CON EL noventa y siete por ciento de los compromisos de campaña cumplidos, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, ofreció al pueblo mexicano, un amplio panorama nacional que pudo concretarse durante los seis años de gobierno, casi a punto de concluir.

El mandatario nacional, no soslayó los principales problemas que padecen los habitantes de este país, pues fue sincero, al referirse a la inseguridad, tema que no pudo cumplir y quizá, este éste el tres por ciento de su agenda sexenal que prácticamente queda pendiente y con un gran reto para la próxima administración del nuevo mandatario a partir del primero de diciembre próximo.

Sin embargo, y muy a pesar de su mensaje presidencial, que se convirtió, sin duda alguna, en un informe sexenal sintetizado, donde se habló de todo lo que se realizó y que parece ser una obra extraordinaria, resaltan los problemas más urgentes y más difíciles que impiden a México, como a sus habitantes continuar en su pleno desarrollo.

Dijo el Presidente Peña, que en México, se logró reducir la pobreza, pero en este punto, cómo explicar a los más de sesenta millones de pobres que ahora ya no lo son, cuando se ha dicho que tienen lo suficiente para comer, cuando la realidad, es que en este sentido se sabe bien que la mayoría de los mexicanos siguen careciendo de lo indispensable para poder subsistir, pues aunque también el mandatario nacional, aseguró que se crearon cuatro millones de empleos nuevos, no hay en estos momentos muchas esperanzas para muchos mexicanos, en todas las edades, que puedan tener un empleo bien remunerado.

Cómo explicar a los mexicanos en general que se ha logrado, en estos últimos seis años, concretar un evidente crecimiento económico, cuando en la mayoría de las bolsas no hay el recurso indispensable para acudir por lo alimentos. Cómo explicar a las amas de casa que en estos momentos están buscando las posibilidades de comer en sus hogares, cuando no les alcanzan los recursos económicos para tener, siquiera, una buena comida. Cómo explicarles a todos los padres de familia que también están sufriendo, en el inicio del ciclo escolar para poder comprar los útiles escolares, los uniformes, las cuotas y los mínimos requerimientos para que sus hijos puedan estudiar.

Sí, es cierto, se han alcanzado varios avances en la transformación del país, pero ese es otro costo que se les ha aplicado a los pocos contribuyentes, pues la captación de recursos no ha sido eficiente, porque no se han dado los mecanismos necesarios que puedan cumplir con este objetivo, sencillamente, porque han fallado los propios responsables de estas áreas, que aún con todo los problemas que se tienen para poder hacerse de los escasos impuestos, todavía han hecho mucho más difíciles y burocratizados los caminos para poder cumplir con estas obligaciones fiscales.

Cómo aceptar que tenemos en México, una democracia estable, cuando sabemos bien, de acuerdo a las más recientes elecciones, se pusieron en práctica diversas estrategias que incluyeron, desde luego, la compra de votos y la presión ejercida por autoridades y mandatarios estatales, de todos los partidos políticos, para lograr sus propias metas políticas.

No se descarta que durante este sexenio se hayan dado los suficientes esfuerzos para lograr grandes obras y proyectos nacionales, pero se exagera cuando en materia de pobreza, se habla de menor rezago, cuando se habla de creación de empleos, cuando todavía existen profesionales, universitarios, que se han dedicado al trabajo informal para poder subsistir, porque, sencillamente, no hay un lugar donde ganarse el salario bien remunerado y de acuerdo al perfil que cada mexicano tiene.

Cierto es que quedan pendientes y esto es, hasta cierto punto, normal en un gobierno de grandes compromisos y retos, pero lo que toda la vida ha anhelado el pueblo mexicano, es la paz y la tranquilidad, rubros que prácticamente no se tomaron en cuenta o no hubo la seriedad para enfrentarlos o la plena voluntad para cumplir con este encargo de los votantes en cada elección que se lleva a cabo.

Quedan pendientes, pero no del tres por ciento en los compromisos contraídos, sino que puede considerarse que dicho tres por ciento, apenas si contempla los pocos compromisos ya cumplidos.

Ojalá que los más de mil quinientos invitados a la encerrona en Palacio Nacional, lo hayan entendido, porque ahí estuvieron todos, principalmente los gobernadores, como el de Veracruz, que también esta a punto de llevar a cabo su propia evaluación política y administrativa.

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El Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, habló ayer de los esfuerzos realizados para modernizar las vías de comunicación, entre ellas, se refirió a los nuevos aeropuertos que fueron remodelados y puestos en funciones con nuevos equipos de trabajo, en varias ciudades importantes del país, sin dejar de mencionar el caso del nuevo aeropuerto de la ciudad de México, que tantos comentarios ha despertado desde el momento mismo en que el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ofreció cancelarlo por no ser viable y por generar un enorme gasto público, reconociendo que se requiere de más y nuevos servicios, pues como lo dijo el Presidente de la República, ya somos ubicados, como país, en el sexto lugar en recepción de turismo nacional e internacional, pero que no era justo aplicar tantos recursos al nuevo aeropuerto, cuando se podrían alternar estos servicios con las pistas de Santa Lucía, que sirven, más que nada, al las fuerzas armadas de la nación.

Pero en fin, el Presidente, aseguró que con la construcción de este nuevo aeropuerto, se habrán de facilitar las operaciones aeroportuarias y lo da como un hecho, aún cuando todavía su terminación esta sujeta a las nuevas disposiciones del gobierno entrante.

Y es que el Presidente, independientemente de toda la obra realizada, considera al nuevo aeropuerto como el proyecto nacional más importante que ha impulsado durante los últimos años de su gobierno. Si no se concluye, se le estaría restando un fuerte pedazo de la obra nacional, a su propia administración.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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