1) «Una secretaria se quejó con otra del mal carácter de su patrón: «Haz lo que yo- le aconsejó la amiga-. Cuando mi jefe se enoja, cruzo la pierna, me levanto la falda un poquito y dejo que me vea la pierna. Con eso el disgusto se le pasa». A los pocos día se volvieron a encontrar. «¿Cómo te ha ido con el consejo que te di?- le preguntó, y respondió la amiga. -«Yo he tenido que enseñarle otra cosas. Mi jefe salió más enojón que el tuyo». 2) «Libidiano, galán concupiscente, invitó a Rosibel a salir. Ella aceptó diciéndole -«pero cada quien se hace cargo de lo suyo». Fueron al cine y Rosibel pagó su boleto, fueron a cenar y ella pagó su cena. De regreso en el coche, Libidiano puso su mano en la rodilla de Rosibel. Ella se la quitó de ahí y le dijo: -«Quedamos en que cada quien se haría cargo de lo suyo». Los escribe «Catón en «Reforma».