*No hay mayor cinismo que el de aquellos que reclaman para sí lo nunca han dado. Camelot.

POR SUS ENTREVISTAS LOS CONOCEREIS.

En cada noticiero, en cada entrevista con diferentes comunicadores, el presidente está revelando cosas que se había guardado. Como ya se va, dirá pues ahí va mi resto, y cierra los ojos y tira los dados sobre el tapete verde. Cada conductor se enfoca a lo qué le interesa. Por ejemplo, Ciro Gómez Leyva, de Imagen TV, lo llevó a un tema que ellos le dieron seguimiento por meses, la NO terminación de la obra del tren México-Toluca, una obra que a Ruiz Esparza, el secretario del socavón, le fue como en feria, porque entre Ciro y David Páramo, lo tacharon como el peor secretario de Peña Nieto y un tipo mentiroso, fullero y habilón, diría Minga, una gente de mi pueblo. La cara del presidente se contrae cuando las preguntas son incomodas. Ocurrió con Denise Maerker, cuando hablaron de la Casa Blanca y ahora reconoció que sí era un tema de los dos, del matrimonio, cuando en aquel tiempo lo trataron como tema particular, solo de ella. Exhibieron declaraciones de Ruiz Esparza, cuando ufano y mamón aseguraba que en septiembre la terminan. ¿Saben ustedes cuándo se va a terminar? En año y medio, reconoció el presidente, y comenzó a culpar a los que se metían en las obras, dejando a un lado al verdadero culpable, su secretario de Comunicaciones, un tipo engreído que cuando medio México le pedía su cabeza por el asunto del socavón, que casi termina culpando a los dos pobres que cayeron y murieron por su culpa, el presidente no escuchó ninguna queja y lo sostuvo contra viento y marea, sin darse cuenta de que esos actos le metían votos en contra a su partido, y a él mismo y a la figura presidencial, que no la cuidó como debía, porque un presidente debe de ser frío, primero, no llevar a los amigos a cargos de relevancia, para que, cuando se pida su cabeza, se entregue, como en los circos romanos, luego a su candidato Meade, del que reconoció que fue mal candidato del PRI. O al menos que “no funcionó”, cuando cualquier mortal que fuera por el PRI sabía de inmediato que un tercer lugar de la contienda los estaba esperando, igual ocurrió con Pepe Yunes Zorrilla, en Veracruz, un buen político, un buen senador y exalcalde, que cuando se metió a ese barco que ya había encontrado su iceberg, como el Titánic, todos sabíamos, hasta los boleros de los parques, que jamás el PRI tendría oportunidad de alcanzar el triunfo, por la política errónea del presidente. Aunque allí se lo negó al comunicador, dijo que “hay un clima antisistémico en el mundo”, y no lo creemos, la mamá Maerkel en Alemania ya hubiera perdido. Pamplinas. Dijo que el tiempo y la historia defenderán su administración. Veremos. Se le ve al presidente sudoroso, y eso que no se ha enfrentado a los comunicadores que aprietan, Carmen Aristegui y Jorge Ramos, allí si saldrían chispas. En fin, por sus entrevistas los conoceréis.

EL OTRO CINICO

Es temporada de cinismos. El cinismo es el sentimiento de desconfianza o de que algo no va a ir bien. Es posible asociar el cinismo al sarcasmo. El cinismo proviene de la creencia de que las personas son, en el fondo, egoístas y poco fiables. El sarcasmo es la expresión de sentimientos negativos como el cinismo, expresando lo contrario de lo que se quiere decir. Brotó por las benditas redes sociales, un mensaje de que Emilio Gamboa Patrón (23 de agosto de 1950), un tipo acomodaticio de gobiernos tras gobiernos, que ha mamado en esa ubre desde los tiempos que los Dinos pastaban sobre la faz de la tierra y no logró extinguirse con ellos. Ha sido de todo y sin medida: Secretario de un presidente (Miguel de la Madrid-1982), secretario de Comunicaciones con Carlos Salinas, director del IMSS, Infonavitt, Fonatur y Lotería Nacional, Diputado federal y dos veces Senador de la República, gente con mucha influencia en el PRI y en el gobierno, tanta que cuando la Ruiz Massieu tomó protesta entre escándalos, de la presidencia del PRI, allí estaba este marrullero político atrás de ella, con cinismo aplaudiendo como si elevaran a doña Josefa Ortiz de Domínguez a los altares de la patria. Bueno, pues son tantas las historias de que Gamboa tenía a 300 aviadores en su nómina senatorial, que uno ya no sabe ni qué pensar. Desde 1982 hasta la fecha, 36 años exactos, Gamboa sigue mamando en las sagradas nóminas de la patria. Si el amoroso AMLO enfoca las baterías a los corruptos del gabinete que se va, el primero de diciembre, entre Ruiz Esparza y Gamboa Patrón se llevan las palmas, como en una tarde de toros, con pañuelos blancos agitados. Pero al parecer nada pasará, la impunidad permeará por los siglos de los siglos, amén.

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