícil revertir la percepción que existe hoy en día y necesario revisar el rol que las encuestas adquirieron en el proceso electoral 2018. Las empresas de estudios de mercado electoral llamaron a la población a hacer caso omiso a seudoencuestas, no solo por poner en duda la credibilidad las empresas serias sino porque manipulan el contexto electoral. En las campañas del 2018 brotaron docenas de encuestadoras que estadísticamente muestran más filias y fobias que datos reales. A palo seco jalan recursos del erario público para incidir en la opinión pública ante la inacción del INE, que debiera exigirles transparencia del financiamiento.
En los últimos años las pugnas electorales han incrementado su nivel de competencia y violencia. Tres sucesiones presidenciales con procesos comiciales muy reñidos causaron serios daños a la credibilidad del árbitro INE, los conflictos postelectorales afectan fuentes de empleo, el sistema financiero se ve perturbado y la violencia es inédita en el 2018.
La caída del sistema desde 1988 es una práctica indebida que se recicla sistemáticamente durante las madrugadas del día de la elección en el sistema de Programa de Resultados Electorales (PREP). La desconfianza social acusa que los actores políticos se “reparten el pastel en ese momento, pese a las millonarias campañas que hacen pensar que el voto de todos tiene un valor definitivo. Con cada elección se habla de una nueva Reforma Electoral pero no plantean una revolución tecnológica en los sistemas de votación y conteo que impedirían los fraudes.
Corrupción que provoca el incremento en fallos judiciales -que no son decisión del pueblo- y la exigencia de ”voto por voto, casilla por casilla”, escenarios “administrados y resueltos” por mapaches electorales para seguirse agenciando el poder. No hay garantes de una efectiva limpieza democrática que supere las violaciones sistemáticas de las reglas de juego inherentes a la fallida democracia mexicana.
El voto es una condición necesaria para que un sistema político sea democrático. Hay sistemas autoritarios, -ver Venezuela-, donde el despotismo requiere la legitimidad de las elecciones. O como ocurre en México, donde los grupos delictivos, los caciques o políticos asociados con ellos, ante la omisión o colusión de las “autoridades”, deciden el voto a favor de los candidatos. Sino como explican el 99 por ciento de impunidad en los 116 asesinatos de candidatos y sus equipos en este periodo electoral.
El Voto Finish es el que define al ganador en el último momento en las urnas, por lo que habría que tomar en cuenta casillas, actas, elecciones anuladas ya que pueden cambiar la casaca.
Además del Voto Positivo, el voto en blanco, el voto verde, voto antisistema o institucional, el voto del enojo social, el Voto Finish está conformado por:
VOTO DE INDECISOS. Deliberan en votar al de siempre, a favor del oponente, o abstenerse.
VOTO FANTASMA. El negocio de rellenar urnas, previa compra de credenciales, que venden operadores políticos para quedar bien o les condonen los pecados.
VOTO DEL MIEDO. Con el inédito grado de violencia no saldrán a votar por la inseguridad o lo harán bajo extorsión.
VOTO SILENCIOSO. El que se le oculta a las encuestas porque las condiciones sociales no son adecuadas para externarlo.
VOTO MILENIALS. El Voto Joven, cambiante, que está dispuesto a otorgarlo si le cumplen inmediatamente.
VOTO ÚTIL O ESTRÁTEGICO. Los equipos en campaña llaman al voto útil como estrategia para remontar al adversario.
VOTO FEMINISTA O LGTB. Es el voto que se le niega al partido político o candidato que no atienda agenda de género o de la diversidad sexual.
VOTO CATÓLICO. Con la participación política de la iglesia cobra relevancia. Recomiendan votar por el bien mayor posible y no el “mal menor”. Que contribuya al bien común, seguridad, justicia, paz, derechos humanos y solidaridad real con los marginados.