*La vida es una aventura con fecha de caducidad. Camelot

EL SECRETARIO DESCONOCIDO

Este hombre no nació en Chihuahua, en 903, ni bajo un petate ni bajo un ciprés, como la canción de Pancho López. El gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez, nombró, según su criterio y lo que le da la ley, a su secretario general de Gobierno, el que ocupará el lugar de Rogelio Franco Castán. Se llama Erick Patrocinio Cisneros Burgos y, cuando lo nombró, todo sonriente y el hombre al lado, el que será el segundo poderoso de Morena como gobierno por seis años, su currículum dice que nació en Otatitlán, en la meritita Cuenca del Papaloapan, pero no es cierto, nació en Tierra Blanca, tierra de Dios y de ferrocarrileros y de XEJF y Crónica, un 25 de septiembre de 1965. Cuentan los lugareños y él mismo lo dijo, que nació en el antiguo hospital de ferrocarriles, atrás de las vías de la estación, lo que ahora es el DIF municipal. Y me llevó a acordarme que ese hospital lo dirigía el doctor Alfonso Arcos Herrera, mi padrino y padre de mi cuate del mismo nombre y apellido, doctor también, que dirige el hospital de Nichi (Baldomero Pedro Kuri), todo en Tierra Blanca, un pueblo que no tiene mar, pero tiene ríos, Arroyo hondo, que ya seca poco a poco Pemex, con su cochino petróleo (El niño Dios nos regaló un establo, y los veneros del petróleo, el diablo). En esa zona ferrocarrilera, donde el doctor Arcos era el mandamás, allí había una cancha de tenis y cada tiempo de vacaciones llegaban los Osuna, Palafox, Loyo Mayo, Lemaitre y todos aquellos que eran Copa Davis, para alegrar al pueblo y uno, que era pequeño, el más pequeño de los tres, ahí les admirabas. Eran buenos amigos del médico director del hospital de ferrocarriles.

EL DESTAPE

Crónica de Tierra Blanca lo anunció cuando el electo andaba de gira la semana pasada y les adelantó: “Será de esta región”, allí donde el calor ataranta y el huamachito florece, tierra de Dios y de caña y azúcar y de decimeros y albureros, gente buena, pues. En el pueblo nadie lo conoce, quizá salió muy chico de allí. Cuentan los sabelotodo y entiéndelo-nada, que es una posición de Andrés Manuel, directa al corazón, porque es gente de sus confianzas, y de la poderosa Rocío Nahle. Es ingeniero agrónomo y maestro en Administración. Anduvo por Baja California en chamba y muchos dicen que fue nombrado por el Ruso AMLO, que desde la escalinata de la transición, allí le llamó al Cui y le dijo, éste va. Son decires, solamente. Opinaron los conocedores que nadie lo conoce, y eso me llevó a una anécdota de hace años, cuando un gobernador enviaba a un candidato a una alcaldía, que no lo conocían más que en su casa. “Gobernador”, le dijeron, “a ese nadie lo conoce aquí”. Mejor, respondió el gobernador, así no será acusado de nada. Ya ven ustedes que cuando llegan, como Bartlett ahora, les sacan sus trapitos al sol. El gobernador electo dijo que era operador político en Veracruz y conoce a todos los actores políticos, cosa que no se le cree, pero en fin, ya tendrá tiempo en seis años, si allí dura, para ir conociendo a cada uno de los grillos de Veracruz.

LOS APOYOS A NIÑOS CASA HOGAR

Hace unos días, vía Messenger, contactó conmigo Erika Daniela, que orizabeña es, me dijo que iba a hacer una aportación a los niños de Casa Hogar la Concordia, y preguntó cuántos eran. Hace un rato al ir a visitarlos y llevarles unas tortas de cenar, me encontré con los 15 paquetes de útiles escolares, que Erika había enviado. Se pusieron felices y contentos y le escribí a la donadora, para darle las gracias. Hoy los paquetes escolares no son nada baratos, y se sufre para comprarlos, mas las madres que están a cargo de sus hijos, solas, sin la ayuda de nadie, solo de Dios. El mundo tiene gente buena y generosa, como Erika, quien me dijo que allí estaba reunida con su familia, planeando ir por los 15 niños y pronto llevarlos a cenar. Estos son los actos que a uno conmueven, y hacen pensar que esos niños nunca estarán solos, que siempre hay manos buenas y bondadosas a su pendiente. Muchas gracias, de nuevo. Llegan aportaciones a esos niños. Hace poco, Hugo me envió un dinero para llevarlos al cine. Y Pepe siempre se pone al corriente. Eduardo, de Veracruz, me habló de una aportación de su hermana para esos niños. Del mismo Veracruz, Rafael Gil se ha puesto con aportaciones, y gracias a él tienen estufa nueva y tienen televisión y lo que ha podido enviar desde su Fundación, Cada niño una sonrisa. Hace nada se les cambió el horno de microondas, el viejito ya estaba muy amolado. Debo agradecer a un gran orizabeño, Vicente Pérez Avella, que desde hace un buen tiempo da una aportación económica que mucho les ayuda para sus alimentos y los pagos de esa casa. Siguiendo el camino de su padre, el gran e inolvidable empresario, Jaime Pérez Avellá, y de su fallecido y muy querido y recordado hermano, René, a quienes Dios tiene en su gloria, porque ellos, en su tiempo, fueron grandes benefactores de esa casa hogar. Jaime, un empresario de grandes ligas. Muy recordado porque fue quien catapultó el contrato desde Puebla, en béisbol, del gran Fernando Valenzuela, que llegó a armar la Fernandomanía en su tiempo excelso, allá en Los Ángeles, donde le siguen recordando al gran gordo de Etchohuaquila.

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