«El gobierno de la República asumió la derrota e instruyó al «príista» Meade a reconocerla en red nacional para disipar todas los demonios constituidos durante la campaña. Con el apoyo de la tecnocracia hacendaria, hace poco representada por Meade, y hoy en manos de José Antonio González Anaya (Carlos Urzúa habló bien de él ante Loret de Mola), se concilió con el gran capital. Hacienda fue fundamental para tranquilizar a más de 400 fondos y por supuesto al CCE. En menos de 48 horas desapareció ´la mafia del poder», el estilete con el cual AMLO hirió de muerte al PRI y a las clases política y empresarial». Lo escribe José Ureña en «24 Horas».