NO ES DE AHORA, sino desde hace varios años, que poco a poco, una buena parte de taxistas de Xalapa, se fue adueñando de los espacios federales de la Central Camionera de Xalapa, donde la empresa ADO y AU, prestan el servicio de transporte de pasajeros a varios destinos del país.

Con el tiempo, también, la misma empresa camionera, fue cediendo, aparentemente sin permiso, sino por presiones de las mismas organizaciones de taxistas, todos los carriles de circulación que van a dar a la entrada de esta importante terminal camionera, al grado de que los propios taxistas se habían puesto en el papel de impedir a los particulares, llegar hasta estos lugares, sin importar que llevaran a familias que fueran a viajar, sin ningún pretexto, más que la prepotencia con la cual actúan, obligando, desde luego, a que familias enteras tuvieran, en determinado momento, que cargar sus propias maletas desde la avenida veinte de noviembre.

A esta situación que prevalece todavía, en determinados momentos en esta terminal de autobuses, se le denominó caos total, porque el empoderamiento de las organizaciones de taxistas, supuestamente, permitido por la misma empresa camionera, llegó a ser tal que no se ha encontrado autoridad alguna que pueda resolver este conflicto, que ha pasado de ser un problema entre las mismas organizaciones de taxistas, a la propia población, la cual, de ninguna manera tiene la culpa de lo que pase internamente con el pleito de esta plaza laboral de taxistas.

Esta es la fecha en que difícilmente puede entrar cualquier persona a las instalaciones de CAXA, debido a que los taxistas bloquean, en el momento que quieren la entrada a estos servicios de autotransporte, dejando, muchas veces, solamente un carril que lleva, casi necesariamente, al estacionamiento de la central camionera y aquí se explica, en gran parte, el respaldo de los representantes de esta terminal, porque en dicho espacio, que es insuficiente y no cuenta con servicios adecuados, se cobran quince pesos por entrar a esperar a los pasajeros, servicio que, desde luego, debería ser gratuito porque forma parte de la central camionera que cobra y muy bien, el costo de los boletos para viajar a cualquier destino.

Existe, por lo tanto, una mafia de poder, dentro de la propia central camionera donde se encuentran taxistas y representantes de la misma empresa, porque todos, de alguna manera, se confabulan para obtener beneficios de la sociedad, a la cual dejan, prácticamente, en estado de indefensión, ya que pagando por los servicios de la central camionera, todavía los obligan a comprar tiempo en el estacionamiento, aún cuando nadie va por gusto a esa central, sino por necesidad de esperar a sus familias que llegan o salen de esta ciudad.

Por su parte, las autoridades de Tránsito del Estado, se han visto impedidas para solucionar el problema, porque éste se genera dentro de la terminal de autobuses, donde se supone que es un espacio de carácter federal, donde las determinaciones tienen que ser tomadas, de alguna manera, por la empresa y representantes, desde luego, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, del Gobierno federal.

Pero, hay otros vicios que han convertido a la Central de Autobuses de Xalapa, en un centro de malvivencia, pues el hecho de que los taxistas se encuentren esperando por horas que les toque el turno para prestar un servicio, les da tiempo para reunirse varios de ellos y ponerse a jugar baraja y otros juegos de apuesta, ya que con el tiempo que están haciendo turno, no logran reunir ni siquiera la cuenta que tienen que entregar a los dueños de los taxis o de la concesión respectiva, por lo que prefieren echarlo a la suerte y completarse de esta manera con lo que tienen que responder ante sus patrones.

En pocas palabras, es ya común ver a los taxistas ponerse intransigentes con todo mundo, pues ya no importa que sea un vehículo del mismo servicio, sino que arremeten contra todos los particulares que quieren entrar a la terminal, generando, en varias ocasiones, diversos actos de violencia.

De esta manera, los taxistas, se han vuelto en dueños de la Central de Autobuses Caxa, ante la mirada complaciente de representantes de la empresa y autoridades federales, a quienes les corresponde poner orden en este lugar.

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AUN NO ES PRESIDENTE de la República, es más, se dice que ni siquiera Presidente de la Republica, electo, porque hasta estos momentos no ha recibido de las autoridades electorales, la constancia respectiva, pero en la realidad, Andrés Manuel López Obrador, ya se encuentra diseñando gran parte de lo que será su gobierno y su administración federal.

En todo esto ha incluido el termino de la cuarta transformación del país, luego del movimiento de Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana, porque considera que sus determinaciones ya son parte de la historia política de México, sin que todavía se haya llevado un acto formal o constitucional de gobierno.

La cuarta transformación del país, tiene que ser sustentada por los esfuerzos de un gobierno que tratará de cambiar las cosas, casi todas, porque no se habla de lo bueno o de lo malo, sino sencillamente, de todo lo que comprende el sistema político que ha llamado siempre “la mafia del poder”, pero falta que las cosas caminen y que sobre todo, los presupuestos económicos le alcancen, porque vivimos, como todo mundo sabe, dentro de un país endeudado y con grandes carencias en todos los sectores, aún cuando se sabe de sobre que México, es un país con grandes recursos que lo podrían poner entre los países desarrollados y no subdesarrollados, como sucede ahora.
Es un gran reto para el futuro gobierno de Andrés Manuel López Obrador, convertir su tiempo, el que se encuentra viviendo en este momento, en la cuarta transformación del país, sencillamente, porque los tiempos son distintos y las condiciones para gobernar también presentan serias dificultades.

Y tiene razón, quizá, el actual Presidente de la República, que ha dicho con cierto descargo de su impopularidad, que no es fácil gobernar a un país y menos como el de México.

Vienen etapas, todavía muy difíciles para poder hacer un gobierno a los deseos de quien llega al poder, porque se presentaran, indudablemente, diversas circunstancias que podrían impedir que verdaderamente se concretara una etapa más de transformación del país, porque si le va bien a López Obrador, en este intento, prácticamente, le va bien a todo el país.

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EL EX DIRIGENTE nacional del PRI, René Juárez Cisneros, dejó como sentencia dentro de su propio partido, pero que puede ser vigente para cualquier organización política, alejarse de la soberbia y el burocratismo.

Cierto es que al partido tricolor, mucho de esto dañó seriamente su imagen y de ahí parte de los resultados obtenidos en la pasada justa electoral.

La prepotencia y la soberbia, así como la necedad de muchos políticos incrustados en esta organización política, coadyuvaron al desgaste paulatino del partido, al grado de que lo hicieron perder antes de tiempo.

Por eso, el apunte del ex dirigente nacional, tiene mucho de cierto, pero es también un llamado a todos los partidos políticos que siguen sosteniendo dentro de sus filas a personajes con esta gran debilidad, proporcionada por el poder político, el dinero y la auto creencia de que son los únicos o últimos hombres de la tierra.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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