DESDE HACE tiempo, en el mismo seno del Partido Revolucionario Institucional, se había generado una posibilidad de que esta organización política, se refundara y hasta cambiara su logotipo, con el cual se ha venido identificando desde hace varias décadas.
No sería, desde luego, la primera ocasión que lo hiciera, pues hay que recordar que primero se constituyó, el cuatro de marzo de mil novecientos veintinueve, con el nombre de Partido Nacional Revolucionario, es decir, PNR y posteriormente se modificó nuevamente su denominación política como PRM, Partido de la Revolución Mexicana, hasta quedar con la actual imagen de PRI, Partido Revolucionario Institucional.
Los cambios se vinieron dando de acuerdo a las circunstancias políticas, que fueron, desde luego, las que ahora imperan, pero que obliga a este partido, a evaluarse políticamente y como consecuencia, también, a sustituir su propia denominación, ya que así se ha contemplado después de que se dieran los resultados electorales más tristes de su historia.
Pues bien, nace la oportunidad para el partido tricolor, de concretar lo que ya se ha venido proyectando desde hace tiempo, es decir, de cambiar de siglas, y hasta de actualizar sus programas políticos y de acción electoral, con la iniciativa que han estado impulsando ahora los legisladores del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, para promover que ningún partido político use los colores de la bandera, con fines políticos, lo que va dirigido, prácticamente, al Partido Revolucionario Institucional, con la finalidad de que modifique su logotipo, entre otras cosas.
Esta iniciativa, tal vez, le caiga como anillo al dedo al propio partido y a su militancia en general, pues lo que pensaba hacer de hecho, ahora pudiera ser de derecho, es decir, obligados por una disposición constitucional, de no usar los colores representativos de la nacionalidad mexicana.
Ahí esta la oportunidad para el tricolor, de apresurar su modificación, sin que tenga que ver directamente con los acontecimientos del primero de julio pasado, que de alguna manera, fueron los motivos principales para que se comenzara a sugerir un nuevo logotipo y nombre al mismo tiempo, sin despojarse de sus propios lineamientos políticos que le han acompañado desde hace más de ochenta años.
De esta manera, Morena, le da una ayudadita a decidir sobre su futuro y sin tener que protestar por esta iniciativa, acogerse, prácticamente, a estos deseos políticos, porque así hay que entenderlos, que son algunas cuñas políticas que se inventaron los militantes de Morena, para hacerle más difícil el camino al partido que fue y que siempre ha sido el enemigo a vencer, porque hay que ser claros, ni siquiera el PAN, era una preocupación política constante para Andrés Manuel López Obrador, sino el PRI, que estando en el poder, con todas las condiciones a su favor, era el objetivo electoral más importante del famoso Peje, ahora convertido, por fin, en el Presidente electo de México.
Quedará, solamente, el punto de acuerdo de los priistas, para que de inmediato comiencen a modificar su logotipo y nombre, a fin de no perder tiempo, porque se tienen que aprovechar estas circunstancias políticas que se presentan y también, no dejar que se pierda la militancia que siempre ha sido tricolor, aún con las peores derrotas políticas.
Si los priistas pensaban reestructurar su partido, pues ha llegado el momento, gracias a la iniciativa que impulsan los de Morena, quienes, al parecer, inocentemente, están facilitando las cosas a los priistas, que como ya habíamos comentado, también tenían en mente ponerle fin a la imagen política del PRI, para darle un nuevo sentido a la política tricolor, tratando de hacer olvidar entre los ciudadanos de México, que existe un partido que se llama PRI y que significa Partido Revolucionario Institucional, porque, como todo mundo sabe, lo han repudiado constantemente, castigándolo a través del voto, por la pésima actuación de quienes se han cobijado con sus siglas.
De algo, seguramente, le ha de servir al Revolucionario Institucional, el cambio de imagen y sobre todo, de dirigentes y militantes que lo han hecho quedar mal en el escenario político nacional, estatal y hasta municipal.
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¿OIGA, SE ACUERDA, amigo lector, que hace apenas unas semanas, en las instalaciones de la terminal CAXA, de esta ciudad capital, se había generado un conflicto entre la propia concesionaria de los autobuses ADO, y diversas organizaciones de Taxis, que sin razón, ni fundamento legal, se habían posesionado de los espacios de esta área del transporte federal?
Pues si usted se acuerda, los comentarios no se hicieron esperar, porque, al parecer, había contubernio entre los propios taxistas y los principales representantes de la empresa ADO, porque solamente de esa manera era como se explicaba que los taxistas no fueran desalojados de estos lugares, apropiándose, incluso, de los carriles de circulación destinados para los particulares.
Fue un problema que duró algunos días y provocó diversas inconveniencias para la empresa y para los usuarios, que de manera justa, también reclamaron el derecho que tenían a utilizar estos espacios en calidad de clientes, propiamente de la empresa que allí funciona.
Pues ahora, hay un nuevo problema, que ya no es con los taxis, sino con el servicio que presta la empresa, que de ser de primera clase, se volvió, prácticamente de tercera y hasta de cuarta, porque no hay empleados en los módulos de venta de boletos, haciendo perder el tiempo a pasajeros y perder ingresos para la propia empresa, sobre todo, por las noches.
Pero hay más, si usted reclama por el pésimo servicio que presta el famoso ADO, se encuentra con groseros y prepotentes empleados que a nombre de la empresa, despotrican contra los usuarios, maltratándolos y haciéndolos pasar su peor rato.
Esta es una situación intolerante que debe atender, de inmediato, la propia Delegación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, independientemente de las acciones que pudieran emprender los propios dueños de la empresa.
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CUANDO EL ORFIS, encabezado por su titular, Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, anunció que se encontraron irregularidades en el estudio de la cuenta pública del año pasado, es decir, de mil novecientos diecisiete, correspondiente al ejercicio constitucional del gobierno bianual, algunos analistas políticos, se le fueron encima porque, de alguna manera, estaba atacando al gobierno en turno, del cual, dijeron, dependía este organismo fiscalizador.
Pues no, si se dio a conocer el hecho de que se encontraron irregularidades, en principio fue para que en el menor tiempo posible, se solventaran, es decir, que se justificaran correctamente.
Pero en segundo lugar, se dieron a conocer estas irregularidades, sencillamente, porque el ORFIS, es un organismo creado, precisamente, para vigilar la correcta aplicación de los recursos, sean estatales, municipales o de la propia federación, en este último caso, en coordinación con la Auditoría Superior de la Federación, sirviendo, a la vez, como auxiliar técnico de la Comisión de Vigilancia del propio congreso local.
Hay pues, diferencia que muchas veces confunde con las acciones de la Contraloría General del Estado, que se considera un brazo ejecutor del titular del Poder Ejecutivo.
Queda claro, pues, que no hay dependencia del gobierno ni de ninguna institución, pues su labor queda sujeta a su propia independencia para vigilar, auditar y sancionar la falta de honradez en el ejercicio de los recursos públicos.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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