*La vida es una sombra que camina, un pobre actor que en escena se arrebata y contonea y nunca más se le oye. Es un cuento que cuenta un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada. Shakespeare. Macbeth. Camelot.
DESDE SAN PEJESBURGO. (LOS CARDENAS)
Escrito la mañana del otro día que los dos presidentes, el constitucional y el que ganó en las urnas, que aún no es electo hasta que el santo recuento del INE lo convalide, se dieron la mano y sonrieron como ardillitas, como buenos amigos que no eran y ahora seguro lo son. Se acabaron las rencillas. Se acabaron los golpeteos. Desde diciembre viviremos en San Pejesburgo, llamada así esta nación que no es ni bolivariana ni chavista ni castrista, es pejeburguista, por el Peje y por vamos a Tabajco, que Tabajco es un edén. Brotaron los memes de esos encuentros. Muy simplones. Ahora le faltó la chispa al mexicano. Poco antes Andrés Manuel recibió la visita de los 3 Cárdenas: padre, hijo y espíritu santo. Y me acordé de aquella reunión que fui de invitado en Las Ánimas de Xalapa, la residencia cafetalera del buen empresario Manolo Fernández Ávila Camacho, exalcalde jalapeño, que lo distingue el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas con su amistad, inquebrantable. Esa tarde noche de un mes de 2017, llegó Cárdenas a cenar con Manolo y sus hijos, y unos pocos invitados que lo fuimos. En la mesa se habló de todo, le pregunté de aquella versión que corrió de que en tiempos de Miguel de la Madrid, cuando rompieron con el PRI para formar el PRD, si su enojo había sido porque no le dieron la dirección general de Pemex, la paraestatal petrolera, que mucho de ella se debió a su padre cuando nacionalizó el petróleo. Me dijo que no, que ni siquiera, y al hablar de Andrés Manuel, que ahí venia ya listo para la tercera, como que evadió la pregunta. Ese rompimiento cuando abandonaron el PRI para formar la Corriente Democrática, con el talentoso Porfirio Muñoz Ledo, quien dijo de aquello: “Fue una contradicción histórica, la dialéctica de la historia: ganamos el pluralismo político, perdimos la orientación histórica del país”, eso tuvo un parteaguas, un antes y un después, de allí nació el PRD, hoy a punto de perder su registro.
EL RESPETO DEL RUSO
El Ruso dice que lo respeta mucho, al ingeniero, como le llama. Y se nota ese respeto cuando los recibió, junto a sus dos hijos, Cuauhtémoc y Lázaro, en esa oficina presidencial que ahora huele a pejelagarto y a poder. Harto poder. Esa noche jalapeña, el ingeniero habló de todo y sin medida. Presentaba al otro día un libro suyo. Fue el precursor de lo que ahora se vio, que ganó la presidencia un hombre de izquierda, él abrió ese camino, a él le robaron la elección, como lo pregonaron en tiempos de Salinas. Fue un febrero de 2017, presente lo tengo yo. Fuimos varios los invitados, los periodistas Orlando García y Felipe Hakim, Francisco Montfort, jefe de la Oficina de Programa de Gobierno, y Jesús Corichi, el Messi de las relaciones públicas, y el anfitrión y sus hijos, Manolo y Toño. También, muchos años antes, tantos como 9 o 10, o menos, diría Peña Nieto, en Washington, que también es pueblo y ahora tiene a un presidente racista, encontré a Cuauhtémoc hijo, había dejado su tierra y había ido a esa zona de gran poder, al Washington Center a dar clases, porque fue amenazado por los malos de que algo le pasaría, después que fue gobernador de Michoacán, historia que cuento estos días. Los hijos de Cárdenas tienen que ser invitados por el Ruso a su gobierno, que quiere ser como el gabinete de Juárez, y está a años luz de aquellos, aunque tiene gente buena: Ebrard, Durazo, Romo, Torruco, Vasconcelos, Urzúa. Es lo menos que puede hacer por ese hombre que abrió la historia y las puertas de par en par para que hoy llegara esa izquierda que, a unos atemoriza, y a otros les da alegría. Aunque Raúl del Pozo dice de ese tema: “Dicen que nos debemos dividir en izquierdas, derechas y centro. Todo eso de izquierda, derecha y centro yo lo veo muy claro en los descansillos de las escaleras, pero en la vida no lo noto absolutamente en nada”.
LA HORA DE TRABAJAR
Sacudidos por los resultados electorales, no hay otra más que trabajar. No esperar a que este gobierno que llega, llegue como Santa Clós o los Reyes Magos, del Oriente y pelando los dientes. Es cierto que el trabajo ennoblece, y quien lo tiene lo debe cuidar. Hay temores en el panorama, pero recordemos que Dios siempre aprieta pero no ahorca. Y ese túnel de luz, que ahora se ve borroso, deberá ser de gran intensidad destellante. La gente así votó y hay que respetar ese voto. Nos queda un poco del Mundial, que también ya se va. Fui mal afortunado, en este mes a todo lo que aposté, perdí. No doy una. Le fui a España, México (12avo lugar, queda dos puestos abajo, en el pasado Mundial fuimos lugar 10, hicimos 7 puntos en cuatro partidos, esta vez hicimos seis puntos en 4 partidos, en diferencia de goles quedamos en un más dos, ahora en un menos tres, o sea que el entrenador Osorio debe irse a casa y llegar, como lo promocionan, el de Chivas, Almeyda), Colombia, Argentina y Messi, y Portugal y Cristiano y demás que ya marcharon a casa y ven el Mundial como todos nosotros, en tele. Me queda Croacia y Francia. Brasil es una potencia y brotaron muchos memes del show de Neymar, cuando se tira de lloroncito, solo porque Layún lo pisó un poquito. Hay días así.
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