DE HECHO y de derecho, ha comenzado la verdadera transición del poder en México. Con el inicio de la entrega recepción, en la administración federal, se va concretando la sucesión gubernamental y todo parece indicar que esta de por medio un acuerdo entre el Presidente saliente y el entrante, no solo para llevar a cabo este periodo en paz y tranquilidad, sino también para que mutuamente haya respeto y que las cosas no vayan más allá de aquellos episodios de controversia político electoral.

El Presidente Peña, afirma que deja un país estable, mientras que Andrés López Obrador, aseguró que no le corresponde juzgar a este gobierno. De esta manera, se advierte, más que nada, un mutuo acuerdo, decisión tomada entre los dos hombres que tienen en este momento el poder, uno constitucional, que va a la baja y otro el poder que es real, que comienza a situarse como el nuevo régimen, con grandes diferencias políticas.

El Presidente Enrique Peña Nieto, ha logrado el consenso con quien gobernará el país y todo parece que se aplicará el principio de López Obrador, de perdonar lo que se ha hecho, pues bajo este argumento hasta al mismo mandatario actual, le parece bien que haya estas diferencias, al grado de que asegurar que hace bien López Obrador, en querer echar abajo la famosa reforma educativa, que se ha quedado trunca, porque al parecer, no seguirá adelante, cuando menos, en los términos que se encuentra redactada y aplicada.

Resulta interesante saber que Peña Nieto, acepta que López Obrador, haga lo que quiera con la reforma educativa y esto no es más que in indicio de que hay de por medio un importante acuerdo político, es decir, de no meterse uno con el otro, en este quehacer de la Presidencia de la República. Diríase que se tratará, en verdad, de una transición tersa, como se ha venido manejando recientemente, es decir, bajo entendimientos entre las dos partes, a fin de que nadie se estorbe en los asuntos públicos de la Presidencia.

Habrá perdón, sin duda alguna, porque Andrés López Obrador, pondrá en práctica, de verdad, su República amorosa, dejando atrás todos aquellos conflictos políticos, pero sobre todo, dejando pasar muchos hechos que los mexicanos pudieran reprocharle pronto, pues la escasa imagen del Presidente saliente, a unos cuantos meses de concluida su administración, denota que los mexicanos, quieren más, es decir, que el nuevo Presidente de la República, actúe en contra de quienes se van, denunciando los negocios sucios que hayan hecho durante su gestión y que pueden representar los grandes intereses personales y de grupo de los que tanto ha hablado López Obrador, precisamente.

Es más, la magna obra que significa el nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, puede cancelarla López Obrador, pues también en este sentido, hay acuerdo con el Presidente en turno, para que si no se puede seguir adelante con la construcción del mismo, se consideren otras opciones, en todo caso. De esta manera, se aprecia que Enrique Peña Nieto, se ha entregado totalmente a López Obrador, puesto que a unos cuantos meses de que salga de la Presidencia, ya no hay interés en defender lo que se deja, puesto que el proyecto del Aeropuerto, significaba una obra en proceso y que definía, de alguna manera, el paso de la presente administración federal.

Sin embargo, a estas alturas ya nada importa, sino salvar, porque no, el pellejo y que las cosas queden en el estado en que se encuentran, sin armar controversia alguna, puesto que Peña Nieto, ha declarado, de la misma manera, que con el nuevo gobierno, no hay conflicto alguno y que simplemente hay divergencias, es decir, visiones distintas sobre temas como es la reforma educativa y la propia construcción del nuevo Aeropuerto.

Que más se puede apreciar en este momento en que todo parece marchar a la perfección dentro del acuerdo de respetarse mutuamente, donde, sin duda alguna, el que sale ganando es precisamente el Presidente Peña Nieto, puesto que con esta decisión tomada entre ambos mandatarios, uno vigente y el otro electo, puede haber quien tenga que pagar los platos rotos, pero ese no será el Presidente en funciones.

Quizá, con lo pactado entre Peña Nieto y López Obrador, ya se haya definido por donde se romperá la cuerda, es decir, por lo mas delgado y esta parte podría estar vinculada directamente con el caso Odebrech, así como por el Ex director de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya, pues de otra manera, seguiría la duda sobre los sobornos recibidos de la compañía brasileña, que afectarían aún más la imagen del Presidente Peña Nieto, puesto que estos beneficios de Odebrecht, pudieron haber sido, como se ha dicho mucho, para la propia campaña política de quien hoy ya esta a punto de dejar el gobierno por razones constitucionales.

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Y YA SE VE lo que apenas comentábamos en reciente entrega de esta columna política, en el sentido de que el gobierno de López Obrador, pudiera estar preparando el regreso de Elba Esther Gordillo Morales, a la dirigencia nacional del magisterio, pues tanto el Presidente electo, ha manifestado, incluso, ante el Presidente Peña, su decisión de cancelar definitivamente la reforma educativa, la maestra Gordillo Morales, también, en su reaparición pública, se ha lanzado, definitivamente, en contra de esta reforma que ya se ha aplicado en todo el país, aunque sin los resultados que esperaba el propio mandatario nacional.

En esta decisión, trascendente, por el lado que se le quiera ver, hay acuerdo, también, entre López Obrador, y la ex dirigente nacional del SNTE, pues en los dos casos, existen la coincidencia para concluir con esta propuesta presidencial que no tuvo éxito, por más esfuerzos que se hicieron, donde más fue el tiempo de protestas que el empleado en buscar que se concretara esta reforma. El acuerdo, también ya fue tomado, para darle conclusión y buscar otros caminos que fortalezcan la enseñanza básica en nuestro país, base fundamental para la preparación profesional de los jóvenes mexicanos.

Doña Elba Esther, volverá a la dirigencia nacional del SNTE, y desde ahí, hacer su propio trabajo para cancelar la reforma educativa y buscar otro sistema educativo distinto que de verdad genere resultados. En eso esta empeñado el Presidente electo, y ahora, indiscutiblemente, la propia Ex dirigente nacional del magisterio y posiblemente, de nuevo, la que tome las riendas del Sindicato más importante de América Latina, tanto por el numero de afiliados como por el enorme poder económico que tiene.

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POR MAS ESFUERZOS QUE se hacen, no parece haber interés político entre los priistas, para levantar al muerto. Se proponen muchas cosas, entre ellas, hasta de cambiar de nombre, cuando en verdad se sabe, que no es este el asunto a tratar, sino el reencuentro de los buenos priistas, con proyectos nuevos, pero con una condición de no volver por los viejos y transitados caminos de la corrupción, que hicieron caer a muchos políticos y a la propia organización política que no tiene, de ninguna manera, la culpa del actuar de sus propios militantes.

No es, desde luego, el único partido político en nuestro país, que ha mostrado ambiciones políticas y económicas, rompiendo con sus propios principios, pero era el partido en el poder, es decir, el único que tenía de donde tomar a manos llenas y sin que nadie dijera nada, hasta que los propios mexicanos, en una histórica votación decidieron castigarlo con el mínimo de votos en su favor, dejándolo fuera de toda participación política, después de haber sido el famoso partido de las mayorías.

Es bueno, sin embargo, que busquen retornar por el camino de la honestidad, pero para eso se tendría que desechar a toda esa clase política que se ha visto beneficiada, la que vive ahora sin preocuparse por el futuro de ellos mismos y de su propia familia, puesto que lo robado asciende a grandes cantidades que se encuentran finamente repartidas entre unos cuantos, no todo los priistas, como se ha dicho y creído.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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