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La responsabilidad social está de moda, es rentable para cualquier institución, se ha comprobado. Destinar recursos de una empresa o institución para labores altruistas trae grandes beneficios a su imagen, las personas que reciben la ayuda se sienten agradecidas por la mínima o gran modificación que se realiza en sus vidas, a través de múltiples formas de comunicación la opinión pública favorece a quienes realizan acciones de responsabilidad social, por ende en muchas ocasiones la rentabilidad o credibilidad de estas instituciones es mayor.
Pero, ¿Cuál es el problema de ayudar? Ayudar no es el problema, sino las razones detrás del apoyo brindado, ¿Realmente existe la ayuda desinteresada?, si el lector ha brindado ayuda o apoyo en algún momento realice a sí mismo estas preguntas, ¿Por qué ayudamos a otros? ¿Lo hacemos por empatía y reconocimiento humano o en cierta forma estamos esperando recibir algo a cambio? Lo cierto es que la ayuda y el apoyo sin importar la razón ciertamente puede marcar una gran diferencia, si ayudas a una escuela en su desarrollo, los estudiantes tendrán mejores espacios que sin duda podrán influir en su aprendizaje. En medio de catástrofes naturales la ayuda es necesaria y no importa de dónde venga el altruismo en estos casos es indispensable.
En días recientes la discusión nacional ha girado en torno al Fideicomiso para los Damnificados creado por integrantes del partido MORENA, ¿El problema? El dinero se utilizó en época electoral, hay acusaciones que señalan que los integrantes del partido retiraban dinero para las campañas, MORENA niega las acusaciones y lo único real y comprobado al momento es lo siguiente: Se creó un fideicomiso, se repartió dinero de este mismo, el dinero se entregó durante periodos de campaña, el INE no ha demostrado que el dinero no llegó a los damnificados. Los integrantes de MORENA han recalcado y explicado que el dinero sí llegó a los afectados por el sismo del 19 de septiembre.
La lupa que utilizamos para juzgar a los gobiernos anteriores, debe ser la misma que utilicemos desde los resultados de las elecciones, pero analicemos a fondo cada detalle, ¿se puede confiar realmente en las instituciones que durante años han presentado fallas? Creo que no, que aún falta mucho por legitimar sus declaraciones y que tal como señalan algunos analistas políticos el periodo de luna de miel entre el gobierno saliente y el entrante ha terminado. Respecto al fideicomiso, ¿a qué le daremos prioridad? ¿A la entrega de dinero en periodo electoral o a la ayuda que supuestamente se recibió? En lo personal no veo mal que personas afectadas reciban un apoyo, tampoco lo consideraba mal cuando se trató de otros apoyos en campañas pasadas, porque aunque sean momentáneos los estímulos sí benefician a gente, el verdadero problema es que tanto en este momento como en historias del pasado la ayuda tiene un fin: el voto del electorado, es evidente que estos recursos no se otorgan con fines desinteresados, sin embargo, la ayuda es necesaria.
La realidad es que en muchos casos la ayuda sólo llega en periodo electoral y una vez alcanzado el poder los más necesitados siempre terminan olvidados, la gente que fácilmente se manipula con promesas de un futuro mejor es la que más sufre las desigualdades de nuestra nación, pero el momento de juzgar si este gobierno realmente puede ser diferente aún no ha llegado.
¿Es justa la multa impuesta a MORENA por este fideicomiso? Juzgue usted mismo, pero con los hechos y bajo la misma lupa hay que juzgar las acciones electorales del resto de partidos, las campañas digitales operadas por medio de bots, las trampas electorales en algunos estados, la compra del voto, y prácticas antiquísimas que hartaron al común de la gente y los llevaron a tomar la decisión final, aún no podemos saber si fue la mejor, pero fue el resultado del hartazgo ante años de falsedad.