*Oh esas tumbas a veces intranquilas. Donde ni se reposa ni se descansa. Camelot

VALLE DE LOS CAIDOS

Francisco Franco murió en cama, un 20 de noviembre de 1975, presente lo tengo yo, como pocos dictadores. El médico le dio el pase al cielo y Franco se fue mentando madres contra el presidente Luis Echeverría, que lo había condenado porque en España habían ejecutado a unos disidentes a garrote vil (es una técnica que no es de garrotazos, se les retuerce el cuello con un aparato) y en México rompieron relaciones, que no tenían, solo las comerciales, y de Iberia bajaban del vuelo hacia Madrid a los gachupas que mentaban madres contra Echeverría: “Joder, ese hombre está loco”. A su muerte, tiempo después, se le trasladó al Valle de los Caídos. Si se va a Madrid alguna vez, es visita obligada ir a conocer el monumento a Franco y a José Antonio Primo de Rivera, el jerarca de la Falange, el Valle de los Caídos, la tumba que se erigió monumental para que ahí descansara el dictador, que gobernó toda una vida. Allí mismo están miles de combatientes de los dos lados, los de Franco y los de enfrente, que sin el permiso de las familias los mezclaron como si en muerte pudieran convivir en el silencio de las tumbas. El Consejo de Ministros de España aprobó el viernes que sacarán los restos de Franco, que tienen allí 43 años desde que murió. Sitio a 50 kilómetros de Madrid y uno va más que a venerar, a curiosear, como cuando se cruza las tumbas de los papas en el Vaticano y que, cuando te encuentras al Papa Juan Pablo I (Albino Luciani), Patriarca de Venecia, al que se escabecharon con una pócima de veneno los malosos del Vaticano, cuando les retiraría las chequeras del Banco Ambrosiano, sobre todo al maloso Paul Marcinkus, aquel que llamaron el Banquero del Papa y que cuando vio los boquetes y hoyos en ese banco, asociado a la Mafia y a la Masonería, pues mejor lo pusieron a dormir, por una eternidad. Su pontificado de 33 días (edad de Cristo), fue el más corto en la historia del Vaticano, dando pie al año que se llamó, el año de los tres papas. Era un Papa sonriente, le llamaron: el Papa de la sonrisa o la sonrisa de Dios. Pero estaba con Franco. Cuando Franco murió, no le hicieron el ritual protocolario de los Papas. Cuando un Papa muere, llega el Camarlengo y le quita un pañuelo que tiene sobre su rostro. Le llama tres veces por su nombre de pila y luego con un martillo de plata golpea su frente tres veces, entonces dice: “vere papa mortuus est” (de verdad el Papa ha muerto).

MI VISITA AL VALLE

Fui hace años a ese Mausoleo tumba de Franco, tantos que ya ni recuerdo cuándo lo fue. Llegué en un bus turístico de los que te llevan del centro de Madrid a esa zona del Valle. Al pie hay un pueblo, que crearon para que ahí vivieran los que trabajarían para el mantenimiento, comienzas a llegar y a la lejanía se ve la monumental Cruz, de 150 metros de altura. Entre la campiña y el verdor de los bosques y los pinos y tanta vegetación. No recuerdo tampoco cuanto pagué por entrar, pero ayer leí que el Gobierno de España aprobó sacar los restos de Franco y entregarlos a la familia. Aducen que ‘es para cumplir con una deuda pendiente de la democracia española, porque es el único dictador de Europa enterrado con honores’. La familia se negaba, pero al ver la decisión del gobierno, los 7 nietos aceptaron y les dieron 15 días para que vayan por los restos de ese hombre que gobernó España con mano dura. La iglesia, que tiene la custodia, al principio también se negaba, pero al ver la firmeza del gobierno bajaron la cabeza y rezaron. Con José Antonio Primo de Rivera no se metieron, por el momento ahí se queda. Él fue una víctima también, dijo la vicepresidenta Calvo. Lo van a exhumar de ese sitio de honor al lado de Franco y lo pasarán junto a los 33 mil españoles allí sepultados. Al lado de ellos, sin distinción pero con gloria. Primo de Rivera fue preso por el Gobierno de la República bajo la acusación de conspiración y rebelión militar. Tras el golpe de Estado que en 1936 dio inicio a la Guerra Civil, fue juzgado y condenado a muerte y fusilado en Alicante. Años después, cuando fue concluida la obra del Valle de los Caídos, el propio Franco ordenó que fuese trasladado y enterrado allí el cuerpo del ideólogo falangista. No lo pueden hacer nada, será el Valle un ceremonial de los caídos, ya no solo de Franco. Él se ira a una tumba familiar. Le dan 15 días a la familia para que se lo lleve. “Es urgente porque vamos tarde. Un dictador no puede tener una tumba de Estado en una democracia consolidada como la española. Es incompatible”, dijo la vicepresidenta.

Uno de los nietos del dictador no se quedó con la estaca clavada, dijo: “El Gobierno ha tomado esta decisión, que yo considero oportunista cobarde y revanchista”.

El País: “La familia Franco todavía no tiene claro qué hará con el cuerpo del dictador si les es finalmente entregado. El nieto Franco descarta el cementerio donde está enterrada su madre. “Mingorrubio (El Pardo) es un sitio que está muy desangelado, en mitad de un descampado, con lo cual el riesgo que algún valiente quiera profanar la tumba y hacerse con algún huesecito sería tremendo”.

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